El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, estuvo en el entierro del general Sanjurjo en Melilla y lo volvería a hacer. Así de contundente fue ayer Imbroda, que señaló que decidió acudir al acto por respeto a la intervención del general tras el Desastre de Annual de 1921. El presidente dejó claro que siempre va a recordar a aquéllos que defendieron a Melilla y a los melillenses en unos momentos tan complicados. Apuntó, eso sí, que otra cosa es la actuación de Sanjurjo tras julio de 1936. Indicó que acudió como presidente de la Ciudad “porque no puede quitarse la camisa de presidente”.
Imbroda dijo ayer que no entiende que el asunto haya despertado tanta polémica. Hay que recordar que el entierro en Melilla se produjo después de que se exhumaran los restos de Sanjurjo en Pamplona, amparándose en el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
El máximo dirigente del Ejecutivo local indicó que el entierro en nuestra ciudad no tiene ninguna relación con lo que ocurrió a partir del 36. Recordó que Sanjurjo estuvo al frente de los Regulares cuando llegaron a Melilla en 1921 y apuntó que por este motivo la familia ha querido que sus restos reposen en el Panteón de Regulares que hay en nuestra ciudad.
“Yo soy presidente de la Ciudad y soy melillense y descendiente de melillenses y por tanto le tengo un respeto enorme a todos los que en julio del año 21 vinieron a defender Melilla ante la posibilidad inmediata de la entrada de Abdelkrim”, aseveró. “Si no hubiera sido por ellos, yo no estaría aquí hablando con ustedes”, sentenció.
Imbroda recordó que muchos ciudadanos lo pasaron muy mal en aquellos momentos, entre ellos sus propios familiares, y señaló que por eso cuando supo que se iba a enterrar en Melilla al general, decidió acudir. Precisó que no recibió ninguna invitación formal, sino que simplemente el comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, que también estuvo en el sepelio, le informó de que se iba a hacer.
El líder del Ejecutivo melillense insistió en que no hubo nada oculto en el acto. “Ni nada secreto, ni nada de homenaje, ni nada de fanfarrias. Un acto íntimo con su familia. Se enterró en un nicho de regulares en 5 minutos y se acabó”, explicó el presidente, al tiempo que señaló que si se hubiera querido esconder, se habría hecho de noche y ni siquiera él mismo se habría enterado.
Imbroda insistió en que volvería a asistir y reiteró que otra cosa son los comportamientos en el 36 que puedan ser considerados “repudiables o censurables”. “Que digan lo que les dé la gana. Yo soy melillense primero y luego político”, sentenció.
El presidente de la Ciudad reiteró que mostrará su respeto a todos los que defendieron Melilla en aquel momento y recordó la importancia de la llegada del Regimiento de la Corona de Almería, la Legión de Ceuta y los Regulares, en una ciudad que apenas tenía defensa. Asimismo, puso en valor la figura de Sidi Abdelkader para evitar la entrada de Abdelkrim y dejó claro que también le tiene “un gran respeto” a esta figura.
El Grupo Socialista en el Congreso también ha pedido la comparecencia de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, por el entierro de los restos del general Sanjurjo en Melilla. A través de su cuenta oficial de Twitter, los socialistas indicaron que exigirán explicaciones a Cospedal en la próxima sesión de control y registrarán una batería de preguntas. Además, tacharon de “intolerable” lo ocurrido. Hay que recordar que EH Bildu también ha solicitado, a través de su parlamentaria Marian Beitialarrangoitia, que la ministra de Defensa comparezca para explicar la participación de autoridades militares en el entierro.
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