Este lunes, la dirección regional del Partido Popular organizó un acto dedicado a celebrar el Día de Europa al que sólo asistieron los diputados de la Asamblea y la senadora Sofía Acedo. Estarán de acuerdo conmigo en que un evento de partido al que sólo van 10 personas da de qué hablar.
El caso es que en el acto del Melilla Puerto había más sillas vacías que ocupadas. La imagen no pasó desapercibida entre la oposición y corrió como la pólvora por los mentideros políticos. Más, incluso, que el mensaje de incardinar Melilla en Europa.
Dio tanto o más que hablar que la imagen de la frialdad mutua de los cuatro representantes del Gobierno que acudieron este miércoles a la presentación de las tres salas para impartir cursos de formación de CCOO en el edificio de los sindicatos. Antes del inicio del acto se les vio a todos con la mirada extraviada, como quien está donde no debería en ese preciso instante.
En la misma mesa estaba sentados Dunia Almansouri, Eduardo de Castro, Gloria Rojas y Sabrina Moh. En las fotos tomadas antes del inicio del acto, salen con la mirada perdida. Cada uno pensando en lo suyo, como si no tuvieran nada que decirse entre sí. Lo peor es que ni siquiera se molestaron en posar para la prensa. Estaba cada uno mirando hacia el infinito o hacia su teléfono o papeles con la misma cara que ponen las parejas que van a comer a algún restaurante; no tienen nada que decirse porque ya no hay amor y cada uno se refugia en la pantalla del móvil.
Volviendo al acto del PP, fuentes del Partido Popular niegan que su acto se haya quedado descafeinado por falta de apoyo de las bases. En declaraciones a El Faro aseguran que el error fue colocar tantas sillas en un evento al que sólo estaban invitados los cargos públicos y la prensa. Y allí estaban los 10 que habían confirmado su asistencia. Todos a una, como en Fuenteovejuna.
Para nadie es un secreto que en política, los auditorios se adaptan a los actos. Hay que llenar siempre, pero depende de lo que se llene. Para exhibir músculo, una plaza de toros. Para algo más íntimo, como esto del PP, la sede habría bastado. Si se buscaba una imagen de solvencia económica, un salón más pequeño del Melilla Puerto habría sido perfecto.
En fin, ha sido un resbalón de protocolo que ha dado cierta satisfacción a quienes creen que la foto del Melilla Puerto retrata la crisis del PP local.
Y sobre este último punto quería reflexionar. ¿Hay crisis en el PP de Melilla? Si miramos los números, comprobamos que entre 2011 y 2019 el Partido Popular de Melilla pasó de 16.852 votos y mayoría absoluta, a 12.943 votos y 10 diputados en las últimas elecciones. O lo que es lo mismo: en los últimos ocho años se dejó por el camino 3.909 votos.
Pero ese quizás no es el mayor de los problemas. Es normal que tantos años de Gobierno se noten en las urnas, especialmente cuando la economía empieza a flaquear. El PP de Melilla perdió menos de 4.000 votos durante la crisis del ladrillo y los saltos masivos a la valla. Pero no fueron estos los puntos de inflexión. Creo que lo que de verdad hizo mella en el electorado fue la reorganización de la frontera que terminó en marzo de 2018 con la famosa manifestación de la Plataforma de empresarios, denunciando que Melilla se muere.
Cuando los que crean empleo dan la espalda a un Gobierno conservador, es porque las cosas no están funcionando como deberían. Lo más sensato habría sido reflexionar, buscar el acercamiento y limar asperezas. Pero en ese momento, estaban cegados de poder y de esos polvos, estos lodos.
Esa podría ser la explicación de lo que ha ocurrido, pero cuando uno repasa el comportamiento de las fuerzas conservadoras desde 2011 comprueba que en ese año, el PP logró 15 escaños y PPL, dos. En 2015, el PP bajó a 12 diputados y PPL a uno, pero Ciudadanos consiguió dos diputados.
En 2019, el PP bajó nuevamente a 10, Vox entró en escena con 2 y Ciudadanos perdió uno. Los últimos sondeos dan ahora entre 8 y 9 escaños al PP y cuatro a Vox. Con esos números en la mano, vemos que es posible (aunque por la mínima) gobernar en coalición, pero lo menos que se puede hacer es preguntarse qué errores se han podido cometer para no repetirlos.
En mi opinión, los triunfadores no son los que más aciertan sino los que menos errores repiten; los que más lo intentan y los que finalmente lo consiguen.
¿La evolución electoral del PP de Melilla es un hecho aislado? Todos sabemos que no. La imagen del PP sufrió mucho con los casos de corrupción destapados en toda España. El voto conservador buscó amparo en otras siglas y le dio la espalda a la gente de siempre que quería seguir haciendo lo que había hecho siempre sin entender que para conseguir resultados diferentes hay que hacer cosas diferentes.
Ahí están los números: la marca PP ha aguantado mejor en las locales, que en las generales, donde entre 2011 y 2019 perdió 8.689 votos, más del doble que en las municipales. En mi opinión, están perdiendo un tiempo precioso para volver a ilusionar, sobre todo, a su propia gente. Quedan 9 meses para las elecciones. El tiempo se les echa encima.
¡Claro que hay crisis en el PP de Melilla, cómo no la va a haber! No hay duda.
Fuentes muy cercanas al PP aseguran que una buena parte de la militancia está hasta las narices de la dictadura Imbroda y de su juego sucio. Por cierto, no hay que incluir en esa militancia a unos cuantos afiliados musulmanes que han ido incorporando últimamente las de ‘mujeres vecinales’, no se sabe bien aún con que objetivo. Bueno si, si lo sé. Con un congreso a la vuelta de la esquina e Imbroda como único candidato a seguir de presidente, está claro. No hay que olvidar lo que hicieron con la lista de los compromisarios para acudir a Sevilla. Ni una explicación de eso. Solo la de; “esta lista, por mis huevos” los mismos. Más de lo mismo, es lo que ofrecerá el PP de Imbroda de cara a las próximas elecciones.
¿Es que no hay más personas en el PP de Melilla que no sean Imbroda, Acedo, Marín y compañía?
Lo dicho, la gran mayoría de los afiliados están muy gastos.
Ánimo a la alternativa fuerte . Hombre/Mujer Mujer/Hombre da igual. Es necesaria la renovación.
Sr. Lence, Sra Dueñas tomen las riendas o el PP no volverán a ganar las elecciones. No queremos UPM.