Javier Imbroda Ortíz, melillense, entrenador de baloncesto de élite a nivel nacional y docente, acaba de irrumpir en la política como consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía. Fue recibido en Melilla por su hermano, Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad Autónoma, durante la primera visita de Juanma Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía. Su primera visita también como consejero andaluz de Educación y Deportes. Javier Imbroda lleva poco más de cincuenta días en el cargo y su intención es hacer que la enseñanza y las mejoras de calidad educativa no partan de las salas legislativas, sino de las propias aulas.
–¿Cómo se ha encontrado la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía tras décadas del Partido Socialista?
–Me la he encontrado bastante mejorable. Es decir, creo que el Gobierno Socialista hizo algo muy importante que fue dar la oportunidad de que todos los niños tuvieran su escolarización. Dicho esto, ahora lo que tenemos que mejorar es la calidad educativa. Tenemos que mejorar la motivación de los docentes y tratar de superar tasas de abandono escolar que son insoportables. En definitiva, hay mucho que hacer, no solamente a nivel estructural, a nivel de infraestructura, de servicios complementarios, sino de mejora de la calidad educativa.
–¿Qué tipo de ideas tendría para mejorar esa calidad educativa?
–Estamos ahora mismo en esa fase. Yo me he dado de aquí a final de curso. Llevo 50 días en la Consejería, estoy recién llegado. Pero con todo mi equipo nos hemos puesto de margen para recabar toda la información, todas las sensibilidades, todas las sugerencias, todos los conocimientos de la comunidad educativa para poder legislar. Yo considero que quien tiene que dar el conocimiento es la comunidad educativa, no las salas legislativas. Y desde la comunidad educativa recabar todo ese conocimiento para que luego los legisladores podamos crear ese contexto legal para poder desarrollar todas esas iniciativas.
–¿Qué planes tiene para la Consejería a corto plazo? ¿Qué le gustaría hacer o mejorar del sector de la enseñanza?
–Hemos puesto en marcha distintas medidas para abordar lo más urgente, sin perder de vista lo más trascendente, porque la vorágine del día a día de este transatlántico que es esta Consejería no puede desviar la atención de lo más importante, como es la mejora del sistema educativo y las medidas que lo permitan.
Lo primero ha sido trasladar tranquilidad a los miles de opositores, porque las elecciones paralizaron los procedimientos, y nos pusimos manos a la obra desde el primer minuto para que la convocatoria de 2019 se celebrara en tiempo y forma. Hemos puesto en marcha un segundo llamamiento semanal en SIPRI (Sistema de Provisión de Interinidades) para reducir el tiempo para cubrir las bajas y sustituciones y que nuestros niños pasen el menor tiempo posible sin profesor, un sistema que nos hemos encontrado y que queremos seguir mejorando.
Ya está en marcha el anteproyecto de Ley de Reconocimiento de la Autoridad Docente, que convertirá en autoridad pública a maestros y profesores, una medida muy necesaria para recuperar el respeto para una figura fundamental para nuestra sociedad, a la que lanzamos así el mensaje de que la Educación es un oficio sagrado.
Este consejero ha asumido esta gran responsabilidad no para gestionar la educación en Andalucía, sino para transformarla, con un principio de calidad, de excelencia, y por ello queremos facilitar las herramientas necesarias para mejorar la formación de nuestros docentes, a los que les vamos a apoyar siempre pero también a exigirles.
–¿De qué forma podría implicar a la comunidad educativa para que pudiese intervenir en la mejora de la calidad de la enseñanza en Andalucía?
–Mire, ya he expuesto en sede parlamentaria que estoy aquí para despolitizar la Educación, y que nuestras políticas no se perciban como una imposición, sino como fruto del diálogo y del consenso. Este consejero es un docente que viene de un patio de colegio, y tiene claro que la Educación parte de las aulas, no de las salas legislativas. Vamos a desplegarnos por todas las provincias de Andalucía, recogiendo las inquietudes, las propuestas y necesidades de la comunidad educativa.
Esta semana, junto a todo mi equipo de la Consejería, hemos estado en Almería, y en 15 días estaremos en Cádiz, cerca de 30 personas visitando centros, manteniendo reuniones, tocando la realidad. Queremos que se sientan partícipes de este reto de mejorar el sistema educativo, los profesores, los maestros, las familias, los alumnos, los inspectores, los conserjes, todos los profesionales, todos podemos aportar para mejorar las cosas.
–De cara al convenio de colaboración que la Junta de Andalucía ha firmado con Ceuta y Melilla, ¿cómo podría intervenir su Consejería para fomentar las relaciones con las ciudades autónomas?
–Están en proceso de elaboración con distintas propuestas en ámbitos muy diversos, pero a grandes rasgos la intención es implementar una colaboración que favorezca un mejor conocimiento mutuo, tendiendo puentes culturales y educativos, que podamos compartir experiencias, colaborar en la mejora de la formación de nuestros alumnos y docentes, en definitiva, que seamos capaces de tener cada vez un mayor entendimiento poniendo en valor lo mejor de Andalucía y lo mejor de Melilla y Ceuta.
–Ha mencionado cómo está la situación educativa en Andalucía, ¿usted tiene algún conocimiento sobre la de Melilla? ¿Conocía esa situación antes?
–Sí, aunque no tengo un conocimiento en profundidad, pero prometo que lo voy a tener. Es cierto que tengo nociones de cómo está la situación aquí. Se da cierto parentesco con la situación en Andalucía, donde hay una tasa de abandono escolar de un 23,4%. Sé que ese índice en Melilla es también más alto, y de las más elevados. Evidentemente aquí tenemos una situación singular en ese aspecto, donde el Gobierno de España tiene toda la responsabilidad. Es decir, la Ciudad Autónoma no tiene las competencias en Educación, está muy limitada su capacidad de acción.
Nosotros en Andalucía, desde la Consejería que represento, vamos a intentar colaborar de alguna forma llegando a acuerdos de programas que nosotros vamos ir implantando en todo el territorio andaluz y que puedan de alguna manera poder tener prolongación en Melilla. Sin ninguna duda, estaré como siempre he estado, muy cerca de Melilla.
–Usted ha sido entrenador de baloncesto , ¿cómo podría aplicar su experiencia en el mundo deportivo en política?
–Es muy importante, yo siempre he dicho que la alta competición para mí, que ha sido en la que he estado más de veinticinco años, siempre ha sido una escuela de vida y el deporte te enseña una serie de valores que te acompañan a lo largo de tu vida. Evidentemente todos esos conocimientos y esa experiencia sin ninguna duda me van a servir para poderlas utilizar en esta responsabilidad tan grande que me han encomendado en estos momentos.
–¿Cómo ha sido el recibimiento? Ha sido una sorpresa para muchos que diese el salto del deporte hacia la política.
–Tengo que decir que soy un docente de profesión y de vocación. Es decir, que mi oficio es ser docente. Soy doctor por la Universidad de Málaga en Ciencias de la Educación. O sea que mi estudio y mi preparación siempre fue la educación, pero es cierto que he estado más de veinticinco años en la alta competición deportiva y es muy complicado mantenerse ahí durante. En fin, son etapas de la vida y se produjo esta posibilidad. Aquí estoy: me llamaron para que asumiera esta enorme responsabilidad y estoy ilusionado por tratar de aportar a este mundo lo mejor de mí.
–Usted creó la Fundación Javier Imbroda, ¿está satisfecho con la labor de esta institución?
–Sí, porque fue una idea que quise desarrollar hace ya muchos años, pude ponerla en marcha hace cinco y se han beneficiado ya más de 200 niños y jóvenes. Es un programa que lo que hace es realizar un apoyo escolar y utiliza el deporte como herramienta inclusiva para los niños. Actualmente trabajamos con 60 niños aproximadamente de los cuales alrededor de 40 son hijos de la inmigración. Puedo decir con mucha satisfacción que del curso pasado el 96% de esos niños aprobaron todo. Así que es un programa que está funcionando y estoy muy contento de poder ayudar, y no solamente en temas escolares y académicos, sino en temas sociales y, por supuesto, con el deporte siempre presente.
–¿Cree que podría darse en Melilla un pacto similar al de Andalucía de cara a las próximas elecciones?
–El tiempo de las mayorías absolutas, de cualquier signo, creo que ha pasado. Vivimos una etapa donde hay mucha pluralidad en el panorama político, que desde el fin del bipartidismo se ha fraccionado. Evidentemente todo hace que estemos destinados a entendernos. Nos tenemos que entender y creo que es bueno para la política que se pacte. Confío en que Andalucía sea un ejemplo y un modelo para el resto de comunidades.
–Y de cara al futuro, ¿cree que podría dar el paso hacia la política melillense?
– No creo. Mi paso a la política tendrá una fecha de caducidad, no me veo durante mucho tiempo. Pero, en fin, en la vida nunca se saben los caminos que se pueden tomar. Porque quién me iba a decir a mí que iba a venir a Melilla, iba a recibirme mi hermano como presidente del Gobierno y yo siendo consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía. Si me lo hubieran dicho hace tres meses, hubiera respondido: “¿Qué estás diciendo?”. Pero, en fin, en la vida nunca se sabe y evidentemente mi camino está donde está.
–Claro, consejero de Andalucía y además por Ciudadanos, que es lo que le ha sorprendido a mucha gente.
– Yo nunca tuve conversaciones con el Partido Popular de una posible incorporación. Nunca. Entiendo que haya sido más sorprendente para el resto que para mí. Yo llego a esto porque Albert Rivera lleva años detrás de mí intentando convencerme. Le dije cuatro veces que no y en esta última etapa fue cuando empecé a pensar en dar ese paso, como finalmente di. Pero es verdad que con el Partido Popular nunca tuve conversaciones en este sentido para incorporarme.
–¿Qué relación tiene con Albert Rivera?
–Con Albert tengo una relación personal desde hace unos años y su liderazgo representa mucho a la sociedad española. Es un hombre joven con muchas capacidades y le deseo lo mejor porque puede aportar para España un liderazgo muy importante.
–Las encuestas electorales a nivel nacional están siendo muy favorables para Ciudadanos, ¿ve a Albert Rivera como nuevo inquilino de la Moncloa?
–Él me convenció para formar parte de este proyecto que me ha dado la oportunidad de estar al frente de esta gran responsabilidad en el Gobierno de Andalucía. Creo que la política y la sociedad española necesitaban de un líder como él, capaz de recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones, que abandera esa necesidad de regeneración, que defiende la igualdad entre los españoles, un líder moderno, reformista, que no mira el carné sino el talento para de un proyecto que plantea fórmulas globales a los retos complejos de estos nuevos tiempos. Sin duda será un gran presidente para este país.
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