Imbroda: “Melilla no tiene que tender a parecerse a Marruecos, sino a España”

• Sobre la polémica de los borregos, el presidente dice que hay que cumplir la ley y critica a aquellos que sólo quieren confrontar. Resalta el avance que ha dado Melilla en estos 17 años con el PP al frente

“Melilla no tiene que tender a parecerse cada día más a Marruecos sino a España”. Así lo aseguró ayer el presidente del PP local y de la Ciudad, Juan José Imbroda, en un acto con la militancia para hacer balance de los dos primeros años de Gobierno de los populares. El presidente dejó claro que nuestra ciudad tiene que preservar su diversidad, eso sí, y señaló además que es mucho más compleja que cualquier localidad de la península. “Ya me gustaría a mi ser presidente de Cantabria , de la Rioja. Entiéndanme, a mi me gusta ser de Melilla y ser presidente de esta ciudad, pero es compleja”, aseveró.

El líder del Ejecutivo no dejó de lado una de las polémicas más escuchadas en las últimas semanas, la relativa al paso de borregos desde Marruecos. “Estamos en España y hay unas normas que cumplir. Que no quieran dividir a la población como hace mi amigo (en referencia al líder de CpM, Mustafa Aberchán)”, aseveró Imbroda.

El líder del Gobierno local dijo que no va a permitir que nadie quiera llevarse a una parte de la población “como si fueran suyos por llamarse Mohamed”. “Eso está muy mal”, sentenció, al tiempo que dejó claro que el PP estará en frente de todo el que quiera dividir a la población. “Esto es de todos, pero no de unos más que de otros”, continuó Imbroda, que aseguró que en nuestra ciudad “todos somos iguales”.

17 años avanzando

El presidente de la Ciudad puso en valor el avance que a su juicio ha experimentado Melilla en los últimos 17 años, aunque “a algunos les cabree” reconocer esta realidad. “Hemos ido a más, aunque siempre hay cosas por hacer”, dijo, al tiempo que señaló que hay que tener en cuenta siempre que Melilla es fronteriza con un país mucho menos desarrollado que España y las diferencias entre uno y otro lado de la frontera hacen que desde la parte marroquí “se esté empujando” porque la gente tiene necesidades que cubrir.

El líder del Ejecutivo local resaltó la fortaleza del PP tanto en el conjunto del país como en Melilla. “Llevamos 17 años sin parar. ¿Cómo vamos a engañar a la gente tantos años? Yo no creo que se pueda”, aseveró Imbroda que pidió más respeto tanto para su partido como para la gente que los vota.

El presidente quiso también poner en valor la figura del máximo dirigente del Gobierno central, Mariano Rajo, que consideró como uno de los líderes “mejores del mundo”.

En este punto, el líder del Ejecutivo local resaltó que el PP sigue siendo una formación unida, la más cohesionada de España a su entender, además de necesaria.

Cientos de simpatizantes y militantes de la formación se dieron ayer cita en el Hotel Melilla Puerto en un salón que se quedó pequeño para acogerlos. El propio Imbroda reconoció que la idea inicial había sido hacer un acto pequeño, aunque finalmente la gente respondió más de lo esperado. “Menos mal que queríamos un acto pequeño, si llegamos a quererlo grande llenamos la Plaza de Toros”, bromeó el líder del Ejecutivo local entre los aplausos de los asistentes.

“Si quitamos la valla, Melilla desaparece. Hay millones esperando para entrar”

El presidente del PP local y de la Ciudad, Juan José Imbroda, aseguró ayer que querer quitar la valla con Marruecos obedece a razonamientos “demagógicos”. El presidente dejó claro que si se eliminara la alambrada “Melilla desaparecería”  porque hay millones de personas esperando para entrar. Hizo estas afirmaciones en referencia a la caravana que visitará la próxima semana la ciudad. Asimismo, el presidente también habló sobre la situación de los menores extranjeros no acompañados. Comenzó dejando claro que estos niños “no son unos canallas”, aunque reconoció que a veces crean problemas. En cualquier caso dijo que se está trabajando para buscar soluciones a esta situación, algo que señaló que no es fácil debido a que el sistema es muy proteccionista con los menores. En este sentido, destacó el “blindaje” que se va a hacer en el puerto para que deje de ser tan atractivo para estos niños la idea de colarse en uno de los buques que une Melilla y la península. Además, resaltó que a final de mes comenzarán a trabajar los educadores de calle para tratar de convencer a los niños que no quieren ser tutelados de que en los centros de acogida estarán mejor.

“Beni Enzar no puede parecer una frontera tercermundista”

El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, insistió ayer en la necesidad de reordenar el comercio atípico. Señaló que el comercio siempre es bueno para la economía, pero dijo que hay que homogeneizarlo y lograr que sirva a  los intereses de todos. Aseguró que se trata de unos de los asuntos más importantes que hay actualmente sobre la mesa y que se está trabajado en esta redimensión que confió en que será buena para el conjunto de la ciudad. Imbroda dejó claro que no se puede permitir que Melilla tenga una frontera como la de Beni Enzar “que sea tercermundista”.

La Policía investiga la entrada de marroquíes para ir al Hospital

El presidente del PP local y de la Ciudad, Juan José Imbroda, aseguró ayer que la Sanidad en Melilla cuenta con buenos profesionales, aunque reconoció que a veces no tienen los medios suficientes para atender al gran número de personas que llegan desde Marruecos en algunos momentos. En este punto, Imbroda dijo que en el caso de las ambulancias se puede controlar mejor la entrada, pero esto resulta más complejo cuando se trata de gente que se cuela por otros puntos. El líder del Ejecutivo local anunció que la Policía está investigando para saber quién hay detrás de la entrada de estos marroquíes “previo pago”. Se mostró convencido de que antes o después esta investigación irá a buen puerto. Además, recordó que en breve Melilla recibirá la visita de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, para el inicio de las obras del nuevo Hospital Universitario, cuyos trabajos arrancarán en octubre y que espera que esté funcionando en un plazo de tres años.