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Hacia la nueva normalidad: “Si eso es lo que toca, tendremos que hacerlo así"

A partir del 2 de mayo comenzaron ls fases de desescalada para pasar del confinamiento del estado de alarma a la nueva normalidad. La ciudadanía pudo empezar a hacer salidas de deporte y paseos, después puso acudir a peluquerías y a tiendas, e incluso después a terrazas de bares y restaurantes para reunirse con amigos o familiares. Es por ello que preguntamos a algunos melillenses cómo llevan esa transición a la nueva normalidad.

Esos permisos dentro del estado de alarma por la pandemia del COVID-19, tras esos dos meses de confinamiento en sus hogares, han significado un respiro para muchos. Así lo cuenta Victoria, una melillense que encontramos paseando por la Avenida Juan Carlos I Rey. "La verdad es que es una maravilla, pero claro, siempre y cuando que todo el mundo lleve mascarillas, lleve un poco de distancia y que no nos confiemos porque esto ha sido muy duro", expresa esta melillense.

La tranquilidad es la tónica general, y ya es habitual ver a gente por las calles de la ciudad. A Tamara la encontramos en una de las calles peatonales del centro, comenta que no tiene mucha prisa en volver a la normalidad y que ademas sigue las indicaciones de los sanitarios y del Gobierno. Por su parte, Blanca señala que se ha mentalizado y que es ha estado en casa sin salir desde el 14 de marzo hasta que dijeron que algunas salidas estaban ya permitidas.

Sin embargo, luego hay quienes no llevan tan bien las limitaciones, com cuenta Ana, que le cuesta no poder ir a la playa en grupo debido la distancia de seguridad. "Cuando voy a la playa con amigas para hablar con ellas y todo eso, no voy a estar a una distancia y la otra por otro lado, ¿para estar hablado fuerte para que nos escuche todo el mundo? No me va", dice indignada.

Luego hay quienes como Mónica que ven el lado bueno en cómo ha podido afectar en el entorno social como ambiental. "Para mí el confinamiento ha sido un regalo, porque creo que a la tierra le hacía falta este respiro, creo que a la humanidad le hacía falta como un cambio de conciencia para mirarse un poco hacia adentro, para quererse un poco a sí mismo y para seguir cuidando a nuestro planeta que tanta falta le hace", sostiene. Reconoce que ha sido una etapa muy dura, sobre todo porque se ha llevado a muchas vidas por delante, pero poder volver a una normalidad es bueno por un lado para el ámbito económico. "Yo he trabajado desde casa, pero bueno, había gente que necesitaba ya este respiro", indica.

Cabe mencionar que no todo el mundo salió el primer en el que se permitían las salidas a la calle. Algunos como Blanca tardaron en salir de casa porque tenían mucho miedo, así que todavía, si pueden evitar las salidas, no salen. Un temor que aún existe porque algunos melillenses nos cuentan que tienen amigos y conocidos que aún se muestran reticentes para salir de casa.

"Una amiga mía sigue con el miedo en el cuerpo y la animamos diciéndole que no pasa nada, es que no podemos estar así, siempre encerrados y que hay que volver a una nueva normalidad está", dice Victoria, aunque remarca, esa nueva normalidad es manteniendo la distancia social y portando la mascarilla. De modo que aunque con calma, Victoria y sus amigas la animan para que se le quite ese miedo y pueda salir poco a poco.

"Hay conocidos que sí que tienen todavía un poco de miedo a eso de poder sentarse en una terraza a tomarse un café, pero bueno, supongo que poco a poco todos iremos volviendo otra vez a lo mismo", cuenta Tamara.

De hecho en la nueva normalidad algunos hábitos cotidianos han podido variar con esos nuevos elementos de protección. Aunque los gestos de afecto y los saludos, y guardar la distancia de seguridad con la gente es lo que suele costar más. "Me siento cohibida, no es como antes que veías a alguien y la primera intención es la de ir a abrazarlo, a saludar", ahora nos retenemos más", explica Victoria.

Por su parte, Mónica cuenta que no ha notado mucho cambio en sus hábitos, aunque reconoce que ha podido dedicarle más tiempo a los suyos, así como su casa. Además, una de las cosas que ha podido hacer este tiempo es meditación, algo que cree que hace falta.

Una novedad que trae la nueva normalidad son algunos elementos como la mascarilla o el hidrogel que vienen para quedarse. "Lo importante es que nos cuidemos y tengamos salud. Si es lo que toca, pues tendremos que hacerlo así", sostiene Tamara. Considera que la sociedad española se adaptará como ha sucedido en otros países en los que llevan ya muchos años utilizando las mascarillas.

Aunque es un agobio llevarla, la mascarilla o el cubrebocas hay que llevarlo. Además, Blanca nos enseña sus botecitos de hidrogel, un imprescindible ya en los bolsos. "Así es como tenemos que estar hasta que haya una vacuna o algo que nos ayude más", cuenta.

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