Por primera vez en mucho tiempo los melillenses hemos tenido la sensación de que el tripartito se ha puesto de acuerdo en algo. Es lo que se desprende de la foto del presidente Eduardo de Castro (Cs), acompañado de la vicepresidenta primera de la Asamblea y consejera de Hacienda, Empleo y Comercio, Dunia Almansouri (CpM), y la vicepresidenta del Gobierno local, Gloria Rojas (PSOE), para anunciar que la Ciudad solicitará el confinamiento nocturno de Melilla.
Para que nos entendamos todos: habrá lo que comúnmente llamamos toque de queda por más que al jefe de nuestro Ejecutivo autonómico el término le parezca belicista y fuera de lugar.
En definitiva, se prohibirán las salidas nocturnas en un horario aún por definir para frenar la movilidad relacionada con el ocio. Es la única solución encontrada para evitar los botellones, reuniones familiares y fiestas varias que se montan en la ciudad y que están detrás del crecimiento descontrolado de la pandemia.
La decisión llega el mismo día que Granada implanta el toque de queda de once de la noche a seis de la mañana y que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aplaza decretarlo en todo el país, pese a que tiene el apoyo de la mayor parte de las autonomías.
Pero la foto del tripartito de ayer también nos dice más cosas. Para empezar, que Gloria Rojas no estaba cómoda del todo, como lo demuestra la intranquilidad de sus manos. Por el contrario, Dunia Almansouri, para variar, estaba hecha una balsa de aceite. Lo importante, independientemente de cómo se sintiera cada uno de los tres protagonistas de la imagen del día, es que han aparcado sus diferencias aunque sea por un tiempo limitado; han enterrado el hacha de guerra y han anunciado una medida importante para nuestra ciudad. Da la sensación de que los tres van juntos en el mismo barco.
Pero además, hay en esa foto un detalle que no es baladí: no está el titular de Salud Pública, Mohamed Mohand. Aunque él tiene influencia en el Gobierno, que la tiene y es una realidad, es evidente que ha sufrido un desgaste tremendo por la gestión que ha hecho de la pandemia y la fotografía de ayer busca transmitir algo así como: “Vamos a coger ahora el toro por los cuernos”. Si esa es la idea que se quiere vender, si lo que se quiere anunciar es un cambio de rumbo, entonces fue un acierto sacar al súperconsejero de las portadas de los periódicos y de las aperturas de los informativos.
No digo ni mucho menos que ésa haya sido la intención de la foto, pero desde luego, es lo que nos dice. Y lo hace en un día especial en el que miles de votantes de derecha estaban revolucionados por WhatsApp y Twitter, criticando el voto negativo de Pablo Casado a la moción de censura de Vox.
En la península puede entenderse que el PP apueste ahora por la moderación para atraer a los votantes desencantados de Cs, más que por hacerse con los que se han refugiado en Vox, pero en una ciudad como la nuestra es difícil explicar que el Partido Popular de Juan José Imbroda vote en contra de una moción de censura a Pedro Sánchez junto a PSOE, Podemos, Bildu o ERC.
Eso escuece y se pagará en las urnas porque en el norte de África el España Suma de PP + Cs casi seguro que resta. No hay nada que sumar porque Ciudadanos lleva tiempo con respiración asistida en esta ciudad pese a que hay un espacio en el centro derecha del que se puede rascar apoyos, pero para eso hay que dar mucho pico y pala y De Castro está prácticamente solo.
Me preocupa que si no hemos podido conseguir que la gente se ponga la mascarilla para salir a la calle y desde junio han caído por este motivo 1.300 multas a desobedientes, aspiremos ahora, con el toque de queda, a que la Policía Local se convierta en el clásico sereno de barrio que tiene que vigilar que éste o aquel no se escapen de sus casas a deshoras.
Es también un reto saber qué vamos a hacer con las decenas de menores extranjeros no acompañados que siguen durmiendo en la calle. ¿Si en años no hemos conseguido acabar con este problema en Melilla, de verdad podemos conseguirlo ahora?
Con los bares cerrados y el toque de queda, el sector servicios se hundirá. Podemos estirar esta agonía o echar todos el freno de mano y conseguir que el parón sea sólo de días y no de meses.
Estamos metidos de lleno en la segunda ola de la pandemia y aún no ha llegado la gripe. La situación es delicada y la foto del tripartito hacía falta, especialmente cuando el Gobierno venía siendo criticado por esconderse detrás de la figura de Mohand en cuanto las cosas empezaron a torcerse. Pues bien, el gesto ha cumplido su objetivo. Los ciudadanos hemos captado el mensaje. Nuestra ciudad necesita un equipo unido porque de esto no se sale poniendo zancadillas.