Hermandad, convivencia y mucha fiesta en el Melilla Puerto para celebrar el Yennayer

El Hotel Melilla Puerto ha acogido este día la celebración del Año Nuevo Amazigh en un ambiente de hermandad y convivencia. Un evento en el que se han dado cita alrededor de cuatrocientas personas para disfrutar de un almuerzo bereber y una actuación musical de Rachid Kasmi.

Este año se celebra el Yennayer 2973. Por este motivo, la Viceconsejería del Mayor organizó un evento para que todos los mayores de la ciudad pudieran acercarse a la cultura amazigh. 

A las 13:30 horas, multitud de melillenses se arremolinaban a las puertas del Hotel Melilla Puerto para asistir al acto. El evento ha albergado a cuatrocientos comensales, pero muchos más se habían acercado para intentar entrar sin invitación, tal y como informó la viceconsejera Fatima Kaddur. 

Kaddur acudió al evento vestida con atuendos típicos amazigh y confesó sentirse emocionada ante los recuerdos familiares que le llegaban a su cabeza. “Para mí es un día muy importante”, declaró. 

Al acto han asistido diversas asociaciones de vecinos y asociaciones culturales de la ciudad, que se han repartido en las mesas del salón. En la mesa presidencial se encontraba sentada la propia Kaddur junto a distintos representantes, como Mordejay Guahnich, presidente de la Comunidad Hebrea. 

Los melillenses han podido degustar un menú típico bereber. Desde los entrantes (dátiles y chebakias) hasta la tradicional harira, pollo a la moruna o una deliciosa ensalada marroquí. Un menú que no dejó a nadie indiferente y que un gran número de comensales alabaron. “Estaba todo riquísimo”, comentaban algunos. 

Amal es una melillense que se encontraba en la celebración. “Es una fiesta estupenda”, ha comentado a El Faro que se lo está pasando “divinamente” junto a sus familiares y amigos. Le han encantado todos los platos que se han servido, pero ha destacado especialmente el pollo. “Estaba buenísimo”, pero la harira tampoco se quedaba atrás. En resumen, todo era “impresionante”. 

Lo mismo opinaba Juan José. Este melillense de origen cristiano también ha disfrutado de la fiesta, prueba de la convivencia que reinaba en la sala. “Hemos estado todos juntos compartiendo una velada”, comentó, destacando la organización del evento. 

Algo en lo que también coincidieron otros comensales, que destacaron la atención de los camareros: “eran muy amables”. 

Además de la comida, el público también ha podido disfrutar de otras actividades, como fotografiarse en un photocall amazigh o hacerse tatuajes de henna. “Un ambiente precioso. Mejor no se puede estar”, indicaba Naima. 

Después del almuerzo, la fiesta ha continuado. Centenares de personas se han arrancado a bailar con el espectáculo musical que ha ofrecido Rachid Kasmi, un cantante de la lengua amazigh y muy conocido en Marruecos y a nivel internacional. 

“Estoy muy orgulloso por el recibimiento”, ha confesado el artista. Se ha mostrado agradecido con el público melillense y asegura que gracias a ellos le ha resultado “muy fácil” hacer el espectáculo. 

Kasmi ya había estado en Melilla antes. Cuando era pequeño, en los años 80, venía de vacaciones a Nador y la ciudad estaba de paso. Sin embargo, se ha quedado sorprendido ante la hermandad y convivencia que reinaba en el Melilla Puerto para celebrar el Yennayer. 

Cree que este tipo de eventos se deberían hacer con más frecuencia en el exterior, de forma internacional, para que se contagie la hermandad que reinaba esta tarde en el evento. “Espero que sirva de ejemplo para otras comunidades y ciudades en el extranjero”, señaló. 

Después de acompañar con su música a los melillenses esta tarde, Rachid Kasmi ha declarado que está deseando volver a la ciudad. 

“Se lo ha dejado todo en el escenario”, afirma Fatima Kaddur, alabando la actuación del cantante y señalando la devoción que había despertado entre el público. “Estoy muy contenta de cómo está resultando el evento que estamos llevando a cabo”, aseguró. 

Un sentimiento que han compartido muchos de los asistentes y que aseguraron a este diario que había sido una “auténtica maravilla” y que ojalá se hicieran más actos como este.