Melilla vuelve a situarse a la cola de uno de los informes PISA que se han conocido en las últimas semanas. Según los datos aportados por este programa, los alumnos melillenses están por detrás de sus compañeros del resto de España en competencia creativa, según ha manifestado el sindicato ANPE. Tras realizarse el ya conocido Informe PISA salen a la luz los resultados nacionales e internacionales que han ocupado su trabajo. Ya el pasado mes de diciembre de 2023, la ciudad quedaba posicionada la penúltima (la última fue Ceuta) en el ranking nacional de la evaluación, donde midieron el rendimiento académico de estudiantes – de entre 15 y 16 años – en Matemáticas, Ciencia y Lectura. Sucede que este Informe evalúa siempre una competencia innovadora, siendo la competencia creativa la de 2022. Los resultados de esta nueva competencia aparecieron publicados hace unas semanas y donde se observa que Melilla, "una de las gran olvidadas de nuestro Ministerio de Educación", encabezaba la clasificación de una de las peores posicionadas. El resultado obtenido por parte de nuestra ciudad en esta competencia es de 26,1 sobre 60, "resultados que asustan, si tenemos en cuenta que comunidades autónomas como Madrid – con un 34,8 – o Castilla y León – con un 34,6 – obtienen una baremación inclusive por encima de la media nacional que es de un 32,8". "Lo sucedido, de nuevo, en nuestra ciudad, es más que alarmante y es nuestro Ministerio el que se tiene que preguntar por qué continuamente nuestra ciudad, Melilla, ocupa estas posiciones", apunta el sindicato. Desde el Informe Pisa se han extraído conclusiones de que la formación del profesorado y el tiempo que éste invierte en docencia directa es crucial para unos resultados favorables, así como los contextos socioeconómicos que envuelven al mundo educativo y, especialmente al alumnado. De hecho, se ha podido observar que alumnos con niveles socioeconómicos medio-altos obtienen resultados positivos. "¿Por qué estos malos resultados?", se pregunta ANPE para insistir en que esto se debe a la suma de numerosos factores. Entre otras, "ratios con cifras desorbitadas, lo que genera que la atención individualizada sea cada vez menor; la necesidad de fomentar y proporcionar más formación específica e innovadora a profesores; reducir la burocracia de los docentes; e invertir en recursos tantos materiales como personales". "Todo esto y mucho más, para evitar futuros resultados negativos en el Informe PISA que se realizará en 2025 y que tendrá como competencias innovadoras: la digital y la lengua extranjera", concluye la organización sindical.