Guelaya espera una llamada de Calabuig para aclarar la situación

El grupo ecologista considera que, tras las declaraciones de Conesa, sólo el consejero de Medio Ambiente puede enderezar sus relaciones con el Gobierno melillense.

Sólo una llamada del consejero de Medio Ambiente, José Ángel Pérez Calabuig, podría salvar las ya de por sí deterioradas relaciones entre la asociación ecologista Guelaya y la Ciudad Autónoma. Desde la agrupación verde, opinan que tras las declaraciones del portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, señalando que la asociación no había aceptado la autoridad del Ejecutivo melillense, ya poco puede hacerse para volver a la senda del diálogo.
No obstante, el máximo dirigente de Guelaya, Juan José Villalón, dejó una puerta abierta, y recalcó que si el consejero de Medio Ambiente se quiere poner en contacto con la asociación para enderezar la situación será bienvenido.
“Creo que, visto lo visto, ya poco merece la pena intentar decir nada para salvar las relaciones entre ambas partes”, aseveró Villalón, quien añadió que las declaraciones de Conesa, respaldando en gran parte las realizadas por el viceconsejero Guillermo Merino, supusieron “la puntilla” para deteriorar aún más las relaciones.
“No deseamos tener ningún enfrentamiento con nadie”, añadió Villalón. No en vano, recalcó, tal y como hizo el pasado jueves, que el gabinete jurídico de la asociación se encuentra recopilando información para llevar ante los tribunales a Merino por sus manifestaciones.
“Puso en jaque nuestro honor y realizó unas acusaciones muy graves. No podemos consentir que quede así”, añadió el máximo dirigente de Guelaya.
Asimismo, aseguró que aún siguen firmes en su determinación  para denunciar ante la Unión Europea (UE) la actuación que se está llevando a cabo en la zona del Barranco del Nano por parte del Gobierno local. “Nuestro camino será seguir la vía legal y hacer uso de las instituciones para denunciar la barbaridad que se está cometiendo”.
En este sentido, Villalón reiteró que no es de recibo que se estén plantado en dicha zona, incluida en el Plan Natura 2000 de la UE, especies vegetales alóctonas, las cuales además necesitan de más agua que las locales, lo que a su vez ha provocado que se esté construyendo un sistema de riego para abastecerlas.
Además, la presencia de hormigón es también otro elemento que ha levantado ampollas entre los dirigentes de la asociación ecologista, desde donde insisten en que una zona protegida como el Barranco del Nano debe estar exenta de infraestructuras artificiales.
“Dudo mucho que lo que están haciendo en ese lugar sea legal, ni siquiera han pedido una evaluación de impacto ambiental”, apostilló Villalón, “se van cargar el hábitat del Nano”.

Diferencias sin enfrentamiento

Para finalizar, el máximo dirigente de Guelaya insistió en que la intención de la asociación ecologista no es mantener ningún tipo de enfrentamiento político con la Ciudad Autónoma, sino “cumplir con su obligación” y denunciar una actividad que han considerado irregular.
En cuanto a la demanda judicial que preparan contra Merino, subrayó en que el viceconsejero realizó unas acusaciones “muy graves”, pues insinuó que la agrupación podía haber cobrado 400.000 a cambio de plantones para replantar la zona de Aguadú que se vió afectada por las obras de construcción de una carretera.

Las obras que se están llevando a cabo en el Barranco del Nano fueron las desencadenantes del enfrentamiento que existe a día de hoy entre Guelaya y el Gobierno autonómico.
No obstante, el cruce de declaraciones entre ambas partes ha subido de tono durante los últimos días, hasta el punto de que la actuación en el Nano ha quedado en segundo plano.
Las declaraciones que motivaron el enfado de la asociación ecologista fueron las del viceconsejero de Medio Ambiente, Guillermo Merino, quien retó a Guelaya a llevarle ante la Justicia si lo consideraban oportuno, cosa que la agrupación se tomó al pie de la letra.
Horas después de que Merino hablara en rueda de prensa, Guelaya señaló que no lo reconocía como intermediario del Ejecutivo local, y que Calabuig se pronunciara al respecto.
Al día siguiente, Conesa refrendó las declaraciones de Merino, lo que no ha sentado bien a la asociación.