El cierre de la aduana comercial en 2018 supuso un duro revés para la economía melillense, que empezó a caer en picado poniendo así de manifiesto el agotamiento del modelo productivo basado en los servicios y el comercio como dos únicas líneas para el desarrollo socioeconómico de la ciudad. Por eso, el presidente Imbroda ha asegurado que aquella frase de 2016 sobre la necesidad de “mirar al norte” está actualmente “más vigente que nunca”, además de ser “un principio básico de actuación” del Gobierno. “Esa es la realidad y eso es lo importante”, recalcó.
Después de dejar claro que este Ejecutivo lleva funcionando poco más de año y medio (tomó posesión de los cargos en julio de 2023), Imbroda puso sobre la mesa el trabajo que se ha ido desarrollando en ese tiempo para sentar las bases de las nuevas líneas estratégicas con el objetivo de establecer un modelo económico “no dependiente”. Y como ya el PP fue desgranando en el programa electoral de mayo de 2023, se trata de dar músculo a tres sectores que consideran esenciales: el turismo, la universidad y las nuevas tecnologías.
De forma paralela, además, la idea sigue siendo poner en marcha el programa “Melilla Invierte”, que supone la dotación de infraestructuras por importe de 200 millones hasta el final de la legislatura en 2027. En su discurso ante la Asamblea en el Debate sobre el Estado de la Ciudad, Imbroda defendió la necesidad de llevar a cano “una política fuerte de inversiones” con la que dar músculo a los sectores universitario, turístico y de tecnología, además de profundizar en la dotación de servicios y la construcción de viviendas.
En el tema universitario destacó la puesta en marcha de varias iniciativas, como la rehabilitación del antiguo edificio de correos, la construcción de la residencia de estudiantes y la adecuación del local 33 del puerto. Ello, sin contar con los casi 9 millones de euros que se dedicarán a las nuevas titulaciones e implantación de grados con el objetivo siempre puesto en alcanzar la cifra de 5.000 universitarios.
El presidente está convencido de que se alcanzará la meta, aún cuando el Gobierno central sigue sin financiar la universidad en Melilla, a pesar de ser su competencia directa. “Hemos duplicado el número de alumnos en cuanto entramos. Había 900 estudiantes y ya están en 2.200”, afirmó.
Anunció que se van a incrementar los grupos de enfermería y se hará un nuevo grado de Derecho entre los años 25 y 26, además de los ya conocidos de Ciencias de Datos e IA y Podología.
Melilla ha incrementado en un 25% el número de turistas con respecto a 2023 gracias, sobre todo, a los bonos turísticos, en los que el Gobierno lleva invertidos 6,6 millones de euros, según cálculos de Imbroda.
“Eso ha permitido que hayan venido 40.000 usuarios”, manifestó. Con una estancia media en la ciudad de cuatro noches, estos visitantes se han dejado en Melilla 22 millones de euros. “Ha sido un gran negocio para Melilla porque hemos multiplicado por tres la cantidad invertida”.
La Ciudad Autónoma continuará sus gestiones con las turoperadoras y el presidente anunció que se sacará próximamente un concurso para contratar más empresas para profundizar en el sector.
Entre las acciones que se han llevado a cabo citó, igualmente, el aumento de los guías turísticos (“solo hay que dar una vuelta por la Melilla modernista o por el Pueblo para ver los grupos de turistas con sus guías”) y los acuerdos con la Autoridad Portuaria para, principalmente, cofinanciar el muelle de cruceros, en el que también participará la inversión privada y el propio organismo portuario.
El aporte de la ciudad estará en torno a los 10 millones de euros. En este caso del turismo, el objetivo es que Melilla llegue a recibir medio millón de visitantes al año, precisó Imbroda.
En cuanto a las nuevas tecnologías, hizo referencia al trabajo que se ha llevado a cabo para divulgar las ventajas fiscales de la ciudad y recordó que se trata de una industria que ya el Gobierno comenzó a mover entre 2017 y 2019.
“En este año y medio que llevamos se han incrementado los puestos de trabajo en 200 personas”, apuntó. A nivel de infraestructuras, se ha encargado ya la construcción del centro tecnológico en la antigua casa de socorro, se han asumido los 34 locales del cargadero terrestre y ya se proyecta la adecuación del cargadero marítimo para dedicarlo a formación.
Otras acciones han tenido al parque tecnológico de Málaga como centro de atención, unas instalaciones de las que Melilla es socio y que están consideradas como una potencia europea en su campo. Ello, junto con los planes de Promesa para la impartición de cursos ad hoc para las nuevas tecnologías y los “múltiples contactos” establecidos con empresas del sector, a las que se ofrecen no solo las ventajas fiscales sino también subvenciones y financiación para que se implanten en la ciudad.
Por último, Imbroda recalcó que el trabajo en el desarrollo de ese nuevo modelo productivo para Melilla “caracterizan el presente presupuesto” para 2025 y serán las que fijen las prioridades en los siguientes ejercicios económicos con las inversiones en varias decenas de proyectos de carácter social y asistencial.
El presidente Imbroda inició su intervención en el Debate sobre el Estado de la Ciudad dando los datos económicos que el Partido Popular encontró a su llegada al Gobierno en julio de 2023.
En ese año, el PIB per cápita en Melilla estaba situado en 20.479 euros cuando la media en España se situaba entonces en 32.600 euros; es decir, la ciudad tenía una renta per cápita del 62,76% con respecto a la renta nacional.
Los datos aportados por Imbroda establecen, igualmente, que en el año 2017 el porcentaje de la renta media melillense con respecto a la del resto del país estaba fijada en el 67,77%. La consecuencia es clara: en seis años se ha bajado cinco puntos. “Nos hemos empobrecido más”, argumentó.
“Es un dato malo”, manifestó el presidente melillense para comentar que, sin embargo, en 2023 aumentó la población en 2.091 personas hasta alcanzar los 88.154 residentes, un 2,5% más que el año anterior. “Ha aumentado la población desde que nosotros llegamos al Gobierno y eso es una señal de confianza”. Melilla tampoco tiene buenas cifras en cuestiones como el abandono escolar. Con un 26% es la primera en el ráking español.
Y en cuestiones sanitarias, la cosa no mejora sino al contrario. La ciudad es la que tiene menor porcentaje de médicos por cada mil habitantes con tan solo un 1,3 mientras que es el sistema que más facultativos presenta por encima de los 60 años, o sea, en proceso prácticamente ya de jubilación.
El paro, según la EPA, es del 24%, el más alto de España, y el cierre de la aduana ha hecho caer en un 50% la actividad portuaria.
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Si al cierre de la aduana le sumas la forma y la prepotencia con la que el PP ha vuelto al gobierno en 2023, apaga y vámonos. ¿De qué programa electoral hablan? será el de tanto asesor nombrado a dedo, o el dinero que llevan dilapidado en viajes, ferias, comidas, cenas y fiestas de guardar en dos años de legislatura. Ahí no se nota ¿Cómo no habrá que ser para hacer bueno a un gobierno de CPM y PSOE con lo que han padecido los melillenses? Imbroda sigue con el mismo cinismo de siempre y su discurso catastrofista, que si "más pobres", que si "aumento de población", que si "mirar al norte", que si "nos hemos empobrecido más". Entre los que creen lo que dice un lobo con piel de cordero y cuatro vendidos que le rodean, así le va a Melilla. ¡Ya está bien de tanta mentira y tanto politi-cucho vividor!