La Viceconsejería da de baja a esas dos asociaciones del registro por no presentar proyectos
El trabajo en una asociación ni está pagado ni reconocido. Son muchas horas las que hay que echar para mantener una entidad viva, en la que se hagan muchas actividades y que permita ayudar a la gente del barrio. Por eso, las personas que están al frente de las asociaciones acaban agotadas de luchar y de invertir todo su tiempo en estas entidades. Muchos presidentes, cuando ponen su dimisión sobre la mesa, no encuentran a una persona que les releve y la entidad queda abandonada y desaparece. Éste es el caso de dos asociaciones que han sido dadas de baja en el registro que tiene la Viceconsejería del Mayor y Relaciones Vecinales: Jazmín y Acera Negrete, como publicó el pasado viernes el BOME.
La Asociación Jazmín comenzó con actividades hace unos años. Como todas las entidades de vecinos, su objetivo era echar una mano al barrio y organizar fiestas para los mayores y los niños de las casas cercanas. Pero su presidente, Hassan Mehamed, tuvo que marcharse de la zona y decidió dejar que otros continuaran con la labor de Jazmín. Llegó a organizar una asamblea, pero nadie se quería encargar con el trabajo de una entidad de estas características. Además, había alguna que otra división entre los componentes de la asociación, así que finalmente Jazmín ha dejado de funcionar. Ahora son dos entidades similares las que acogen a esos vecinos, una de ellas es Monte Pinar, aseguró Mehamed, que desconoce el nombre de la otra.
Sin sede y sin presidenta
Algo similar ha sucedido con Acera Negrete, su presidenta Montse Artero llevaba muchos meses pidiendo una sede. Su local era un antiguo garaje en el que no cabían ni los niños que asistían a las clases de manualidades y teatro ni las madres que necesitaban cursos de alfabetización. Todas las actividades que organizaba la entidad se desarrollaban en la calle. Pero a principios del pasado año, Artero se negó a seguir en esas condiciones.
Les habían prometido que la ludoteca que se ha creado muy cerca de su antigua sede sería para ellos, pero no fue así. En esa entidad atienden a personas derivadas de servicios sociales y no hay espacio para los miembros de Acera Negrete. Por ello, interrumpió los proyectos de su asociación y presentó su dimisión. Nadie quiso hacerse cargo de la entidad, así que ha desaparecido. Unos 20 niños y sus familias se han quedado sin talleres porque Artero no pudo luchar más por una asociación sin sede.
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