En el año 2000, después de haber publicado en “El Telegrama de Melilla” una tetralogía titulada: “La verdadera historia de la conquista de Melilla”. Ayudado en los aspectos técnicos pro mi amigo Carlos Esquembri (Oficial de Marina Mercante), escribí a Isabel Álvarez de Toledo, Duquesa de Medina Sidonia, una carta para intenta fijar algunos datos de la oscura conquista de Melilla, que la propia Casa de Medina Sidonia fija en 1496. La respuesta de La Duquesa, que ya publiqué, es la siguiente: Isabel Álvarez de Toledo, Duquesa de Medina Sidonia, 7 de noviembre de 2000: “De la conquista de Melilla propiamente dicha, sólo hay una carta de los Católicos, al Duque de Medina Sidonia, diciéndoles haber dado la noticia Francisco de Estopiñán. Es que no fuese Pedro, de oficio contador, si no su hermano Bartolomé, de oficio militar, quien dirigiese la operación……….El supuesto de que Melilla estuviese despoblada, y la alusión a las murallas desmontables de madera, que se supone inventadas para la ocasión, eran de sobra conocidas en el siglo XIV. Barrantes Maldonado (autor del relato de la conquista de Melilla)……….cuyas inexactitudes y falsedades flagrantes se pueden comprobar consultado documentos que aún se conservan. Si consultó unas fuentes y ocultó otras, es porque lo contrataron para montar una versión oficial del pasado, sin más finalidad que la de ocultar la historia real”. Una investigación reciente de Rafael Castrillo Márquez, profesor de la Universidad Complutense, menciona a Bartolomé de Estopiñán, a quién acompañó su hermano Pedro en la conquista de Tenerife, en “Melilla bajo los Medina Sidonia. Este dato refrenda el aportado hace 11 años sobre el casi desconocido Bartolomé, por la propia Duquesa, y podría empezar a aclarar el cómo de la propia conquista de Melilla, episodio todavía muy oscuro. Que no hubiese batalla en el momento del desembarco parece admitido hasta por las fuentes árabes, pero eso no quiere decir que Melilla estuviese completamente deshabitada. Casi con seguridad población civil autóctona tuvo que decidir permanecer en Melilla pese a la inminencia e inevitabilidad de la conquista castellana, pero o bien fue eyectada por los propios conquistadores o acabó sirviendo a las órdenes de los nuevos dueños de la zona. En 1497 España era la 1ª potencia mundial en todos los órdenes con el ejército más preparado y potente y en perfecto estado bélico, pues había conquistado todo el Reino Nazarí en sólo 5 años. No había manera de presentar batalla a una maquinaria bélica de ese calibre. Melilla hubiese caído, tanto si hubiesen presentado resistencia como si no. Los mejores y más brillantes militares e ingenieros castellanos de la parte final de La Reconquista, prepararon y diseñaron la ocupación de Melilla. El papel preponderante de Pedro de Estopiñán fue diseñado a posteriori y se ocultaron intencionadamente los nombres, tanto del Almirante que estaba a cargo de la flota de La Conquista, como del verdadero jefe de la expedición, que no pudo ser otro que Bartolomé de Estopiñán, al que su hermano Pedro siempre acompañaba. Probablemente su inesperado fallecimiento en 1507, dicen que envenenado, fue lo que hiciese recordarle, por la propia Casa de Medina Sidonia, como el Conquistador que nunca fue, al menos único, de Melilla Aun así, el nombre de Pedro de Estopiñán no corre riesgo de olvidarse, pues en Melilla lleva su nombre tanto la plaza de Estopiñán, como el parador de Turismo o el de una asociación de vecinos y tiene incluso dedicada una estatua, que estaba instalada en la que hoy es la plaza de Yazmin Benarroch y entonces de Pedro de Estopiñán y que el Alcalde Popular Ignacio Velázquez decidió retirar a su actual emplazamiento, a mediados de los años 90 del pasado siglo, modificando también el nombre de la plaza. Decididamente no es un nombre ni para el siglo XXI ni para el futuro de Melilla. Es una inexplicable vuelta al pasado.