Este sábado 25 de enero, Guelaya ecologistas en acción ha llevado a cabo una jornada de reforestación en el río del Oro, una actividad que ha reunido a un centenar de personas de todas las edades comprometidas con la recuperación del entorno natural de Melilla. Rosa González, coordinadora de la asociación ha pedido durante esta jornada un plan de vigilancia y sanción para controlar a las personas que tiran basura al río.
"Desde la urbanización de Las Palmeras se tiran por las ventanas grandes cantidades de bolsas de basura directamente al río". "Lo hemos denunciado muchas veces y da igual, no hay manera de que se organice un plan de vigilancia y de sanciones para controlar el vertido de basura al río", ha reclamado Rosa González.
La empresa Tragsa se encargó de la limpieza del río del Oro hace dos años. Este proyecto que retiró los residuos desde la cabecera del río hasta el garaje Escaño tuvo un coste de 1.000.000 de euros, fondos que vinieron del Estado. "Como nadie hace nada la gente sigue tirando basura y ese dinero no habrá servido para nada", declaró la coordinadora de la asociación.
Este evento, organizado en el marco del Día de la Educación Ambiental, se ha convertido en una experiencia enriquecedora y cargada de significado, en la que el trabajo colectivo ha dejado una huella positiva en el entorno de Melilla.
A las 11:30 de la mañana, decenas de personas se han dado cita en la entrada al río del Oro junto al garaje Escaño. Familias, niños y niñas, grupos de amigos, voluntarios comprometidos y los Scouts han acudido con herramientas en mano y muchas ganas de contribuir al cuidado del medio ambiente. Bajo un cielo despejado y con un ambiente fresco pero agradable, el equipo de Guelaya ha dado la bienvenida a los asistentes y ha explicado qué es lo que deben hacer para replantar correctamente.
El objetivo principal ha sido plantar acebuches y retamas, especies autóctonas que se han adaptado bien a las condiciones de esta área en reforestaciones anteriores. Además, se trabajó en reponer aquellas plantas que no lograron sobrevivir debido a la falta de riego durante los meses de verano, un desafío constante en este tipo de iniciativas.
Gracias a las lluvias recientes, la tierra del río del Oro estaba en condiciones óptimas para la plantación. Los asistentes comenzaron a trabajar en pequeños grupos, cavando hoyos y colocando cuidadosamente las plantas en su lugar. Los niños y niñas participaron activamente, llenos de curiosidad y entusiasmo, mientras los adultos compartían técnicas y conocimientos sobre cómo asegurar el éxito de la reforestación.
A medida que avanzaba la mañana, el paisaje comenzó a transformarse. Filas de acebuches y retamas recién plantados daban vida a un espacio que lucha por recuperarse y revitalizarse. La labor conjunta de los asistentes ha reflejado el espíritu de colaboración y el compromiso de los participantes por dejar un legado natural para las futuras generaciones.
Rosa González ha reconocido que no se esperaba que colaborase tal cantidad de gente. "Han venido tantas personas que nos hemos quedado sin plantas y hemos tenido que ir a por más", ha comentado la coordinadora.
Tras repoblar este espacio, los voluntarios han repartido bolsas a todos los participantes para que recogiesen la basura que inunda este río de Melilla.
La jornada ha concluido cerca de las dos de la tarde, con las plantas en su lugar y los rostros de los asistentes reflejando la satisfacción del trabajo bien hecho. Aunque todavía queda mucho por hacer, los organizadores han destacado el valor de cada pequeño gesto y han agradecido a todos los participantes por su implicación.
Desde Guelaya, han expresado su esperanza de que las condiciones climáticas favorezcan el crecimiento de las plantas y que, en el futuro, más personas se unan a este tipo de iniciativas para seguir recuperando el patrimonio natural de Melilla.
Esta reforestación no ha sido solo un evento aislado, sino parte de un esfuerzo continuo por preservar y restaurar los espacios naturales de la ciudad autónoma. Para quienes han participado, ha sido una experiencia transformadora, un recordatorio de que todos tenemos un papel en la construcción de un futuro más verde y sostenible.
El río de Oro ahora tiene nuevas plantas que simbolizan no solo el renacer del entorno natural, sino también la fuerza de una comunidad unida por la educación ambiental y el cuidado del planeta.
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Muy bien por vigilar lo que se arroje al cauce. Pero pregunto : Mientras en toda la peninsula se limpian de plantas y arboles los cauces de los rios y barrancos para evitar los taponamientos en las riadas ¿Como es que en Melilla se hace lo contrario?. Creo recordar que la CHG cedió la responsabilidad del cauce del rio de Oro a la Ciudad por ser zona urbana para su desahogo. Cuando la Ciudad empezó a limpiar , la CHG se opuso al parecer tras protestas de Guelaya. Es un lio de responsabilidades muy propio de Melilla. Así nos va de bien.¿Quien vigila el rio entonces?. Guelaya pide que la Ciudad vigile pero al tiempo siembra en el cauce sin que la Ciudad se pronuncie, que yo sepa. ¿Es esto legal?¿Es sensato plantar dentro del cauce?¿A quien se le pide permiso entonces?.¿A la CHG, a Melilla, al obispo de Malaga, a nadie?? Es que ya me pierdo del todo con los lios de responsabilidades de este pueblo, en serio.