Las obras de Aguadú se paralizarán por orden del Ministerio del Interior hasta que se haya estudiado la zona para no causar más daños. Así lo ha comunicado el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Manuel Ángel Quevedo.
El ‘ecocidio’ que se está acometiendo en Aguadú desde principios de agosto es uno de los temas medioambientales que más preocupan a la ciudad actualmente. Tanto los ecologistas locales como la Ciudad Autónoma y expertos científicos de la Universidad de Granada ya han dado la voz de alarma ante el destrozo que están provocando en una de las tres Zonas de Especial Conservación (ZEC) de Melilla a causa de unas obras del Ministerio del Interior.
Quevedo ha afirmado que los responsables de la obra parecen “más sensibles” respecto a los últimos requerimientos que se han hecho y, por ello, han comunicado que pararán las obras por el momento.
El consejero de Medio Ambiente ha reiterado que la Ciudad Autónoma está dispuesta a prestar la máxima colaboración con Interior para que las obras se lleven a cabo correctamente, pero se reclama que las obras se hagan de forma coordinada y consensuada teniendo en cuenta que la actuación se está llevando a cabo en una zona ZEC.
Recuerda Quevedo que desde su área han reclamado varias veces el tipo de obra que se está haciendo y el objetivo de las mismas para saber el impacto ambiental que va a tener en Aguadú. Sin embargo, no se le han proporcionado estos datos ni la duración prevista de la obra.
Tras ver los anexos de los informes presentados, el Ministerio se habría dado cuenta de lo sucedido en la zona. Quevedo anuncia que llegará a la ciudad un jefe de servicio en Melilla que comenzará a hacer todos los estudios medioambientales pertinentes.
Aunque el daño ya está hecho y se habría modificado sustancialmente hasta un 65% del paisaje natural de Aguadú, el consejero considera que debería haber unas medidas compensatorias para poder recuperar parte de la vegetación afectada.
“Los técnicos tendrán que estudiar qué medidas compensatorias se pueden tomar, pero ya hay cosas que evidentemente no van a volver a estar, pero se pueden parar otras”, explica. Por eso, asegura que lo más importante actualmente es “no seguir dañando” el entorno.
Según el informe científico que elaboraron expertos de la UGR, especies de plantas de Aguadú habrían sido eliminadas de un plumazo como consecuencia de las obras que se están llevando a cabo desde agosto.
Ante la falta de información, los expertos creen que los encargados de la obra decidieron eliminar las especies autóctonas más importantes y conservando la vegetación de mayor tamaño, como los árboles. Alrededor de 28 especies de plantas han resultado altamente dañadas como consecuencia y se habrían eliminado otras, como el palmito, la jara blanca, o la jarilla cabeza de gato (la joya más valiosa de la flora melillense).
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