Melilla vivió ayer una jornada en la que se registró uno de los mayores números de positivos de coronavirus, 50, y una personas falleció, elevando hasta 10 la cifra de muertos a causa del Covid-19.
La situación que atraviesa la ciudad es crítica. Es, junto a Navarra y Madrid, la región española de mayor riesgo por la situación epidemiológica y ya se rozan los 700 casos activos. Nos encontramos en un escenario realmente peligroso, la curva de la pandemia no termina de doblarse y cada día es un jarro de agua fría cuando se conocen los datos de contagios.
El pasado 25 de agosto se anunciaron unas órdenes que fueron tumbadas por la Justicia y se perdió un tiempo precioso durante el que no se realizó ningún otro movimiento desde la Administración local, que esperaba a conocer al dictamen final de los jueces. Ahora, tenemos que lamentar el inmovilismo durante esos días que nos han abocado a la dramática situación que vivimos y que ha devenido en nuevas medidas, aún más drásticas, como el cierre de la hostelería.
El coronavirus sigue contagiando a decenas de personas cada día, y la situación se está agravando, especialmente para los colectivos más vulnerables. En la Residencia de Mayores ya hay 8 residentes contagiados y cinco trabajadores y en el Comarcal hay un buen número de sanitarios en cuarentena.
Tendremos que ver el resultado de las nuevas medidas que se han adoptado y como influyen en el número de contagios pero, sin duda, tendrían que haberse tomado con anterioridad y haberse evitado llegar a la situación a la que nos encontramos: el segundo territorio español con peores datos.