Éxito arrollador

• Los hoteles se llenaron y tanto la hostelería como el comercio dispararon sus ventas

La Africana levanta pasiones en Melilla. La Carrera de la Legión, que alcanzó ayer su quinta edición, ha supuesto un éxito arrollador de participación, que ha llevado aparejado un notable impulso para la economía de nuestra ciudad.

No es para menos. Fueron casi 3.000 los atletas que disputaron las pruebas de marcha y ciclismo, a los que hay que añadir más de 500 en la competición de nuestros jóvenes valores.

Muchos de los participantes en las carreras vinieron de fuera, lo que significa un triunfo para Melilla por partida doble: en primer lugar, porque la venida de tanta gente da mucha vida a nuestra ciudad; y en segundo, porque ello conlleva más ingresos para nuestros establecimientos de hostelería, comercios y hoteles.

Las cifras no dejan lugar a dudas. La ocupación hotelera ha alcanzado el 100% este fin de semana y los bares y restaurantes se han llenado hasta la bandera de turistas y de melillenses cuya demanda era tal que resultaban insuficientes las mesas dispuestas en las terrazas. Además, la meteorología acompañó y los que acudieron a presenciar la carrera disfrutaron de un estupendo día de sol.

La Asociación de Hosteleros cifró en un 50% el aumento medio de clientes que se experimentó en cafeterías y restaurantes gracias al trampolín que ha supuesto La Africana. Pero los beneficios no se quedan ahí, puesto que los comerciantes también han tenido su parte de la tarta, con un 20% de incremento en sus ventas, según Acome.

En su despliegue para cubrir la carrera, El Faro conversó con un nutrido grupo de ciudadanos que mostraron su satisfacción por el desarrollo de la jornada. No pocos de ellos consideran que se deberían organizar más eventos de este tipo para seguir impulsando la actividad económica y social de Melilla.

Algunos incluso propusieron que La Africana se celebrase dos veces por año en lugar de una. Sea esta carrera o cualquier actividad multitudinaria, está claro que esa sugerencia no debe caer en saco roto.