Compite en la categoría del Sirius V, la más rápida de las tres establecidas.
Miguel Cabrerizo, patrón del ‘Batiste’, está Miguel Cabrerizo, patrón del ‘Batiste’, está un nuevo año más en Melilla, como su padre, armador del mismo barco y aficionado a la vela que en nuestra ciudad vienen teniendo una cita obligada cada mes de agosto desde hace ya siete años.
“El Batiste –dice el joven Cabrerizo- es un barco de crucero-regata, que no es un pura sangre como el Sirius ni tampoco un crucero como el Pau IV”. No obstante, lo considera un barco “que permite participar con posibilidades de hacer un buen papel”, “que navega muy bien con viento flojo, como es la tónica en el Mediterráneo, y que se ajusta perfectamente al plan de navegación de la familia”.
Y es que, en realidad, es toda la familia Cabrerizo más amigos de los hijos, los que año a año se vienen sumando a nuestra Semana Náutica, después de que en 2004 un temporal les frustrara la intención y optaran por volverse a Motril, donde tienen su puerto base.
Ya en 2005 participaron por primera vez con un barco anterior, el ‘Mariposilla”, así llamado por lo pequeño que era.
En 2006 llegaron con el Batiste que les permite competir nada más y nada menos que en la categoría RI-1 con el ‘Sirius de la Armada’, un barco enorme que deja pequeños los doce metros de eslora de la embarcación de los Cabrerizo.
Para regatear necesitan 8 ó 9 tripulantes, por lo que acaban siempre echando mano de 4 ó 5 melillenses, en casi todos los casos amigos, como el director de Cablemel, Javier Villegas, que por primera vez se sumara este año con ellos a la competición.
A Miguel Cabrerizo Jr., nuestra Regata sencillamente le encanta. “Está nos está gustando más que la de año pasado. Hemos visto su evolución desde que participaban los IMS 500 y 600 que abrumaban al resto de la flota y cómo posteriormente se fue apostando por la flota más crucerista, menos profesional y menos tecnificada”. “Cada regata supongo que tiene lo suyo, pero, en mi opinión –añade- y aunque supongo que son muchos los que lo dicen, venir a Melilla y regatear es un placer. Nos tratan muy bien y siempre encontramos una cara amable allá donde vayamos, porque la gente de esta ciudad es muy hospitalaria”.
Repartidos entre el hotel y el barco, “porque los mayores necesitan más descanso y los jóvenes trasnochan más”, con Miguel han venido sus padres, su hermana, una amiga de la familia y algún que otro amigo.
“Aquí hemos hecho muchas amistades gracias a la Regata y hemos vuelto incluso en otras épocas del año, porque yo también participo en el Enduro Ciudad de Melilla”, la prueba del 4x4 que también fascina a este joven ingeniero con residencia en Madrid pero natural de Granada como su familia.
‘La guinda que faltaba’
Entusiasmado además por la dura competición en la Regata Dos Continentes hasta las Chafarinas, cree que el nuevo formato de la competición antesala de la Semana Náutica era “la guinda que faltaba” para hacer aún más atractiva los siete días que pasarán en Melilla, y en los que no faltan a la cita con el exquisito té con hierbabuena del Cafetín del Mantelete. “Aquí hay cosas que son un lujo y cuando venimos nunca dejamos de disfrutarlas”.
Un Péndulo de Foucault que una a Melilla y Motril
Miguel Cabrerizo padre, armador del ‘Batiste’, sigue anhelando la posibilidad de materializar, a través de la Física, el estrecho hermanamiento de Melilla y Motril, mediante la instalación en nuestra ciudad de un Péndulo de Foucault.
La sugerencia nace de su amor por el conocimiento como catedrático de Física en la Universidad de Granada, pero también como un chispazo con vistas a unir los dos puntos más cercanos de España a ambos lados del Mediterráneo oriental, a través del ingenioso invento de mitad del siglo XIX que sirvió para demostrar la rotación de la Tierra desde nuestro propio Planeta y sin necesidad de acudir al movimiento de astros y estrellas para certificarla.
Cabrerizo confiesa que ha tomado, como segunda ocupación, la instalación de Péndulos de Foucault que ya lucen en distintas ciudades españolas, entre otros lugares el Club Náutico de Motril, donde no deja de ser un elemento de puro exorno pero también una demostración práctica del poder natural de la física.
Esa fuerza, surgida de un mecanismo electromagnético marcado por los propios impulsos de nuestro mundo y universo, constituye el auténtico espectáculo del Péndulo inventado por Bernard León Foucault. Actualmente, un elemento esencial en muchos Museos de Ciencia y con reproducciones tan relevantes como la ubicada a la entrada del edifico de las Naciones Unidas en Nueva York, amén de la que existía hasta deteriorarse en el Panteón de Paris, donde precisamente su inventor realizó la primera demostración pública en 1851.
Cabrerizo los instala con una bola de más de cien kilos de peso que en su lento giro se convierte en todo un símbolo del progreso y el poder del conocimiento. Con ese espíritu de universalidad tan inherente a la ciencia y un ánimo de aunar aún más en el futuro a Motril y Melilla, el profesor propone que se instale otro Péndulo aquí en nuestra ciudad, a fin de acompasar la representación de la rotación de la Tierra a un lado y otro del Mare Nostrum.
El CEIP Juan Caro Romero de Melilla ha sido reconocido con el Reconocimiento a Centros…
Los presidentes de Melilla y Galicia, Juan José Imbroda y Alfonso Rueda, han lanzado una…
La Asociación Autismo Melilla ha puesto en marcha una iniciativa para ofrecer formación básica sobre…
Hoy, 19 de marzo, Melilla se ha convertido en el punto de encuentro de dos…
La iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús ha sido el escenario de una emotiva…
Los senadores del Partido Popular de los territorios insulares han constituido un "frente común" para…