Este miércoles los jueces de Melilla, apoyados por algunos fiscales y abogados, han realizado un parón en sus actividades para reivindicar su rechazo hacia la agresión que sufría ayer una jueza en Segovia. El acto ha sido convocado de forma unánime por todos los partidos judiciales del país en solidaridad con su compañera María Sonsoles Sanchidrián que fue apuñalada a la salida del juzgado por hacer su trabajo y aún se encuentra recibiendo atención hospitalaria.
El juez decano de Melilla, Fernando Germán Portillo, expresó que desde los juzgados de la ciudad muestran su más enérgica repulsa a lo sucedido ya que entienden que socaba uno de los pilares del estado de Derecho. "Nuestra función como jueces y magistrados es la de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, velar por el cumplimiento de la ley y garantizar los derechos de los ciudadanos", dijo. Pr ello, considera que actos como el que sucedió en Santa María la Real de Nueva hacen que no puedan desarrollar su labor libremente.
"Si los jueces tienen miedo, ningún ciudadano duerme tranquilo", citaba Germán Portillo a las puertas de las Torres V Centenerio. Apuntó que no es la primera vez que este colectivo sufre agresiones o amenazas por parte de algún ciudadano descontento, y lamenta que tampoco será la última.
Recordó que hace unas semanas otro juez de Teruel fue agredido mientras hacía deporte por la calle fue agredido mientras hacía deporte por la calle por un ciudadano que lo reconoció como el magistrado que lo había condenado hacía una semana. Germán Portillo denunció también que hace unos años su mujer, que también es jueza, recibía unos anónimos amenazantes por correo postal "que no generó ninguna tranquilidad en la familia.
"Y no son las primeras veces que jueces, magistrados o fiscales somos objeto de agresiones, de amenazas o daños a nuestros bienes, por ejemplo, nuestro coche, simplemente por eso, por hacer nuestro trabajo", expresó. Por eso como jueces esta situación les parece intolerable pero reconoció que ninguno están libres de que en su vida diaria algún ciudadano descontento con la decisión les reconozca y decida arremeter contra ellos.
Consideró que uno de los lugares donde más desprotegidos se halla suele ser a la entrada y a la salida de los edificios judiciales, como le ocurría este martes a la jueza Sanchidrián, ya que es más fácil reconocerlos como magistrados. Aunque el juez decano de Melilla consideró que en Melilla afortunadamente se goza de nueva seguridad y protección por parte de la Guardia Civil y personal de seguridad, lamentaba que hay "muchísimas sedes judiciales en España que no tienen las mínimas garantías ni medios de seguridad".
Además, en otras ciudades cuando los jueces han pedido reservas de plazas de aparcamiento o acceso reservado se han encontrado con la impresión de los gobernantes que se han visto con la incomprensión de que ven sus peticiones como elitistas. "Nada en elitismo hay en ese tipo de peticiones hay sentido común y tener claro cuál es nuestro trabajo y nuestro oficio; y el de juez y magistrado es la de tomar las decisiones que afectan a la vida y al patrimonio de las personas y ello nos coloca en la diana de aquellos ciudadanos que puedan estar descontentos con esas decisiones", expresó.
El juez decano aprovechó para hacer un llamamiento a los responsables públicos y políticos. "En democracia es sano y exigible la crítica a las resoluciones judiciales; pero esa crítica nunca debe ir adornada ni acompañada de señalamientos al juez o magistrado ni de ataques personales que hemos que se producen", explicó. Consideró que este tipo de actitudes pueden alientan y en parte pueden justificar agresiones como la que estaban condenando. Por ello aprovechó para pedir "esa comprensión y talante" a los responsables políticos y públicos a la hora de proceder a la crítica de las resoluciones judiciales sin hacer señalamientos personales a jueces; así como para pedir que esto sirva para que se invierta en medios de seguridad en los juzgados en los que no hay suficientes medidas.