El acto estuvo presidido por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que entregó un cuadro del pintor Augusto Ferrer-Dalmau sobre el Desastre de Annual. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, presidió en la tarde de ayer en Valladolid el homenaje de la Academia de Caballería al Regimiento Cazadores de Alcántara 14ª de Caballería que en 1921, durante la Guerra del Rif en el Desastre de Annual, se entregó hasta la muerte para proteger un repliegue.
Apenas dos meses después de recibir la Cruz Laureada de San Fernando (el pasado 1 de octubre, con carácter póstumo y de manos del monarca Juan Carlos en el Palacio Real de Madrid) los Cazadores de Alcántara han sido reconocidos con un nuevo tributo, ahora en Valladolid, sede del Arma de Caballería desde hace 167 años.
“Es el reconocimiento, el agradecimiento que una patria debe a sus héroes”, resumió el ministro del Interior al entregar, junto a Augusto Ferrer-Dalmau, un cuadro de este pintor barcelonés donde figura un jinete del famoso regimiento, montado en su caballo, exhausto, con la mirada ausente, el sable aún desenvainado y el telón de fondo del campo de batalla en Annual.
Los Cazadores de Alcántara perdieron más de 2.500 hombres el 23 de julio de 1921, en las inmediaciones de Annual (Marruecos), cerca de Melilla, al tratar de proteger un repliegue de las tropas españolas decidido a última hora al no tener el mando (el teniente coronel Fernando Primo de Rivera) la certeza de disponer de los refuerzos necesarios para hacer frente al ejército rifeño.
“Ha sido la gesta más heroica en la historia militar a pesar de lo que digan los historiadores ingleses, porque aquí en España somos especialistas en no divulgar lo que hay que divulgar. Otros lo hacen mejor, pero felizmente se ha hecho justicia”, reflexionó el ministro.
El cuadro “refleja la serenidad y el orgullo de un soldado por el deber cumplido, consciente de que el sacrificio no ha sido en vano”, añadió el ministro del Interior, nacido en Valladolid durante la estancia de su padre en esta ciudad como oficial en la Academia de Caballería, lo que recordó durante una breve y sentida alocución en el acto de entrega del lienzo al museo de esa institución castrense.
Elogió Fernández Díaz la trayectoria pictórica de Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964), en la línea del principal referente de la pintura militar en España, Josep Cusachs, del siglo XIX y que salió de la Academia de Artillería, en Segovia, con el grado de alférez.
Uno y otro, ambos catalanes precisó, “han demostrado un declarado amor a su patria” que, en el caso de Ferrer-Dalmau, ha contribuido con su trayectoria al conocimiento de las Fuerzas Armadas por parte de la ciudadanía, “porque no se puede querer lo que no se conoce y él lo está haciendo con su arte”, precisó.
El protagonista del lienzo donado es un “soldado de quinta” que en apenas dos meses, después de desembarcar en Melilla procedente de la península, “aprendió a montar, manejar el sable y disparar el máuser”, explicó por su parte el director de la Academia de Caballería, el general Luis Manuel López.
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