Durante la jornada de este viernes el Grupo de Amigos Futboleros, cuyo uno de los responsables es Manolo Agulló, rendió un merecido homenaje al futbolista melillense José Luis Hernández. El grupo ha aprovechado que se encuentra visitando la tierra que le vio nacer para agasajarle, en un conocido restaurante de nuestra ciudad, donde los muchos exjugadores de la escuadra de la UD Melilla contaron muchas de las vivencias que tuvieron durante esos años vistiendo la elástica de la escuadra de nuestra ciudad.
Entre los presentes se encontraba Paquito Moya que coincidió con el homenajeado en el mismo equipo.
Fue un exitoso ambiente deportivo y social el que se pudo vivir durante esta jornada entre todos los amantes del fútbol de nuestra ciudad en general.
Este hombre nació en Melilla, el 11 de enero de 1942, en el barrio Monte Mª Cristina cerca del Polígono y a los 4 años sus padres se mudaron al Barrio del Industrial, en el Grupo Álvaro de Bazán (Minas del Rif). Fue al colegio de Las Palmeras (ya desaparecido). Al cumplir los 10 años pasó al Instituto para comenzar el bachillerato. Su padre quería que estudiara y no que fuera un obrero mal pagado como había sido él.
Su padre, como había sido jugador del Melilla y conocía al entrenador con el que había jugado antes, el famoso Constantino Santiago “ERRAZQUIN”, al que le pidió que lo dejara jugar con el equipo titular en los partidos de entrenamiento de los jueves en el Estadio Álvarez Claro. Y allí se podía ver con 14 años jugando al lado de los veteranos.
Pero, a esa edad estaba jugando con los juveniles del C.D. Real, se imponen en el Campeonato juvenil local y luego vence al Atlético de Ceuta, en los dos partidos eliminatorios, ambos por dos a cero, ganando el título juvenil de Campeón de la Federación Hispano Marroquí. Para el Campeonato de España le toca eliminarse con el Sevilla juvenil, a partido único y a domicilio (Sánchez Pizjuán), en el que perdieron por un contundente 4 a 1.
Después de este acontecimiento, José Luis llevaba tiempo pensando en salir de Melilla, donde el futuro lo veía bastante oscuro y no sabía cómo salir, así que falsificó la firma de su padre y se presentó a los exámenes de acceso a la Universidad Laboral de Córdoba. Consigue aprobar, por lo que tiene que partir para esa ciudad y comenzar sus estudios en esa Universidad que estaba regentada por los Padres Dominicos.
Durante este acto celebrado en nuestra ciudad se le hizo entrega de diferentes recuerdos entre los que destacó una camiseta de la UD Melilla.