Julio Liarte conoce el Plan Estratégico de la Ciudad probablemente mejor que la palma de su mano. El Faro ha conversado con el director general de Planificación Estratégica y Programación de la Administración local en Melilla sobre las soluciones que a corto plazo tenemos para dar marcha atrás al deterioro del medio ambiente, solucionar los problemas de la escasez y mala calidad del agua o la instalación de placas solares en el ámbito público y privado.
¿Es viable dar marcha atrás al deterioro del medio ambiente en Melilla? ¿Cuánto dinero tenemos para ello? ¿Por dónde empezamos?
En el ámbito de la Ciudad de Melilla, la preocupación por el Medio Ambiente ha sido una constante desde hace mucho tiempo y así, desde la Corporación Municipal 1987-1991 existe, primero una Concejalía; y, a partir de 1995, una Consejería, especializada en Medio Ambiente. Durante todos estos años, desde la ciudad se ha intentado mejorar la situación del medio ambiente con actuaciones de todo tipo: mejora y ampliación de la estación depuradora, construcción de una planta incineradora, dotación de vertederos adicionales, así como de inertes y demás en lo relativo a la gestión de residuos, actuaciones en materia de agua y, desde hace unos años, en eficiencia energética.
De cara al futuro, la ciudad cuenta con una planificación específica, mediante el Plan Estratégico de Melilla 2029 que fue aprobado por la Asamblea de Melilla el 4 de agosto de 2022 y anteriormente por la Comisión de Coordinación con los Agentes Económicos y Sociales el 6 de octubre de 2021. El plan ha surgido como una respuesta a la crisis que vive la ciudad, que añade al fuerte impacto generalizado de la pandemia y sus efectos, que se está viendo magnificado con la guerra en Ucrania, el hecho de que, en nuestro caso, estos se han agrandado por el cese de los intercambios comerciales con Marruecos tras el cierre de la frontera, y cuya apertura es todavía parcial e incompleta.
Como no podía ser de otra forma, el Plan Estratégico de Melilla 2029 recoge actuaciones que, de manera directa o indirecta, tendrán su repercusión en materia de medio ambiente. Concretamente se encuentran ya programadas actuaciones en la materia por un importe total de 32.022.088 €, tanto en el Programa FEDER 2021-2027, como las actuaciones incluidas mediante REACT EU, como en los sub-proyectos que han sido aprobados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y en el Programa FSE Plus 2021-2027. En este último caso, actuaciones de carácter formativo y de fomento del empleo.
En el Programa FEDER 2021-2027, se han incluido las siguientes actuaciones en el Objetivo Político nº 2: “Una Europa más verde”, por un importe total de 17.457.251 €, que suponen un 45,7% del total de Programa y que implican, a su vez, el destino de un 31,7% del total de Programa a actuaciones de cambio climático y un 9,1% a biodiversidad.
• Acciones de eficiencia energética en edificios públicos, para reducir el consumo de energía y mejorar su eficiencia.
• Actuaciones en la Estación Depuradora para sustitución parcial de energía térmica de origen eléctrico actual por la procedente de la valorización energética de los lodos secos.
• Acciones para la adaptación al cambio climático y la gestión de riesgos derivados de tormentas y sequías mediante actuaciones específicas.
• Mejora del ciclo integral del agua.
• Actuaciones a realizar relativas a la Red Natura 2000 con el fin de mejorar la conservación, protección y mejora de la biodiversidad y hábitats.
• Ampliación de la red de carriles específicos para ciclistas (carriles bici y ciclo-calles), conforme al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Melilla.
• Mejora y adecuación al Plan de Movilidad Urbana Sostenible del entorno y los itinerarios peatonales prioritarios de los centros escolares.
A su vez, mediante la financiación de REACT EU, se está actuando ya de manera decidida en los espacios incluidos en la Red Natura 2000.
Finalmente, mediante el Programa FSE+ 2021-2027 van a realizarse actuaciones de formación para eficiencia energética, energías renovables y medio ambiente en general, que ayudarán a los desempleados melillenses a obtener los puestos de trabajo que serán necesarios para atender las necesidades existentes. Esperamos que el sector medioambiental sea capaz de generar un importante número de puestos de trabajo a cubrir por desempleados melillenses.
El tema agua es quizás el que más preocupa en la ciudad porque llevamos años padeciendo los cortes del suministro, la baja presión y el agua de grifo de muy mala calidad. ¿Cuántos años necesitamos para revertir esta situación? ¿Basta la inversión de los Fondos Europeos?
Entre las operaciones estratégicas detectadas en el proceso participativo del que ha derivado el Plan Estratégico destacan las siguientes, todas relacionadas con los recursos más escasos que limitan las posibilidades de desarrollo de Melilla: Ciclo integral del agua, relacionado con la escasez de agua para el suministro a la población y a las actividades económicas; Reconversión renovable del sistema energético melillense, para solventar las restricciones y limitaciones derivadas del sistema de producción energética; Dotación de suelo, mediante la ganancia de terrenos al mar y la obtención de terrenos ociosos de Defensa.
Dado que las inversiones en el sistema energético y la ganancia de terrenos implican unas inversiones de gran magnitud, que serían inabordables sin la participación de la Administración General del Estado y, además, considerando la más que previsible inelegibilidad de esta última, la Ciudad ha centrado sus esfuerzos de programación en solucionar los problemas derivados del ciclo integral del agua.
Concretamente, se han programado las siguientes actuaciones:
• Mejora del sistema de agua reutilizada.
• Acciones de mejora en la red de abastecimiento de agua para el consumo humano: Renovación del sistema de control y automatización del sistema de producción de agua potable, incluyendo la Red de pozos subterráneos y depósitos de almacenamiento, instalaciones de tratamiento y la red de distribución.
La gestión del agua es un tema complejo en Melilla, porque es compartida por ambas administraciones: la Central, a través de la Confederación Hidrográfica, que es responsable de la gestión de la desalinizadora –que es la fuente principal de la que se obtiene el agua necesaria para el consumo humano- y de capacidades de almacenamiento, así como la titularidad de determinadas redes de saneamiento y abastecimiento de agua. Por otra, la Ciudad Autónoma, que es la responsable del suministro a los domicilios y empresas y ostenta la titularidad de gran parte de las redes a tal efecto, tanto de suministro como de saneamiento, así como las actividades de depuración de aguas residuarias.
A pesar de la complejidad del sistema y de la escasez natural de este recurso básico e indispensable, una vez que culminen los trabajos actualmente en curso para la ampliación de la planta desalinizadora, así como los proyectados de ampliación de la captación de aguas subterráneas y las actuaciones citadas para realizar en el período 2021-2027, podrá decirse que, desde el lado de la oferta, la gestión del agua estará solucionada. Sin embargo, por el lado de la demanda habrá que realizar actuaciones que posibiliten reducir el consumo, al menos hasta la media nacional, mediante un sistema eficaz y eficiente de desincentivos a tal efecto.
En Bruselas no tienen el sol que tenemos en Melilla y lo normal es ver allí muchos tejados con placas solares. ¿Qué ha pasado en España, y en nuestra ciudad, para que desaprovechemos la energía solar? ¿Llegamos tarde? ¿Por qué?
El uso de la energía solar depende de muchos factores: uno es el normativo, que hasta hace pocos años no era favorable; otro, el de los costes de instalación, que son cada vez más asumibles conforme avanza la tecnología; otro, el de los incentivos, en los que el papel de las administraciones públicas es fundamental; otro, el de la necesidad y conveniencia, que ocurre cuando el uso de un recurso dispara su precio, como ahora con la electricidad; otro, la existencia de empresas y profesionales capaces de ofrecer estos servicios a unos precios adecuados; otro, la concienciación sobre el medio ambiente y la contaminación, que es cada vez mayor, precisamente en que la producción actual de energía es netamente contaminante, etc.
Efectivamente, no tiene mucho sentido que en Melilla, con unas cifras envidiables de horas de sol/año, el panorama no esté plagado de placas solares. Sin embargo, es ahora cuando de todos los factores que he citado anteriormente existe una conjunción y todos favorecen la potenciación del uso de la energía solar en domicilios, empresas e instalaciones públicas.
La ciudad está proyectando su uso en edificios públicos y, para extenderlo al sector privado, está sacando convocatorias a fin de que las comunidades de propietarios, las empresas y los edificios individuales puedan acceder a subvenciones para la eficiencia energética y el uso de la energía solar para aminorar sus costes de energía. Sin duda, esto va a convertirse en una realidad en los próximos años.