Los Bomberos de Melilla realizan un curso de rescate en accidentes de tráfico impartido por instructores venidos de Málaga Los avances tecnológicos son clave en estos casos.
Las tareas de rescate exigen la asunción de riesgos ante los que toda precaución es poca. Aunque algunas situaciones puedan parecer sencillas de solucionar, en muchas ocasiones la realidad muestra todo lo contrario. Especialmente cuando el objetivo es liberar a una víctima atrapada en el interior de un vehículo que acaba de sufrir un accidente.
Todo bombero ha de estar especializado en rescates y, en estos casos, debe estar sometido a un continuo proceso de formación. Conscientes de ello, la Consejería de Seguridad Ciudadana y la propia Jefatura de Bomberos organizaron ayer un curso para especializar a los miembros del Cuerpo en rescate de personas atrapadas en vehículos accidentados.
¿Por qué profundizar en la atención a siniestros de tráfico? El consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González explica la razón: “Son accidentes que, desgraciadamente, se dan”. Para especializar aún más a los bomberos en estos casos, ayer se desplazaron a Melilla tres bomberos de Málaga, que ejercen como instructores de la Escuela de Seguridad Pública de esa ciudad. “Verdaderos especialistas”, en palabras de González, que explicaron a los bomberos del Cuerpo de Melilla “cómo acceder a un vehículo accidentado”, además de qué medidas tomar para “estabilizar el coche” y lo más importante: extraer a las personas atrapadas en el automóvil.
Nuevas tecnologías
El instructor principal del curso, Enrique Mendoza, indicó que los bomberos aprenderán las técnicas más modernas de rescate durante tres días. Una de las claves será enfrentarse a las “nuevas tecnologías” que aparecen en los vehículos.
“Hay coches con motores híbridos y otros que utilizan hidrógeno o gas natural”, explicó Mendoza, y ello puede causar problemas a los bomberos en el momento de efectuar las tareas de rescate.
Cuando los bomberos usan sierras para seccionar las puertas y acceder al interior del vehículo, es esencial contar con el material adecuado, especialmente cuando se trata de vehículos que disponen de motor eléctrico. “Trabajamos con alta tensión, con dispositivos de entre 200 y 600 voltios. Hay que tener en cuenta los riesgos de esas descargas”, manifestó el instructor del curso.
Las prácticas se llevaron a cabo en un desguace de vehículos ubicado en el barrio de La Cañada. Allí, los bomberos procedieron a abordar automóviles accidentados. En primer lugar, hay que estabilizar el coche para evitar que se mueva durante las tareas de rescate. Para ello, los bomberos utilizaron maderos que colocaron delante y detrás de las ruedas.
Una vez inmovilizado el vehículo, llega el turno de abrirlo. El uso de sierras de la potencia adecuada permite arrancar las puertas sin sufrir riesgos y proceder a la extracción de las personas accidentadas. La clave: hacerlo en el mínimo tiempo posible. Sólo así se garantizará que los heridos lleguen al hospital a tiempo.