Me sorprendió al llegar a Melilla, después del tiempo en mi aldea natal de Santiago de Aday y recorrido turístico por pueblos costeros del Cantábrico, la buena acogida de los melillenses al Pasacalles Modernista siguiendo el recorrido por las céntricas calles el pasado domingo día 2, para explicar, a pie de los edificios modernistas singulares, todo lo relacionado con el estilo modernista, tras la puesta en escena por la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad con motivo del Día Mundial de la Arquitectura. Y me sorprendió la participación del Colegio de Arquitectos de Melilla en el evento, lo que no es frecuente es este tipo de actividades. Pero, sin lugar a dudas, por tratarse del Día Mundial de la Arquitectura y un reconocimiento a los arquitectos diseñadores y constructores de la obra modernista en Melilla, a raíz de la llegada, en junio de 1909, del arquitecto catalán, Enrique Nieto y Nieto y, posteriormente, otros arquitectos e ingenieros diseñadores también de la edificación modernista y no modernista.
Con anterioridad se dicta una Real Orden de 29 de noviembre de 1904 por la que se ordenaba a la Comandancia de Ingenieros para que redactara un plan de construcción del nuevo centro urbano. Este primer plan lo redactó el capitán Eusebio Redondo Ballester, en 1906 de fecha 7 de septiembre, que dio lugar al actual barrio Héroes de España. Posteriormente el ingeniero militar José de la Gándara redacta en 1910 el Plan de Urbanización de Melilla conocido como Ensanche. A partir de aquí surgirá sobre su trazado lo que se dio en llamar el nacimiento del modernismo melillense, tomando como ejemplo el Ensanche de Barcelona.
Decía que me sorprendió el Pasacalles Modernista y el seguimiento de público para conocer, de manera amena y eficaz, los orígenes del modernismo melillense y el diseño y construcción de edificios emblemáticos modernistas diseñados por el arquitecto modernista Enrique Nieto y Nieto y, más tarde, por otros arquitectos e ingenieros también modernistas que contribuyeron a crear un crecimiento de ciudad modélico, destacando Mauricio Jalvo, Manuel Becerra, Emilio Alzugaray, José Polanca y Juan Nolla.
Pasado el tiempo, sería incoado y declarado conjunto histórico modernista una parte de la ciudad, previas gestiones de la Dirección Provincial de Cultura con los organismos competentes en la materia: Ministerio de Cultura, Dirección General de Monumentos y Conjuntos e informes preceptivos de la Real Academia de la Historia y, finalmente, la publicación en el Boletín Oficial del Estado y el BOME de Melilla, otorgándole la máxima categoría de protección al conjunto modernista de Melilla.
Pero conviene recordar que la declaración de conjunto modernista - único en la geografía española - fue declarado como tal conjunto, no por los más conocidos edificios emblemáticos, sino por la cantidad de la edificación modernista que se extiende a modo de mímesis modernista por los distintos barrios de la ciudad y, en algunos casos, con edificios singulares a los emblemáticos en el centro, todos recogidos en el Inventario de Interés Arquitectónico realizado por el Ministerio de Cultura, en 1979, previo desplazamiento a Melilla de arquitectos, aparejadores y delineantes para establecer los límites del conjunto, más los trabajos realizados por la sección de patrimonio para la localización de la edificación modernista y seguimiento de los técnicos desplazados a Melilla.
No obstante, al día de hoy se ha dejado un tanto al margen el conjunto modernista para centrarse en los edificios emblemáticos del centro. Situación que nos recuerda aquel dicho popular: “si se talan los árboles, terminará por desaparecer el bosque”. En este caso, el bosque modernista melillense
Y bien está lo que está bien para la difusión del modernismo a los melillenses y a quienes nos visitan sobre la importancia del conjunto histórico modernista. Es el hecho concreto del Pasacalles Modernista, como en otras ocasiones la interesante labor de los guías melillenses dando a conocer a quienes nos visitan la importancia de las inequívocas señas de identidad de Melilla: la histórica y monumental Melilla la Vieja, declarada conjunto histórico en 1983, y el Ensanche modernista declarado como tal en 1985. En ambos casos, otorgándoles la máxima protección, mantenimiento y restauración como así se especifica en la Ley del Patrimonio Histórico Español.
Un gasto inútil para explicar que el franquismo nos dejó una base de familia patriarcal, pero hay que invertir en la ciudad, ya te digo