El presidente autonómico, Juan José Imbroda, pidió ayer “menos poesía y más realismo” a la hora de hablar sobre la valla fronteriza, en referencia a la polémica suscitada por la instalación de una concertina en el perímetro para evitar la entrada de inmigrantes. En referencia a las declaraciones del presidente Mariano Rajoy, quien apuntó que había pedido un informe al Ministerio del Interior para comprobar qué efecto puede tener las cuchillas sobre las personas, Imbroda apuntó que se ha hecho eco de tales declaraciones y “lo único que puede hacer es esperar que se vuelva a pronunciar al respecto”.
“A mi no me gusta la concertina. Todo lo que hiera o produzca daños a las personas no es de mi agrado, ni el alambre de espino, ni las bayonetas ni los cristales rotos sobre las murallas”, apuntó la máxima autoridad local. “Si ustedes quieren, descendemos al terreno lírico y digo que tampoco me gustan las vallas ni las fronteras. Podemos escribir así muchas poesías, pero no estaríamos siendo nada realistas, sino más bien contraproducentes”, apuntilló.
En la misma línea, remarcó que si la valla que separa la ciudad autónoma de Marruecos no existiera “tendríamos en la ciudad, no a miles de inmigrantes, sino a millones de subsaharianos. No cabríamos aquí, Melilla desaparecería y Europa no podría dar entrada a tantas personas”. Por ello, abogó por actuar en el origen, reforzar las actuaciones de desarrollo en los países de origen de los subsaharianos. “Es normal que quieran venir a Europa con todos los problemas de guerras, corrupción y malos gobiernos que hay en África”, remarcó el presidente autonómico.
Asimismo, apuntó que no sólo la Unión Europea (UE) debería apoyar a Melilla en esta cuestión, sino todo el mundo civilizado. “Seguimos hablando de poesía, esto no es real. Hay que poner obstáculos naturales o artificiales para que esta inmigración, que es ilegal, se frene”, subrayó Imbroda. “No abrimos las puertas porque no caben todos. La entrada debe ser ordenada para que la economía de Europa pueda asimilar este fenómeno”, agregó.
Además, recalcó que muchos de los inmigrantes que llegan a España irregularmente “acaban siendo explotados, viviendo bajo puentes o haciendo cualquier tipo de trabajos”. Por otro lado, recordó que la concertina sigue siendo utilizada en la frontera de Ceuta, así como que en Melilla se instaló tras las avalanchas de subsaharianos del 2005. El presidente incluso llegó a establecer similitudes con la frontera entre México y Estados Unidos (EEUU), que también cuenta con cuchillas. “No se pueden mezclar los sentimientos y los deseos con la realidad. Hemos visto imágenes terribles, con más de un millar de personas bajando de noche del Gurugú en fila india. Eso ha dado la vuelta al mundo, es muy impactante. ¿Qué hacemos para frenarlo?”, agregó.
“Ese ‘mundo feliz’ en el que pensamos va a tardar mucho en llegar. Estoy a la espera de que se pronuncie al respecto Rajoy, pues al Gobierno central le corresponde la decisión sobre qué hacer con la concertina”, añadió Imbroda.
Para concluir, recalcó que ha escuchado sobre las cuchillas muchas críticas “que claman al cielo”, pero que aún no ha oído ninguna sugerencia alternativa. “Si quieren ustedes cogemos una guitarra y nos ponemos a pedir que se acaben las fronteras”, ironizó. “Sé que el presidente Rajoy es sensible sobre este tema, habrá que aguardar a que decida algo al respecto”, sentenció.
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