El empresario melillense José Luis Martínez Lázaro ha accedido a responder preguntas de El Faro sobre la economía local, el transporte marítimo, la frontera o los problemas pendientes por resolver. El también presidente de la Asociación Andaluza de Empresa Familiar es de los que no se corta un pelo a la hora de decir y poner por escrito lo que piensa, le guste a quien le guste y le duela a quien le duela. Y eso, en Melilla, es cosa de valientes.
En esta entrevista define que las asignaturas pendientes en Melilla son, en su opinión, el transporte de mercancías y pasajeros, la escasa formación de los parados y la escasa o nula iniciativa política para buscar y poner en marcha soluciones inmediatas.
Corren tiempos difíciles para las empresas en España y especialmente en Melilla. ¿No es arriesgado dar su opinión sobre temas que podrían afectar económicamente su negocio? ¿Ha sufrido algún tipo de percance por pertenecer a la ya extinta Plataforma de Empresarios de Melilla?
Lo primero que quiero dejar claro es que mis opiniones son personales y no vinculan ni a las empresas o entidades a las que en un momento dado puedo representar, salvo en los que casos en que expresamente así lo hago constar.
En cuanto si es arriesgado expresar públicamente lo que opino de temas que me afectan de forma personal, como empresario o simple ciudadano, sinceramente nunca me he planteado si puede tener consecuencias económicas para mí o nuestras empresas. Creo que poder decir a la opinión pública y a los políticos lo que pensamos de sus actuaciones o inacciones es un derecho que no se debe limitar a dar nuestro voto cada cierto tiempo. No sé en qué más nos puede afectar negativamente a mí o a nuestra empresa que lo que ya venimos padeciendo -aquí en Melilla- desde que Marruecos inició su agresión “hibrida” contra Melilla, nuestro Puerto y nuestra economía allá por 2017, culminada con la prohibición de importar a través de la aduana terrestre en 2018 y sin que ningún Gobierno -ni local ni central- haya hecho nada -o muy poco- por remediarlo en estos cuatro largos años.
Yo me uní a la Plataforma de Empresarios porque entendí que ese movimiento espontáneo surgido en un “chat” de WhatsApp ante la crisis que se nos venía encima a una gran parte de los empresarios melillenses era la mejor manera de plantear reivindicaciones y medidas ya que desde la dirección de la CEME en esos momentos no quisieron plantearlas a nuestras autoridades, que lo son, aunque a algún editor local le moleste que use este término. Más allá de algún comentario desafortunado o frialdad en las relaciones con algún político no he tenido percance o consecuencia alguna.
La Plataforma se disolvió cuando se celebraron nuevas elecciones en la CEME -las anteriores fueron declaradas ilegales- y las ganamos los que formábamos parte de la candidatura presidida por Enrique Alcoba. Lamentablemente, llegamos algo tarde para intentar poner en marcha lo que pedíamos los empresarios y nos prometieron: una frontera fluida y segura. Ahora, desde la Junta Directiva de CEME, seguimos insistiendo en la necesidad de tener esa fluidez de personas y mercancías en la frontera, sin que por ello hayamos dejado de plantear 21 medidas que contribuyan a cambiar la estructura económica de Melilla. Miramos al norte, al sur y a los demás puntos cardinales si hace falta.
Usted es partidario de la reapertura de la frontera y de la aduana comercial. ¿Qué se está perdiendo Melilla con la aduana cerrada?
Siempre he creído y defendido que Melilla debía aprovechar las posibilidades económicas que surgen a ambos lados de una frontera. También he defendido e intentado convencer a los comerciantes de Melilla que canalizasen sus tráficos mediante exportaciones o tránsitos bajo control aduanero -pues antes o después- Marruecos iba a acabar con el comercio fronterizo que venían permitiendo desde siempre. Y lo íbamos consiguiendo, pero lo que nunca pude imaginar es que de improviso -y a traición- se prohibiese la importación a través de la aduana de Beni-Enzar de forma unilateral por Marruecos mientras que mantenía sus exportaciones de áridos, frutas, verduras y pescado hacia Melilla. Esta pasividad de nuestro Gobierno no la entiendo.
¿Qué hemos perdido? Mucho. No puedo cuantificar, pero los números negativos del Puerto son el termómetro de la economía de Melilla. El tráfico de mercancías de terceros países que llegaban a Melilla en buques portacontenedores se ha reducido a cero. Y el volumen de las mercancías que llegan a Melilla en los ferries desde Málaga o Almería se ha reducido casi a la mitad del que se movía antes del cierre fronterizo, pues ya solo viene mercancía para el consumo de la Ciudad. No tenemos cifras contrastadas de la pérdida de puestos de trabajo y de facturación de las empresas, pero está claro que la cadena logística ha tenido grandes pérdidas, empezando por la propia Autoridad Portuaria y las empresas y trabajadores que operamos en el puerto, las agencias de transporte y las de aduanas, los comerciantes y las empresas de servicios que sirven a este conjunto de empresas. En nuestro caso particular, ha sido un desastre económico pero lo más doloroso de todo es la pérdida de empleos y que difícilmente vamos a poder recuperar.
¿Cómo está influyendo en la economía local el hecho de que se hayan rebajado las tasas para la importación de barcos en Melilla? ¿Tiene tirón? ¿A qué problemas se enfrenta?
Esta medida no nos va a “sacar de pobres” ni va a solucionar los problemas del Puerto y de las empresas melillenses, pero sí abre un nicho de mercado reservado hasta la fecha a Gibraltar y otros puertos europeos y banderas de conveniencia. A día de hoy -que yo sepa- no se ha importado ninguna embarcación en base a este beneficio al que se debe añadir que en Melilla no se paga impuesto de matriculación quizás porque aún no lo hemos difundido suficientemente entre el sector náutico, aunque desde la Autoridad Portuaria de Melilla y algunas empresas locales y de Península ya estamos en plena “comercialización” del producto y esperamos tener resultados a corto plazo.
Lo mismo puedo decir de la rebaja impositiva a los chárter náuticos que tengan origen en nuestro Puerto. El pagar un 0,5% del IPSI frente al 21% del IVA es muy atractivo para los grandes yates y, además, potenciamos que ese tipo de clientes de alto poder adquisitivo vengan a Melilla la conozcan y difundan nuestros atractivos turísticos. Hace poco, tuvimos en nuestro puerto al primer yate que iniciaba su chárter en Melilla. Pero también es una oportunidad para que se creen empresas en Melilla y las agencias de viaje oferten excursiones y salidas al mar para aquellos melillenses o visitantes que no disponen de barco propio. Esta nueva actividad supondrá nuevos ingresos para el aeropuerto, el puerto, las arcas municipales y los comercios de Melilla y con iniciativas como ésta se puede ir construyendo un futuro alternativo. No vendría nada mal el cambio de categoría a 3C de nuestro aeropuerto para facilitar la llegada de “jets” privados que suelen utilizar los usuarios de estos grandes yates.
¿Cómo definiría la situación económica actual de las empresas en Melilla y qué habría que hacer para mejorar?
Salvo para algunas empresas de servicios que trabajan casi en exclusiva para la Administración local o estatal, es obvio que la situación es pésima desde hace muchos años para la mayoría de las empresas melillenses que dependíamos -directa o indirectamente- del comercio fronterizo. No es cuestión de volver a entonar el “Melilla, se muere” -que por desgracia fue una premonición cumplida- o el más reciente de “Melilla, está muerta” en expresión de un alto dirigente de la actual oposición. No me gustan esas expresiones. Lo importante es enfocar nuestros esfuerzos en cómo podemos reactivar la economía sin depender casi en exclusiva del sector público o del comercio fronterizo.
Creo que los empresarios desde CEME hemos aportado mucho en el diseño del Plan Estratégico en busca de alternativas a nuestro futuro. Por desgracia, el Plan sigue sin ser aprobado por la Asamblea y con el consenso que se requiere. Desde la CEME, además de pretender “modernizar” la ciudad -como dicen otros, pero sin concretar nada- hemos presentado 21 medidas concretas, unas recogidas en el Plan y otras nuevas. Hasta la fecha, solo se ha puesto en marcha la bajada impositiva del IPSI a la industria náutica y la inclusión en el Borrador de la nueva Ley de Marina Mercante de una oficina en Melilla del Registro Especial de buques, aunque aún no ha sido tramitada parlamentariamente.
Las asignaturas pendientes de Melilla son el coste de los transportes de mercancías y pasajeros, la escasa formación profesional de nuestros desempleados y la escasa o nula puesta en marcha de las medidas necesarias para solucionarlo. Culpa en parte de los ciudadanos por no ser más exigentes y quedarnos en quejas en redes sociales; pero, sobre todo, culpa de los políticos por estar entretenidos en sus batallitas partidistas por encima de todo y en presentarnos infografías y planes de inversiones que no tienen luego recorrido alguno o tardan años en ponerlas en marcha.
Empresarios de la península se quejan de que falta mano de obra. En Melilla tenemos 7.343 parados y los empresarios siguen pidiendo transfronterizos. ¿Por qué no se contrata a los melillenses en paro?
La queja es lógica y, por desgracia, tienen razón. No se encuentran trabajadores formados en los oficios que estaban cubiertos por los transfronterizos y ha habido tiempo y dinero para corregir esta situación. Las empresas de fuera no suelen contratar transfronterizos, sino que se los traen de la Península al no encontrarlos en Melilla. Está claro que si no formamos en oficios a nuestros jóvenes -o no tan jóvenes- desempleados no podrán ser contratados por las empresas que necesiten de trabajadores especializados. No es bueno vivir de las subvenciones, los planes de empleo temporales y de la “paguitas” que provocan que muchos desempleados prefieran rechazar ofertas de empleo y cobrar sin trabajar.
¿Qué le parecen las normas restrictivas de Sanidad y la Delegación del Gobierno en la frontera?
Yo siempre he defendido que las normas están para cumplirlas, sobre todo, aquellas dictadas para proteger la salud y la sanidad de los ciudadanos. Normalmente, estas disposiciones derivan de una reglamentación comunitaria que también se debe aplicar en Melilla, principalmente, lo relativo a la entrada de productos de terceros países. Está claro que siempre se pueden mejorar los procedimientos o las instalaciones de control, pero en Melilla nunca se ha potenciado la Sanidad Exterior.
Por otra parte, habría que incidir en la necesidad de definir y separar lo que se permite traer en “régimen de viajeros” de lo que se deben considerar expediciones comerciales bajo control aduanero y para-aduanero. Todo sería más fácil y simplificado si se aplicase el Código Aduanero de la Unión de forma interna, aunque no estemos en la Unión Aduanera, pues de hecho ya se aplica por remisión cuando no hay legislación específica para Melilla y Ceuta.
Aunque algunos me critiquen por mi posicionamiento en contra de la entrada de Melilla en la Unión Aduanera achacándome motivos egoístas, debo decir que nuestra empresa www.totallogistic.es viene trabajando sin problemas desde hace 25 años en el Territorio Aduanero Comunitario y en el de aplicación del IVA y no nos supondría perjuicio alguno para nuestra actividad si Melilla entrase en la Unión Aduanera, máxime si lo hace manteniendo el IPSI y no implantando el IVA como se pretende, pues seguirá habiendo controles aduaneros a la entrada y salida de las mercancías al igual que en Canarias a pesar de haber entrado en la Unión Aduanera y seguiremos ofreciendo la amplia gama de servicios logísticos que desarrollamos.
Por cierto, aprovecho para anunciar a nuestros clientes que hemos obtenido el certificado de GARANTIA HALAL para nuestros servicios logísticos. Estamos convencidos de que nuestros clientes agradecerán este nuevo esfuerzo para dotar a nuestras empresas de una distinción más en los servicios que ofrecemos al ser la única empresa melillense que pueden garantizar la trazabilidad del estado “halal” de los productos desde que nos son entregados hasta que llegan al consumidor final. Así de fácil…
Se ha anunciado mucho que viene dinero de la Unión Europea y que durante los meses duros de la pandemia llegaron muchas ayudas para las empresas. ¿Usted lo nota? ¿Lo notó?
No sé de donde ha venido el dinero, pero sí es cierto que desde la Consejería de Hacienda se han puesto en marcha varias líneas de ayuda a los empresarios afectados por la pandemia además de las del RD 5/2021 que no llegaron a más empresas pues se exigía no haber tenido pérdidas en 2019 cuando muchas empresas habían incurrido en ellas -no por la pandemia- sino por el bloqueo de Marruecos a la salida de mercancías. Parece que el dinero que no pudo ser adjudicado entonces, se va a utilizar en nuevas líneas de ayudas.
Quizás se puedan merecer una crítica por la tardanza en movilizar esas ayudas o que llegasen a más empresas, pero lo cierto es que han llegado. En la nuestra, concretamente, hemos solicitado y cobrado las que nos hemos podido solicitar al cumplir los requisitos exigidos. Espero que lleguen pronto las ayudas anunciadas por mantenimiento y creación de empleo.
Desde la CEME, gracias al convenio suscrito con la CAM, hemos puesto en marcha un programa de asesoramiento a nuestros asociados en la tramitación de las ayudas a las que puedan tener derecho. Aconsejo a los empresarios de Melilla que se integren en la CEME directamente, si no es posible hacerlo a través de su asociación sectorial, y poder beneficiarse de los servicios que CEME ofrece a sus asociados.
El Ministerio de Política Social anunció que el Plan Integral estaría para finales de verano. ¿Cree que llegará a una conclusión distinta del Plan Estratégico que aprobó la Ciudad Autónoma? ¿Para qué cree que servirá?
Ni idea. De entrada, me pareció – y me sigue pareciendo- absurdo encargar a TRAGSATEC el estudio de la caracterización de nuestra economía con sus DAFOS y demás indicadores, cuando ya estaban publicados los resultados del análisis realizado por la consultora contratada para confeccionar el Plan Estratégico de Melilla promovido por la CAM. Me parece una pérdida de tiempo y dinero. Se debería haber tenido una más estrecha colaboración entre la Administración local y la estatal para haber analizado las propuestas del primero, ver su viabilidad y poner los fondos y medios necesarios para su desarrollo. Y si la ha habido, a los empresarios no se nos ha dicho nada al respecto. A ver qué plantea el Gobierno con su Plan Integral y las inversiones y modificaciones legislativas a realizar para darle la vuelta a la actual situación. Hasta entonces, no puedo dar otra opinión.
Como presidente de las Empresas familiares andaluzas sabrá que la falta de relevo generacional es uno de sus talones de Aquiles. ¿Por qué cree que los hijos no quieren seguir con los negocios de los padres? ¿En qué situación están las empresas familiares en Melilla?
Lo primero que quiero aclarar es que la AAEF fundada hace 21 años acoge en su seno también a las empresas familiares de Ceuta y Melilla. Desde hace unos años tengo el honor de presidirla y siempre aprovecho cualquier ocasión para hablar de mi libro “Melilla” y de llamar la atención de la situación por la que estamos atravesando. Es un orgullo estar representando a socios como Mayoral, Cosentino, Osborne, Barbadillo, Iturri, Persán, González Byass, Gaselec o el Grupo Azvi todas ellas muy conocidas y otras muchas empresas familiares -tan importantes para nosotros como las anteriores- líderes en su sector, aunque sean menos conocidas del gran público.
Respecto a su pregunta, efectivamente, el relevo generacional es la asignatura pendiente a la que antes o después se tienen que enfrentar todas las empresas familiares. Por eso, desde la AAEF estamos enfocados en hacer pedagogía y dar formación respecto a la necesidad de establecer unas reglas e instrumentos que faciliten un ordenado relevo generacional. Entre ellas, fomentamos la creación de los órganos de gobernanza de la familia (el Consejo y la Asamblea Familiar) -independiente de los mercantiles - donde los familiares pueden manifestar sus opiniones, sus necesidades y los objetivos que quieren para su familia y su empresa. Por supuesto, les invitamos a establecer el Protocolo Familiar como herramienta de solución de los conflictos que pueden aparecer en el momento del relevo generacional o durante la vida de la empresa familiar. También hemos conseguido de la Junta de Andalucía que la fiscalidad en la transmisión de las empresas familiares en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones no dificulte este relevo generacional estableciendo una importante bonificación en el tipo impositivo aplicable.
El que los hijos no quieran seguir con el negocio de sus padres se puede deber a muchas circunstancias o razones. La primera, es que no les haga ilusión ponerse al frente de ese negocio. Y sin ilusión no se puede ni se debe dedicar la vida a algo en lo que no crees. También los jóvenes hoy día tienen más oportunidades que sus progenitores de desarrollar una carrera profesional o empresarial distinta a la que puedan tener en casa. Otra razón, es que no todos tenemos vocación empresarial ni debemos sentirnos obligados a continuar lo que nuestros padres o abuelos empezaron. Por eso, desde nuestra Asociación estamos trabajando para conseguir que la familia se sienta orgullosa de su legado e intente mantenerlo para la siguiente generación. Es difícil, pero se consigue si hay ilusión.
Como en el resto de España y gran parte del mundo, la mayoría de las empresas melillenses somos familiares. Y como en el resto de España, la mayoría somos pequeñas y medianas empresas y también microempresas y autónomos salvo unas pocas excepciones. Yo echo en falta, respecto a las empresas familiares andaluzas, que en Melilla no se siente o se manifiesta el orgullo de ser empresa familiar. Y es una pena. Las 18 Asociaciones Territoriales de la EF estamos trabajando para que la sociedad y las Administraciones Públicas sean conscientes de lo que aportamos las empresas familiares a la sociedad y se nos tenga en cuenta a la hora de legislar. El 89% de las empresas españolas son familiares, generamos el 67% del empleo privado y aportamos el 57% del PIB privado. A todo ello, debo añadir dos de las características fundamentales de las EF: el arraigo al territorio con creación de riqueza para nuestros vecinos y la visión a largo plazo.
Animo a todos a que visiten nuestra página web www.aaef.net y vean lo que hacemos desde la Asociación por las empresas familiares y si quieren unirse que no duden en contactarnos. Y sintámonos siempre orgullosos de ser empresas familiares.
Usted es un gran crítico de la situación del transporte aéreo en Melilla. En Melilla estuvo el ex ministro Miguel Sebastián y habló de la necesidad de quitar la subvención del 75% pero quien lo defienda se arriesga a ser crucificado. ¿Qué podemos hacer para que a los no residentes no les salga el billete a precio de vuelos internacionales?
Creo que no soy el único en criticarlo, y no solo el transporte aéreo sino también el marítimo tanto de personas como de mercancías. Es inadmisible el pésimo nivel de los servicios del transporte público subvencionado por el Estado y que son el único medio que tenemos los melillenses para estar unidos al resto del territorio español y, sobre todo, los precios abusivos que se están aplicando por parte de los que detentan un monopolio “de facto” en las conexiones aéreas. No me vale, como justifican algunos en las redes sociales, que tal día de tal mes y a tal hora se ofrecen billetes muy baratos. Ni son tantos días, ni tengo por qué esperar a esas ofertas. Yo quiero viajar cuando me apetece o lo necesito. Es un derecho que tenemos los melillenses y que no siempre se ve cumplido. Las limitaciones actuales del aeropuerto impiden la libre competencia y la posibilidad que lleguen otras compañías con otro tipo de aeronaves y se amplíen destinos y orígenes para fomento de la llegada de turistas y de no residentes.
El incrementar al 75% el importe de la bonificación que tenemos los residentes no ha solucionado nada. Al contrario, se han subido los precios y los melillenses no hemos notado la diferencia de haber pasado del 50 al 75% de subvención. Y ya no digo nada para los que no tienen derecho a esa subvención. Como ha manifestado el presidente de CEME no estamos a favor de quitar la subvención, sino que la misma no está funcionado como debiera y hay que buscar otras alternativas. Espero que en el Plan Integral que está diseñando el Gobierno se pongan soluciones al mayor problema de nuestra Ciudad: los transportes. Creo que todo pasa por el cambio de categoría del aeropuerto, la ampliación de su pista y la instalación de un nuevo sistema de aproximación -con acuerdo necesario o no por parte de Marruecos- que posibilite las operaciones con “nubes bajas” y se termine con las famosas “causas técnicas” que justifican de aquella manera los retrasos y las cancelaciones de vuelos a Melilla.
Ni tenemos el mejor contrato marítimo de la historia, ni se está aplicando la bonificación al transporte de mercancías prevista desde los PGE del 2017. Si se debe implantar las OSP desde Málaga y Madrid a un precio razonable, que se implanten. Y si hay dificultades “comunitarias” para ello, que se solucionen articulando la fórmula que sea necesaria. Ya está bien buscar excusas para no dar un paso en este sentido. Los políticos y la Administración están para solucionar los problemas y no para plantear excusas de por qué no lo han hecho.
En su opinión, ¿qué relación deberíamos tener con Marruecos?
Pues las “normales” entre las poblaciones de ambos lados de una frontera: de buena vecindad. Lo malo es que el Gobierno de nuestro país vecino, no está por la labor y hace todo lo posible por impedirla. Incluso, en esta “nueva etapa sin precedentes”, ya vemos lo que ellos entienden por reciprocidad y una buena vecindad: seguimos sin que puedan circular aduaneramente mercancías entre ambos lados de la frontera, se paraliza la salida de los melillenses dando prioridad absoluta a los marroquíes que llegan en la OPE, no nos dejan pasar en régimen de viajeros -habitual entre dos países fronterizos- ni un danone o un regalo para nuestros amigos o familiares del otro lado de la frontera, siguen poniendo obstáculos -incluso físicos, al parecer- a la aproximación al aeropuerto sobrevolando su espacio aéreo, etc. En fin, una clara muestra de la buena voluntad que dicen tener y de la “buena vecindad” que parecen no querer.
No me preocupa -aunque me molesta- su obsesión por despreciar a Melilla y Ceuta llamándolas “ciudades ocupadas” -o presidios o enclaves- e intentando anexionarlas a su sueño del “Gran Marruecos” como ya está consiguiendo con el Sahara -gracias a la inestimable ayuda de nuestro presidente- o el estéril debate si estamos o no bajo el paraguas de la OTAN. Melilla ha sido, es y seguirá siendo España mientras los melillenses y españoles queramos. Me preocupa que nuestro Gobierno no ponga más fuerza en las negociaciones con nuestro querido vecino y se pliegue sin rechistar a todas y cada una de las acciones que emprende Marruecos para asfixiar a las dos ciudades europeas en el norte de África. Por razones geográficas, históricas, familiares o económicas estamos “condenados” a entendernos y a llevarnos bien. Y sería bueno para ambas partes que lo consiguiéramos. De ser así, la frontera formaría parte de nuestro futuro.
Excelente entrevista, muy esclarecedora sobre la situación actual que se vive en Melilla. Me quedo con una de sus frases: "Melilla tiene más de 7.300 desempleados (muchos de ellos sin formación) y bastantes de ellos prefieren vivir de las subvenciones, de los planes de empleo y de la paguita". Los mismos que no hacen nada por progresar, formarse y mejorar su situación pero sí despotrican de los peninsulares y de los transfronterizos que vienen a trabajar a Melilla. Mucho vago mantenido y con DNI regalado estamos financiando en Melilla losnque pagamos impuestos y bien lo sabe la clase política local, que vive de la retroalimentación con esta manada de parásitos que nada aporta ni a la sociedad ni a la economía de nuestra ciudad
Magnífica entrevista que refleja la realidad y las soluciones a los grandes problemas de esta ciudad.