Hermano Crescencio: "Me hice profesor para enseñar que hay algo más allá que esta vida"

El hermano Crescencio deja la ciudad tras llevar más de tres décadas residiendo en Melilla. Por este motivo, el hermano ha concedido una entrevista a El Faro en la que explica los motivos de dejar la ciudad y hace un balance de estos años.

- Hemos visto que deja Melilla tras 35 años residiendo aquí, ¿existe algún motivo en concreto?

Pues sí, el motivo es que cumplo 89 años y entonces los jefes han dicho "ya está, has trabajado bastante y hay que retirarse a descansar". No hay otro motivo.

- ¿A qué lugar se retira?

A una residencia de hermanos mayores, de compañeros míos de toda la vida. Es una residencia exclusivamente para hermanos de La Salle, en Griñón, en la provincia de Madrid, a 29 km de la ciudad de Madrid.

Allí están los compañeros que hemos estado trabajando y que llegamos ya una edad determinada en la que los jefes han dicho, "mira, hay que descansar". Ahí estaré con estos compañeros míos.

- Han sido 35 años en La Salle, ¿qué balance hace tras todo este tiempo?

Muy positivo. He trabajado muy contento, tengo muchos amigos. Melilla me ha encantado y aquí he decidido retirarme de la actividad propia de profesor.

- Tiene una placa en el acceso al colegio y ha recibido homenajes, ¿se siente apreciado en La Salle?

El homenaje de la placa se hizo gracias a unos antiguos alumnos, que eran entonces los que mandaban un poquito en la ciudad y aprovecharon ese momento. Yo se lo agradezco porque es cariñoso, es una muestra de buen recuerdo, pero no porque lo mereciera, sino por los amigos que he tenido.

Me siento demasiado querido. Yo no he hecho méritos para todo el reconocimiento que me están haciendo los amigos, pero bueno, así es la vida y así la acepto como es porque así es como me ha llegado.

- Háblenos de sus comienzos, ¿por qué decide entrar en la orden de La Salle?

Se suele decir en español un refrán que dice, "Dios escribe derecho con renglones torcidos" y es verdad.

Yo me metí para ayudar a la gente y para decirles que miren más allá. He sido profesor de ciencias, matemáticas, física y química, soy químico. Pero una vez les dije a los chicos que les estaba engañando, les dije que yo no me hice hermano de La Salle para dar química, sino para decirles que hay algo más después de la vida, que mirasen más allá. Ese es el motivo por el que yo entré como hermano de La Salle y he sido feliz.

Lo que quiero es que miren más allá de esta vida, que miren el sentido de la persona. Esa ha sido mi dedicación completa y es lo que he intentado hacer, además de ayudar a la gente. Pues, lo que más necesitan es reconocer el cariño y el amor que Dios nos tiene. Esa ha sido mi dedicación y la que ha llenado completamente mi vida.

- ¿Se le conoce como un hermano luchador?

Nunca me he callado cuando he visto cosas que no me parecía que fueran para educar sino para perjudicar. He tenido lo que se conoce vulgarmente como 'peloteras' con gente que mandaba. Pero era por eso, porque me prometí que si veía algo que me parecía que era injusto, no me callaría nunca.

Por eso me conoce la gente como luchador, pero era por ese motivo, me juré un día que cuando viera algo que me pareciera injusto o que no podía ser, no me callaría y no me he callado.

Eso es lo que he hecho en la vida y lo seguiría haciendo hasta que me digan, "venga, ya termina aquí".

- Tras tantos años en la escuela, ¿cómo ha evolucionado la educación?

Ha cambiado muchísimo. Yo no he tenido problemas personales en educación casi con nadie, ni con los niños. ,He tenido una especie de 'autoridad natural' y nos respetábamos, nos entendíamos y no he tenido problemas, pero sí que ha cambiado mucho por lo que también oigo a mis compañeros.

- La Salle es una institución fundamental en Melilla, ¿a qué cree que se debe?

Quizás por lo que he dicho. La Salle no se fundó para enseñar matemáticas o ciencias, sino para formar personas para mirar más allá.

Como decía San Pablo en una carta a los Efesios: "Dios nos ha destinado a ser sus hijos por iniciativa suya". Entonces yo decía a mis alumnos que, por iniciativa de Dios, éramos hijos suyos. Eso es lo importante en la vida, no tener muchas carreras o ser apreciados.

Eso es lo que he procurado hacer en la vida y no he hecho otra cosa, así que espero que el señor me lo recompense.

- ¿Podría hablarnos de sus orígenes y sus comienzos?

Yo soy de un pueblecito de 150 habitantes, de la provincia de Burgos, que se llama Hacinas.

En el Poema de Fernán González, de cuando empezaba nuestra lengua, en el que los catedráticos de Burgos dicen que habla de la batalla de Hacinas o Facinas y que no aparece firmado con su nombre, porque antiguamente solo se firmaba a través de lo que se escribía. Entonces dicen que el autor ha tenido que ser algún monje de Hacinas.

Yo hice Ciencias Químicas en la Universidad de Tenerife. Me acuerdo mucho porque fue una de las Facultades donde se hacían más prácticas de laboratorio. Allí había un gran catedrático, Antonio González, que recibió el Premio Nacional de Química. Con él hice la tesina y todos mis estudios.

- ¿Qué balance hace de su estancia en Melilla?

Pues que he trabajado mucho, con mucho cariño y con mucha alegría. Ese es el balance que yo hago. Me están reconociendo más de lo que yo merezco.

- ¿Cómo valora la convivencia de culturas y religiones que hay en Melilla?

Eso es una maravilla. Yo tengo alumnos musulmanes, tengo alumnos hebreos, tengo al alumnos cristianos. Tengo alumnos de todas las vivencias y convicciones que hay en Melilla y todos son amigos míos.

Yo tenía una colección de escritos de los sufíes, o sea los místicos árabes, con frases que me servían a mí para decirles a mis alumnos cómo era Dios y eran escritos de místicos musulmanes. Si leyéramos algunas de sus frases y yo preguntara: "Oye, ¿de quién os creéis que es esta frase?", alguno me diría de Santa Teresa de Jesús, pero resulta que era de un sufíes.

Estas frases me servían para hacer reflexiones a los chicos, porque yo sabía que en el auditorio eran chicos de todas las religiones, pues tenía que hablar en general de todas, pero Dios es también de todos y es único.