Los juzgados comienzan un nuevo año judicial tras un mes de agosto que se considera inhábil para la Administración, aunque eso no quiere decir que la Justicia no haya trabajado durante ese mes. Se han celebrado juicios por despido, por ejemplo, y han continuado con investigaciones de delitos, aunque lo que ocurre es que no corren los plazos procesales. El juez decano de Melilla, Fernando Germán Portillo, explica que la plantilla de jueces está al completo, aunque le gustaría contar con un juez más en Instrucción para reforzar las investigaciones si hay bajas.
–¿Cómo ha comenzado el año judicial?
–Hemos empezado bien porque tenemos la plantilla de jueces al completo sin ninguna baja. El juez de adscripción territorial, que es un juez profesional que cuenta con su oposición, no tiene un juzgado propio, sino que está al servicio de la demanda de Melilla, de manera que si hay alguna baja, pasa a ocuparla. Ahora al estar la plantilla al completo, se dedica a funciones de refuerzo que suelen ser en el juzgado de Instrucción que llevan la carga de investigación de los delitos y es donde podemos decir que hay más sobrecarga de trabajo en los juzgados de Melilla.
–¿Pero sería necesario reforzar la plantilla por la carga de trabajo?
–En cuanto a la plantilla judicial sí que es necesario un puntual refuerzo para los juzgados Mixtos de Primera Instancia e Instrucción puesto que los números que arrojan los juzgados de Melilla en lo que se refiere a la investigación e instrucción de los delitos es relativamente más alto en relación con los juzgados de Andalucía, que son los que tenemos que hacer la comparación porque estamos bajo la órbita del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Sí que son necesarios esos refuerzos para aligerar la investigación de los delitos y Melilla tenga también una instrucción de los delitos aún más eficaz que la que tiene actualmente.
El juez de adscripción territorial (JAT) que tenemos en la ciudad ahora mismo está en esas labores de refuerzo, pero lo que ocurre es que si pasado mañana hay una situación de baja por parte de algún juez, éste pasaría a cubrir su puesto y no tendríamos ese refuerzo. Lo suyo sería que se creara en Melilla una segunda plaza de juez de adscripción territorial para que uno siempre estuviera reforzando, sobre todo, la labor de instrucción y otro fuera cubriendo las bajas por traslado o enfermedad de los demás jueces y magistrados. Pero esto está todavía por negociarse y que pueda ser una realidad. Aunque sería la guinda del pastel de Melilla y que la plantilla de jueces esté total y absolutamente compensada.
En cuanto a la plantilla de funcionarios, siempre son necesarios mayores aumentos. Quiero destacar de forma especial la necesidad de aumentar la plantilla de funcionarios de los juzgados de menores de la Ciudad porque en los últimos años ha crecido sustancialmente el número de asuntos que tiene que tratar. Eso conlleva un retraso en la tramitación de los asuntos en una jurisdicción tan delicada y tan ligada a los derechos del menor, como es la jurisdicción de menores. En los últimos tres años, hemos pasado de un volumen anual de menos de 200 asuntos a este año que vamos a acabar con más de 400. Eso es un incremento muy importante que exige y demanda un aumento de la plantilla del juzgado de menores en cuanto a los funcionarios que tramitan estos asuntos.
–¿En este nuevo curso se llevará a cabo algún juicio polémico o que tenga especial eco en la opinión pública?
–De momento no tengo conocimiento de que haya previsto ningún juicio en los juzgados de Melilla en tema penal. Siguen habiendo investigaciones en los juzgados de Instrucción de casos relacionados con presunta corrupción política que siguen enquistándose ahí y las magistradas que están llevando esos asuntos están trabajando mucho en ellos y estoy seguro de que este año judicial se terminará su instrucción bien para elevarlos a juicio o para proceder a su archivo. Están haciendo un sobre esfuerzo para que en este año judicial se den salida a estos asuntos que todos tenemos en mente debido a que llevan mucho tiempo en fase de instrucción en los juzgados.
–Desde hace un tiempo se reclama por parte de los juzgados peritos especializados, sobre todo, en temas administrativos y económicos. ¿Continúa la demanda?
–Sí. Todas las asociaciones de jueces y fiscales durante el pasado año y el anterior consensuamos hasta catorce peticiones y medidas para modernizar la justicia reclamándose, sobre todo, que se hiciera un Pacto de Estado por la Justicia que comprometiese a todos los partidos políticos. Entre estas medidas, y no es una cosa particular de Melilla, sino nacional, sí que se reclama la dotación de peritos especialistas en cuestiones económicas y administrativas que estén al servicio de los juzgados.
Los juzgados no tenemos a nuestra disposición a especialistas, salvo un médico forense y psicólogos. Pero hay muchas cuestiones de índole muy técnico que los jueces desconocemos y que requerimos por ello del auxilio de peritos. Pero tenemos que ir buscándolos fuera de la Administración de Justicia. Eso hace que, por ejemplo, retrasar determinadas cuestiones. En este sentido, si se pide a la Intervención del Estado que haya un estudio también desarrolla su trabajo a la vez, cuando le llega el encargado del juzgado no cuenta con la rapidez que requiere o se exige para este asunto. Eso hace que muchas veces este tipo de periciales encuentre dificultades para llevarse a la práctica, con lo cual se ralentiza la investigación de los delitos de carácter administrativo o económico que son muy técnicos y requieren de la revisión de documentos. Sería imprescindible que los juzgados contáramos, a nivel nacional, con este tipo de especialistas que facilitarían mucho la investigación de los delitos.
–¿Es posible que en poco tiempo el Registro Civil cuente con una nueva ubicación y los juzgados se puedan ampliar a esta zona?
–No. Es una demanda ya de hace años de los juzgados de Melilla y de momento no tiene acogida dentro de los responsables del Ministerio de Justicia encargado de dotarnos de los medios naturales y de sufragar los gastos que ello conlleva.
Sí que contamos con un Registro Civil que está escaso de sitio. Que da un servicio creo que digno al ciudadano, pero en el que existen muchas deficiencias por razón de acceso y estancia en el edificio. Necesitamos sencillamente un lugar más amplio y ése no existe en las Torres del V Centenario porque no hay más sitio. Las razones para cambiar de ubicación al Registro Civil está en el simple hecho de dignificar aún más la labor y el servicio que se presta a los ciudadanos. Además, como dice, para poder extender aún más la necesidades del juzgado, en particular, el de Guardia.
Los juzgados de Guardia tienen unas instalaciones bastante deficitarias y muy pequeñas. No existe un despacho digno para llamarse así para los abogados. No existen salas de espera para los familiares. No hay espacio para separar, por ejemplo, en los casos de violencia de género a los familiares de una parte y de la otra. Al final, con buena voluntad y el esfuerzo de los funcionarios, que se las ven y las desean para evitar cruces entre personas, se hace lo que se puede. Pero evidentemente no son las condiciones más dignas que debemos dar. Necesitamos un sitio más amplio y sacando el Registro Civil de las Torres se podría lograr ese aumento del juzgado de Guardia en cuanto a su espacio.
También hay que tener en cuenta que el juzgado de Menores no está situado acorde a la ley porque se exige que esté separado de la justicia de mayores. El juzgado de Menores comparte entrada, instalaciones y muchos espacios en común con el resto de juzgados y aunque esté solo en una planta, al final en el ascensor, el rellano o la entrada son los mismos para todos. Eso también contraviene a la ley y entendemos que sería necesario que el juzgado de Menores estuviera en un lugar aislado, en este caso, para la protección de los menores.
–¿Cómo están las instalaciones de los juzgados?
–Como siempre, en materia de Justicia, se está parcheando. No se trata de algo que pueda solucionar la gerencia que tenemos delegada en Melilla, donde siempre encuentro colaboración y empatía con los problemas que le planteamos. Esta gerencia da solución rápida a todas las incidencias que se le plantean, por ejemplo, el 16 de septiembre se desprendió parte del techo del despacho de la magistrada del juzgado número 4 y aunque el 17 fue festivo, entre ese día y el siguiente, se arregló la avería que tenía que ver con el aire acondicionado, que provocó una acumulación de agua y llevó a caerse parte del techo. Pero insisto en que no es un problema de la gerencia de aquí, sino de Madrid que requiere de mayor inversión en las infraestructuras de los juzgados de Melilla. El edificio no nació pensado para ser juzgados y eso se nota en muchas cosas. El aire acondicionado es centralizado y, generalmente, tiene fallos y se van arreglando y parchando. Pero al final es eso, son meros apósitos que se ponen y no curan al enfermo, solo le alivia el dolor. En Madrid debería de adoptarse la determinación de invertir más en el edifico judicial para que no tengamos que estar con ese constante parcheo.
–¿Cómo la digitalización de los expedientes? ¿Están satisfechos con su funcionamiento?
–El expediente digital tiene una doble pega. No obstante, tengo que decir que los jueces estamos convencidos de las bondades del expediente digital y apostamos por la necesidad de ampliarlo. Decimos sí al expediente digital. Pero tal y como se ha diseñado y tal y como se ha ejecutado nos parece deficiente. El diseño no ha tenido en cuenta las necesidades de trabajo de un juez y cómo trabajamos. En este sentido, le comento que cuando vamos a resolver sobre un asunto hay que hacer un repaso del expediente de delante a atrás y eso no es fácil hacer ahora. El expediente digital es más un compilador de archivos pdf. Eso asegura la tramitación del expediente pero al que tiene que hacer una visión general del mismo para resolver le dificulta la labor. Además, a la hora de ejecutar el diseño, que ya era defectuoso, no se destinó la inversión económica suficiente para hacer un expediente digital digno que no esté sujeto a caídas del sistema. No obstante, desde el departamento de Justicia se ha intentado dar respuesta a esta petición de mejora de los jueces y se ha creado un entorno más amable, pero aún no da todo los frutos que creemos que tiene que dar y debe invertirse más dinero para mejorar. El expediente judicial electrónico, que tiene bondades a pesar de las deficiencias, en el cómputo global hace más difícil el trabajo de los jueces y esa no es la idea, en conclusión.
–¿Hay delitos específicos en nuestra ciudad que no sean tan frecuentes en otras?
–La tipología de delitos aquí en Melilla se puede ver diferenciada por la condición de ciudad fronteriza que tiene. Todos aquellos delitos que supongan un tránsito de mercancía ilícita o ilegal de un lado a otro de la frontera son más típicos aquí, como el delito de tráfico de drogas en cantidades de notoria importancia se da con habitualidad en Melilla y no tanto en otras partes de España. También hay delitos por falsedad documental, por el tráfico de personas, el uso de documentación de otra persona para acceder al barco o al avión. Asimismo, hay delito contra los derechos de los extranjeros, como son los inmigrantes que están escondidos en vehículos para pasar a Melilla. En general este tipo de delitos. Luego están los delitos menores, como hurtos o pequeños robos que no creo que esta ciudad sea diferente a otras.
–¿Han contado con más trabajo por la llegada de inmigrantes y su devolución a Marruecos tras su petición de asilo?
–Los juzgados de lo Contencioso-Administrativo son los que de alguna manera son los que reflejan en mayor medida el incremento o no de esta inmigración ilegal, puesto que las decisiones de expulsión o devolución que realiza el Gobierno de España por medio de la Policía son luego revisadas por dichos juzgados por si se ajustan a la legalidad. Un incremento de inmigración ilegal supone un aumento de trabajo para estos juzgados. Pero desde hace un par de años no se ha producido un incremento. Se han ido manteniendo una contante una subida, sin que haya afectado al funcionamiento al juzgado en cuanto a los tiempos de otros asuntos que tiene que tratar en relación con años anteriores.
Y los inmigrantes ilegales de origen subsahariano que vienen buscando una vida mejor no son una población problemática que dé lugar a un incremento de delitos. Es un grupo poblacional que no da problemas de delitos menores o robos y esa es la generalidad y la sensación que tienen los jueces de Melilla, en particular, los de Instrucción con estos asuntos.
–¿Demandarán más mejoras para la justicia melillense?
–Pues lamento que en la agenda de los partidos políticos no vaya a estar y sin duda será así, el tema de la Justicia. Sigue sin ser un asunto primordial de preocupación para los políticos. Está fuera de las agendas de discusión. Hay un grave problema de politización del órgano de Gobierno del Poder Judicial que contamina la apariencia de imparcialidad de los órganos judiciales inferiores. Y como una mancha de aceite se extiende al resto de jueces.
Hay una necesidad imperiosa de invertir en Justicia, no solo en Melilla, y a pesar de que yo entiendo que es un pilar fundamental del Estado de Derecho, junto a la Educación y la Sanidad, no requiere los mismos minutos de debate entre los políticos.
Al parecer la Justicia no interesa como problema y eso que es algo fundamental. Creo que arreglando la Justicia, el país iría mucho mejor económicamente porque un país donde se sabe que los tribunales atienden de forma rápida y con celeridad es un país que está llamando al capital, puesto que será una nación en la que se pueden abrir negocios, industrias y comercios, y eso genera tranquilidad.
A pesar de la importancia de la Justicia no está en los programas electorales y los políticos no pierden ni un minuto en hablar de ella. Ése es nuestro gran mal.
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