Fondo archivístico del mes: “Sobre el General Fernández Silvestre. Comandante General de Melilla”

"Si puedes encontrarte con el Triunfo y la Derrota y tratar a estos dos impostores de la misma manera"

Rudyard Kippling

Tras la desafortunada incursión británica de Leander Starr Jameson en el territorio boers de Sudáfrica en 1895, éste fue colocado en la palestra de la prensa y la sociedad londinense. Kippling acudió a la ayuda de su amigo publicando el poema “If” (Si). El general Manuel Fernández Silvestre no tuvo quien le escribiera.

Repasando antiguos periódicos encontré en el Telegrama del Rif del 2 de enero de 1921 (columna "Plaza y Campo") una breve reseña donde se relataba que, con motivo de la onomástica del general Silvestre, el capitán de caballería José Angosto,- bisabuelo de mi mujer - le había regalado una cama de campaña de su invención. Annual no se ocuparía hasta trece días después pero, muy probablemente en esa cama en la noche del 21 de julio, intentaría conciliar el sueño pensando si al amanecer tomaría la decisión de abandonar, o no, el campamento, replegándose hacia Ben Tieb y a la línea del río Kert.

De Silvestre ya no se supo más. Desapareció. Nunca se halló su cadáver. Había entrado en la leyenda.

Quizás se dejó matar presintiendo la situación en que quedaba la Comandancia de Melilla, como en una “devotio” de la que practicaban los antiguos iberos o los generales de la antigua Roma.

Sin posibilidad de argumentar las trágicas circunstancias que llevaron a la caída de la Zona Oriental del Protectorado, era la víctima propiciatoria en la que dejar caer todo el peso de las responsabilidades.

El objeto de estas letras no es otro que el de despertar la curiosidad del lector en buscar y contrastar las diferentes opiniones en torno a la figura del general.

Hasta la actualidad, parece que triunfan las tesis de su presunta rivalidad con su superior y compañero de promoción el Alto Comisario Dámaso Berenguer, así como su excentricidad y desmedida ambición. En la orla de la Promoción de Caballería de 1893, Silvestre figura como el número 28 de 77, en tanto que Berenguer era el número 71.

Pero si leemos la correspondencia privada del general con su compañero y con el Ministro de la Guerra Vizconde de Eza, podemos obtener otro punto de vista al respecto y observar un trato afable, coincidencia en puntos de vista y simultáneamente, el desarrollo de los acontecimientos y la débil política cívico-militar en Marruecos tanto para hacer la guerra como para mantener la paz.

En cuanto al trazado de un perfil del general como impetuoso, más guerrero que intelectual, más audaz que reflexivo podemos encontrar hechos determinados que apoyan lo expuesto en este sentido, como cuando El Raisuni, cabecilla de la Yebala en la Zona Occidental le dice: “Tú y yo formamos la tempestad; tú eres el viento furibundo: yo el mar tranquilo. Tú llegas, soplas irritado: yo me agito, me revuelvo y estallo en espuma. Y ahí tienes la borrasca; yo, como el mar, jamás me salgo de mi sitio; y tú, como el viento, jamás estás en el tuyo”.

Otro caso es el llamado “incidente del Giralda” el 1 de abril de 1921, narrado por el “Tebid arromi” Ruíz Albéniz. En la Bahía de Alhucemas, reunido con los notables de Beni Urriaguel, Silvestre se desabrocha la camisa mostrándoles sus heridas de la campaña de Cuba – cinco de bala y 11 machetazos– y amenazándoles con tomar las alturas de Quilates con sus atributos masculinos.

En otro artículo, podemos encontrar en palabras del autor “Las claves para vindicar a un militar altamente profesional y con una brillante carrera, digno de un estudio desapasionado que se aleje del estigma que supone el único error de la misma”.

Tenemos pues otros caminos y puntos de vista para indagar en la figura del general, así como en la reproducción de la Hoja de Servicios que tienen a su disposición en el Archivo Intermedio Militar de Melilla.

A parte de los citados artículos, otra bibliografía como “En torno a Anual” de Julio Albi de la Cuesta (Imprenta Ministerio de Defensa (febrero de 2016) ISBN: 978-84-9091-143-3);”Annual. Los factores que llevaron al desastre. Análisis del intervencionismo español en Marruecos entre 1898 y 1928” de Fernando Caballero Echevarría (Editorial Imagenta ISBN: 978-8494543104); o “Historia secreta de Annual” de Juan Pando Despierto (Ediciones Temas de Hoy S.A. (1999) ISBN: 84-7880-971-6). De los artículos como de los libros citados pueden disponer ejemplares en la Biblioteca Militar de Melilla.

Como exponen Hernández Herrera y García Figueras en “Acción de España en Marruecos” (Madrid 1927): “el problema marroquí es, en su génesis y en su desarrollo, eminentemente internacional, y que a partir, sobre todo, de 1909 se entremezcla de una manera tan íntima con el vivir de España, que el problema político nacional bien puede decirse gravitaba en todo momento sobre él...el trabajo sería incompleto si solamente nos refiriéramos a la acción militar. La acción protectora es eminentemente civil”

Queda pues lanzado el reto de ver otros puntos de vista con la necesaria imparcialidad y espíritu crítico, para contrastar las diferentes tesis con análisis comparativo, obteniendo los datos necesarios y los elementos de juicio para extraer nuestra propia opinión y al menos, devolverle el honor y la justicia que pudiera merecer.