El dinero se lo queda un familiar de la persona que entra en Melilla y cubre todos los intentos necesarios.
Jean es un inmigrante congoleño de 46 años que entró en Melilla en una patera el pasado 3 de junio por la playa de Horcas Coloradas. Era su tercer intento.
Para subir a la embarcación, Jean tuvo que conseguir 2.500 euros. El dinero se paga sólo una vez y cubre todos los intentos que sean necesarios para entrar en Melilla.
Funciona así: Él entrega el dinero a un familiar en Rabat, en este caso, dice que a su hermano, y es esta persona la que paga a las mafias una vez que la patera logra entrar en Melilla.
La pregunta del millón es cómo un inmigrante que deja su país porque no tiene trabajo ni dinero consigue 2.500 euros en Marruecos para subir a una patera.
La respuesta la da el propio Jean, que asegura que tardó un año y dos meses en reunir el dinero, viviendo en los alrededores del centro comercial Marjane, de Nador, el mayor de la provincia vecina.
Aunque parece que su viaje fue un golpe de suerte, Jean comenta que la travesía en patera “es muy difícil”. Sobre todo, porque tuvo que intentarlo tres veces. En la embarcación en la que llegó a Melilla viajaban otros 24 inmigrantes, entre ellos un menor de edad y cuatro mujeres.
Era la primera patera que entraba a la ciudad tras un mes de mayo tranquilo. La llegada se produjo a las doce del mediodía, casi una semana después de la entrada masiva de casi 500 subsaharianos que saltaron la valla.
Los más jóvenes, al Gurugú
Pero no todos son capaces de sobrevivir en los alrededores del supermercado Marjane de Nador. Los inmigrantes que no tienen dinero, los más jóvenes y fuertes, optan por instalarse en el Gurugú e intentar saltar la valla todos los días. Los subsaharianos que saben que por sus condiciones físicas nunca podrán sortear la doble alambrada, se quedan en la ciudades, donde hay que ser muy “duro” para aguantar y no ser desvalijado en cualquier momento.
Charly, un inmigrante de Níger, que escucha música a solas, bajo el puente del Río de Oro que está junto al CETI, es de los que tuvo que vivir un año y medio en el monte Gurugú.
Aunque parco en palabras, explica a El Faro que para él, saltar la valla el 28 de mayo fue coser y cantar. Tiene 22 años y entró a la primera “sin dificultad” junto con otras 499 personas. De su país hay un centenar de inmigrantes en el CETI. La mayoría, como él, quiere ir a Londres. Sin embargo, Charly prefiere estar solo y evita juntarse con los que han levantado una decena de chabolas en el cauce del Río de Oro, donde se reúnen para beber hasta perder la conciencia.
Las redes que nadie detiene
La Delegación del Gobierno y la Guardia Civil están convencidos de que las mafias llevan a los inmigrantes hasta el monte Gurugú y les dan pistas sobre cómo, dónde y cuándo saltar la valla. Sin embargo, todos los inmigrantes entrevistados por El Faro niegan la mayor y aseguran que se van a las montañas de Marruecos porque no tienen dinero para pagar a nadie.
En cambio, los subsaharianos que llegan en patera o han ‘comprado’ un pasaporte en Marruecos para cruzar la frontera, lo confiesan a la primera: hasta 2.500 euros para subir a una embarcación y 50 euros para entrar por la frontera de Beni Enzar con la documentación de una persona con la que guardan algún tipo de parecido físico.
Los inmigrantes se cuidan mucho de contar cómo contactan con las mafias. Se limitan a explicar que una persona les lleva a la otra. Y este punto lo admite la Guardia Civil, que ha explicado a El Faro que es muy difícil desarticular las redes dedicadas al tráfico de personas porque éstas usan la técnica “del eslabón quebradizo”. Esto quiere decir que las personas detenidas, por ejemplo, introduciendo inmigrantes en Melilla en dobles fondos de sus coches no conocen el eslabón anterior de la cadena ni el posterior.
¿qué?
Las mafias de las pateras están radicadas en Rabat
Inmigrantes que han llegado a Melilla en patera admiten que pagan a las mafias en Rabat y sólo una vez que ellos han conseguido entrar en Melilla.
¿Cuánto?
Pagan 2.500 € por todos los intentos necesarios
Los subsaharianos que llegan a Melilla en pateras pagan hasta 2.500 euros a las mafias que se dedican a la inmigración ilegal por todos los intentos que sean necesarios.
¿Cómo?
Reúnen el dinero si se quedan en las ciudades
Al Gurugú suben los inmigrantes más fuertes y jóvenes que saben que podrán conseguir saltar la valla. En las ciudades, junto a los grandes centros comerciales, se queda el resto, que logra reunir dinero para subir a una patera.
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