Hassan Amaruch: “Estamos notando el ambiente más animado que otros años”

Los hosteleros, esperanzados de cara a la temporada estival por la mejoría en el mes de mayo.

Parece que este verano promete mejores resultados para los hosteleros de la ciudad que en años anteriores, atendiendo a las sensaciones de éstos en los meses de mayo y junio. Hassan Amaruch, presidente de la Asociación de Hosteleros de Melilla, mostró ayer a El Faro su esperanza de que a partir de julio las cosas vayan mejor que en años pasados, principalmente por la sensación de que se ha acabado la crisis y la consecuente sensación de confianza, que anima a la hora de salir a la calle y comer fuera  de casa. “Estamos notando el ambiente más animado que otros años”, sostiene el presidente de los hosteleros, que apunta a este cambio como razón para pensar que la temporada estival será mejor que otros años.
“En mayo y en lo que va de junio hemos notado más gente de Melilla que sale a la calle que otros años”, afirma también Amaruch, que además señala a los convites de comuniones celebrados entre finales de abril y mayo, en los que se ha notado que los melillenses estaban más animados que otros años. “Estamos notando que en general la economía va avanzando”, concluye Amaruch.
Con respecto a la razón del aumento de la clientela en los bares y restaurantes de la ciudad, el presidente de los hosteleros comenta que no se trata de una subida del turismo ni de las personas que vienen a visitar la ciudad, puesto que este tipo de clientes podrían suponer alrededor de un 25% del total, según Amaruch. “Los melillenses se han volcado y han demostrado que, cuando pueden, se comprometen con la ciudad”, sentencia el presidente de la asociación de hostelería.

Idas y venidas
Por tanto, teniendo en cuenta las sensaciones que los hosteleros conservan de este periodo del año, auguran que una vez que llegue de pleno el verano, es decir, que vuelvan los que trabajan y estudian fuera y se vayan los que tienen un puesto de empleo en la ciudad, los datos de este verano pueden ser mejores de los de años anteriores, teniendo en cuenta que en en este periodo las cifras de los bares y restaurantes de la ciudad suele mejorar.
Al respecto, Amaruch considera que en los meses de julio y agosto “está la cuestión”, a causa de los melillenses que vuelven a la ciudad para pasar las vacaciones, especialmente los que estudian fuera. “Ahí es cuando se va a notar la verdadera mejoría”, sentencia el presidente de la asociación.

País vecino
Como siempre que el asunto de los datos de comercio y hostelería sale a relucir, los trabajadores del sector aseguran que la fórmula para que las cifras suban como la espuma en Melilla es fomentar que los habitantes de Marruecos entren con fluidez en la ciudad, puesto que ésto supondría un aumento de las ventas de ambos sectores.
Al respecto, Amaruch considera que todo apunta que el flujo de marroquíes que vendrán a la ciudad puede aumentar, puesto que, según comenta el presidente, “parece que hay más fluidez en la frontera”. “Haya crisis o no, los habitantes del país vecino pueden venir a pasar un día en Melilla y eso se nota en las tiendas y en las cafeterías del centro”, señala el representante del sector hotelero.
“La frontera ahora está más suave que antes, no está como hace un año, pero necesitamos que esté un poquito mejor todavía”, sostiene Amaruch, que añade que, aunque es un “tema complicado”, se ha demostrado que las cosas pueden mejorar y que ello beneficia al sector.

El horario de la frontera, un aliciente para la hostelería

De cara a mejorar los resultados del sector de la hostelería, el presidente del gremio, Hassan Amaruch, considera que un buen primer paso ha sido el hecho de ampliar el horario de la frontera de Farhana. “Debería hacerse esto viernes, sábado y domingo”, asegura el representante de los hosteleros, puesto que sostiene que mejoraría la afluencia a los restaurantes de la ciudad, ya que muchos marroquíes que eligen Melilla para pasar una jornada podrían terminar su día en nuestra ciudad comiendo en alguno de los locales de la ciudad. “Si los comercios notasen que hay gente por las calles, no cerrarían”, apunta Amaruch, que añade que los fines de semana parece que el centro esté desierto.