Francisco J. Pérez: “Nosotros necesitamos a la fauna urbana mucho más que ella a nosotros”

Francisco J. Pérez es el coordinador de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) en Melilla, responsable de SOS Vencejos a nivel local, presidente de la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Melilla y Alborán Sur, Anillador científico del Centro de Migración de Aves (CMA), colaborador e investigador del CECOUAL (Centro de Colecciones la Universidad de Almería) e investigador/anillador asociado del CSIC y la Estación Biológica de Doñana (EBD). Explica la razón por la que hay crías de aves que caen de los nidos durante el verano y cómo se debe actuar si se encuentra una.

–Este verano el calor ha sido más acuciante y se ha visto imágenes por todo el país de crías de ave que caían al suelo desde los nidos, especialmente vencejos ¿Por qué ocurre esto? ¿En Melilla dónde se suelen ver pollos por el suelo?

–Los vencejos crían principalmente al final de la primavera y del verano. Entonces, el principal motivo por el que caen del nido suelen ser las altas temperaturas, que este año en concreto con la ola de calor, han sido excesivamente altas. Esto incomoda mucho a los pollos haciendo inviable su estancia en el nido, donde se asoman buscando un poquito de aire en la propia entrada y pueden terminar cayendo.

Esto sucede también porque muchas veces el nido lo establecen en sitios poco adecuados, en sitios de construcción humana como pueden ser en los huecos que hay bajo las chapas de una nave industrial y demás.

En cuanto a Melilla, los vencejos se pueden ver por toda la ciudad. Tengamos en cuenta que ahora mismo lo que más se asemeja en las ciudades a los nidos que los vencejos buscarían como óptimos son los tambuchos de las persianas, es decir, el hueco que queda entre la persiana y en la fachada, que es un lugar perfecto para que los vencejos entren.

Todas las casas medianamente antiguas que tienen estos huecos suelen tener colonias de vencejos, además de muchos edificios de la ciudad, como por ejemplo, el parque de bomberos que presenta unas oquedades que son aprovechadas por estas aves. Así que cualquier lugar de la ciudad realmente es susceptible de que aparezcan vencejos en el suelo.

–¿Qué cuidados requieren estas aves? ¿Las puede hacer cualquier persona?

–Cuando alguien encuentra un vencejo, animamos en primera instancia a que se asesore sobre cómo se cuida y que los cuidados los realicen ellos mismos.

Primero porque ahora mismo en Melilla lo hacemos de forma voluntaria y nos encontramos muchas veces saturados, entonces toda ayuda es buena.

Segundo porque es interesante si la gente también se vincula un poquito con estas aves; al final les cogen cariño y suelen despertar muchas ocasiones el activismo en estas personas.

Además, el cuidado es muy sencillo. Los vencejos son un pájaro que lo único que necesita es tranquilidad y comer, nada más. Básicamente es encontrar una caja grande donde poder meterlos para que estén tranquilos y seguros.

Hay que alimentarlos, muy importante, únicamente de insectos que se pueden encontrar en tiendas de animales. Hablamos de tenebrios y zophobas, que son unos gusanitos o grillos. Sé que esta es la parte que a la gente le suele dar más reparo, pero es necesario que se sigan estas pautas porque son aves que cualquier otro alimento les sienta mal y les termina provocando la muerte.

Alimentando a los vencejos de la forma en la que nosotros explicamos, con las cantidades que solemos decir cuatro o cinco veces al día y teniéndolos en la caja tranquilos, suele ser suficiente para que pasado un mes o 40 días aproximadamente vuelen sin ningún tipo de problema.

–Entonces, si un ciudadano encuentra una cría de vencejo o de otra especie en el suelo ¿qué debe hacer?

–Lo primero que nosotros siempre decimos es que se asesore sobre qué especie es y los cuidados concretos que tiene esa especie.

Si bien he dicho que los vencejos, simplemente hay que alimentarlos con bichos y tenerlos en una caja, hay otras muchas especies que requieren una alimentación o una estimulación diferente.

En lugar de en una caja sin más, tienen que estar en una caja naturalizada con ramitas, deben embucharse con una sonda con aves como las palomas, o hay que ir incluyendo poco a poco en su dieta granos, es el caso de los gorriones.

Por lo tanto, es extremadamente importante que cuando alguien encuentre un pájaro en la calle lo primero que debe hacer es ponerse en contacto con gente que sepa y que se cerciore de qué especie y cuáles son los cuidados necesarios.

Aquí quiero hacer una puntualización: todo pájaro que no sea un vencejo que encontremos en la calle con plumas y que se mueva por el suelo, aunque no vuele, debemos dejarlo.

Esta etapa se conoce como la etapa de volantón, cuando el pollo ya es independiente y se mueve cercano al nido, pero sigue siendo atendido por sus padres.

Muchas veces nos llevamos pollitos de gorrión, que no vuelan, pero que ya están emplumados y lo que estamos haciendo es secuestrarlos e impedirles que sigan creciendo al lado de sus padres.

–¿Qué red de apoyo existe para cuidar a las crías? ¿Qué situación sería la ideal?

–En Melilla no existe de momento ningún estamento o asociación que cuente con un apoyo público real para hacerse cargo oficialmente de estos pollos.

Es verdad que aquí, tanto el grupo local de SEO/BirdLife como la asociación SOS Vencejos, nos encargamos de forma voluntaria, como una red de voluntarios, de intentar sacar adelante el mayor número de crías de cualquier especie que nos llega entre la temporada de cría. Creemos que es extremadamente importante revertir el daño humano que provocan en estas crías precisamente las construcciones humanas e intentando salvar todas las posibles.

También es cierto que la ciudad se está vinculando a proyectos que llevo mandando desde hace años y parece que está más cerca el centro oficial de recuperación de aves de la ciudad.

Lo ideal es que exista ese centro, que haya una vinculación por parte de la ciudad, que entiendan que nuestra fauna y nuestra biodiversidad es patrimonio natural de Melilla y que por lo tanto, es obligación de la Ciudad Autónoma y de la Consejería de Medio Ambiente velar porque nuestras especies, muchas de ellas protegidas como los vencejos, cuenten con la infraestructura necesaria para que no pasen lo que está pasando, para que no mueran muchas veces por inexistencia de lugares o personal que puedan atenderlos.

–¿Cómo podemos hacer ciudades más amables con las aves?

–Es importante que sepamos que ya hay muchos países que están contemplando su biodiversidad urbana y su fauna a la hora de diseñar las ciudades que serán del futuro y los edificios, sobre todo los que son de la propia ciudad administrativa.

Tengamos en cuenta que muchas veces pensamos que la fauna es algo alejado de nosotros y que solamente debe existir en bosques, montañas y zonas fuera de las ciudades y eso no es así, nunca ha sido así.

Nosotros, siempre, desde la propia creación de la humanidad hemos convivido de forma muy cercana y directa con cierta fauna urbana, que al final hacen las ciudades más amables y habitables para nosotros controlando, por ejemplo, infinidad de plagas; nosotros deberíamos hacer también las urbes aptas para las aves. De hecho, una de las principales ventajas de los vencejos es que cada individuo come por día 850 mosquitos.

Por lo tanto, si nosotros facilitamos y hacemos amable la ciudad para que los vencejos nidifiquen en ella, ellos nos devolverán el favor eliminando, imaginaros los millones de insectos que comerían una colonia grande de vencejo, todos esos insectos o esas plagas que nosotros propiamente hemos traído, porque plagas como esa como las ratas como las cucarachas al final son parásitas o comensalistas de los humanos.

Así pues, necesitamos de esa fauna urbana para mantenerlas a raya, ya sin contar con otros tantos beneficios que tienen.

Muchos estudios revelan de hecho que el sonido de los pájaros o la visión de ver los pájaros en la ciudad mejora muchísimo la salud mental de las personas. Así que la forma de hacer las ciudades más amables es conociendo qué fauna tenemos, conociendo cuáles son los peligros que se enfrentan e intentando eliminarlos todo lo posible y facilitando su estancia en nuestras ciudades.

-¿Qué mensaje quiere dejar a los lectores?

–Me gustaría poner en valor la biodiversidad de nuestro patrimonio natural tan importante que además, por estar en África, tenemos muchas especies que no tienen en otros lugares de la península y que eso nos pone en el mapa, nos enriquece y nos da importancia.

También destacar que nosotros necesitamos a la fauna urbana mucho más que ella a nosotros, entre otros los vencejos.

Estamos en el momento de determinar qué Melilla queremos seguir construyendo y que queremos dejar a la nueva generación.

Podemos decidir si apostar por una Melilla sana, equilibrada, que siga manteniendo esa fauna que durante tantos siglos ha estado con nosotros, que siga manteniendo el sonido de los pájaros y el verde de los árboles o si lo que vamos a dejar de legado es una ciudad muerta y estéril, sin fauna plagada de males que solamente pueden contenerse con fumigaciones y tener que enseñarle a nuestros hijos en el futuro fotos o imágenes de lo que antes había en Melilla y que ya no pueden ver o disfrutar.

Esto es algo que nos corresponde a todos y tenemos que empezar a respetar, a valorar y a dar importancia a esa biodiversidad urbana que tiene como mayor exponente a los vencejos y que tan necesaria es para nosotros.