El Fuerte de Victoria Grande se alza imponente en la ciudad autónoma de Melilla, un centinela silencioso que ha presenciado siglos de historia. Construido entre 1735 y 1736, este baluarte triangular ha sido testigo de batallas épicas, asedios feroces y el devenir de una ciudad que se ha forjado a base de tesón y multiculturalidad.
Forma parte del conjunto de los Fuertes de las Victorias, erigidos en el Cuarto Recinto Fortificado de Melilla. Su construcción se gestó en un contexto de tensión con las tribus rifeñas, que buscaban arrebatar la ciudad a la Corona española. El fuerte, con su diseño triangular y capacidad artillera, se convirtió en una pieza clave para la defensa de Melilla.
Su historia está plagada de momentos cruciales. En 1774, durante el asedio a Melilla, el Fuerte de Victoria Grande soportó el ataque feroz de las fuerzas rifeñas durante más de un año. Sus muros resistieron el embate y la ciudad pudo resistir, consolidando su posición como enclave español en el norte de África.
Más allá de su función militar, el Fuerte de Victoria Grande ha sido escenario de diversos acontecimientos históricos. En su interior se han celebrado ceremonias militares, eventos culturales y visitas de personalidades ilustres. Hoy en día, el fuerte se ha convertido en un edificio que invita a los visitantes a conocer la historia de Melilla y la importancia de este baluarte en la defensa de la ciudad.
Un símbolo de la identidad melillense
El Fuerte de Victoria Grande es un símbolo de la resistencia, la multiculturalidad y la identidad melillense. Su imponente presencia en la ciudad es un recordatorio del pasado glorioso de Melilla y su papel como puente entre Europa y África.
El Fuerte de Victoria Grande ha sido objeto de un profundo proceso de rehabilitación cuyo objetivo era poner en valor su patrimonio histórico y cultural. Este histórico edificio se ha convertido desde hace unos años en un centro cultural más dinámico, con nuevas exposiciones, actividades educativas y espacios para el disfrute de la ciudadanía.
Este monumento no es solo un edificio histórico, es un símbolo de la lucha por la supervivencia, la adaptación y la convivencia. Su legado invita a reflexionar sobre la importancia de la memoria histórica, la defensa del patrimonio cultural y la construcción de un futuro próspero para Melilla.
Reconocimientos
La obra de rehabilitación del Fuerte Victoria Grande, llevada a cabo por José Antonio Fernández, del estudio Chacel 8, obtuvo el galardón ‘Ciudad de Melilla’, en el marco de los Premios Málaga de Arquitectura 2018.
“Nos ha hecho mucha ilusión que se reconozca el trabajo que hacemos en el estudio y un auténtico orgullo poder llevar el nombre de Melilla por bandera”, explicó a El Faro el responsable del proyecto, que fue promovido por la Consejería de Fomento durante el Gobierno del PP 2015-2019.
También en 2018 obtuvo el premio Iluminet a la mejor iluminación, un certamen que organiza la revista mexicana del que emana el nombre del galardón. Según expone la cuenta oficial de Twitter de esta publicación centroamericana, esta estructura melillense fue premiada por su “poesía lumínica”.
Entre las distintas actividades que esas paredes han acogido en los últimos años destaca la celebración del Iwa Fest, un festival de aires bereberes que se ha convertido en una referencia en el mundo de la diversidad cultural.
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