El cambio de estrategia que anuncian los activistas marroquíes movilizados en contra de la soberanía española de Ceuta y Melilla debería hacernos reflexionar sobre nuestra situación de desorganización y falta de previsión ante el futuro que se nos avecina. La Ciudad sólo ha reaccionado tarde, buscando de manera desaforada una mayor presencia en los distintos organismos europeos, una vez que la anunciada pérdida de fondos comunitarios se ha convertido en una realidad de difícil marcha atrás.
Del mismo modo, dejamos trascurrir el tiempo sin que nuestra apuesta por un nuevo régimen económico y fiscal acabe de calar siquiera entre las principales instituciones españolas
Como siempre, parece que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y olvidamos la importancia que la estrategia de propaganda y acción continua puede reportarnos en beneficio de nuestros intereses. Quizás ahora y sólo como reacción más que como proacción seamos capaces de desplegar por fin esa estrategia de defensa de nuestros intereses que desde hace décadas debería haberse coordinado en defensa de nuestra auténtica realidad y nuestras muchas posibilidades como territorios españoles y europeos en el norte de África.