España se arriesga a ser sancionada por la venta de atún rojo inmaduro en Melilla

Los pescadores de la ciudad que venden este tipo de capturas se arriesgan a multas desde 6.000 euros.

“España se arriesga a ser sancionada a nivel internacional por irregularidades cometidas en Melilla como las denunciadas el viernes pasado por Guelaya”. La asociación ecologista critica la permisibilidad con que en mercados y calles de la ciudad se están vendiendo y comprando atunes rojos inmaduros que no cumplen con las tallas mínimas de 115 centímetros de largo y 30 kilogramos de peso. Así lo explicó ayer a El Faro Juan José Villalón, miembro de la asociación ecologista local.
“A España se le puede sancionar por no velar por el cumplimiento de estas normas. Hasta se le puede quitar y paralizar la cuota de pesca del atún rojo. Lo mismo puede ocurrirle a Marruecos, que forma parte del ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico), una organización pesquera intergubernamental responsable de la conservación de túnidos y especies afines en el océano Atlántico y mares adyacentes.
Por su parte, Javier Pérez, integrante de la junta nacional de la Federación Española de Pesca Deportiva, reconoce que en Melilla se están comercializando atunes rojos de entre 20 y 30 centímetros. “Se está haciendo de manera irregular y sin atender a los cupos que corresponden a nuestro país. Eso es un crimen. Son alevines y se trata de una práctica ilegal que no llevan a cabo miembros de nuestra federación porque la pesca deportiva se practica desde la costa y los atunes rojos sólo se pueden capturar en mar abierto y a grandes profundidades. Nos hace daño ver esas capturas”, apuntó ayer a este diario.
Asimismo recalcó que la Federación Española de Pesca Deportiva es la primera interesada en que no se capturen atunes rojos que no alcanzan las tallas mínimas o que son inmaduros porque la existencia de esta especie “es imprescindible para el mantenimiento de otras”, subrayó en declaraciones a El Faro.
Contrario a lo que dice Villalón, Pérez asegura que Marruecos no está adherido al protocolo que se compromete con la conservación del atún rojo inmaduro. “Los controles de captura que hace Marruecos no son como los de la Comunidad Europea”, recalcó.
Y por si no queda suficientemente claro, Javier Pérez aseguró tajantemente: “La Federación Española, a la que represento, está totalmente en contra de la pesca del atún rojo”.
Acto seguido recuerda que desde esta institución se defiende que en caso de que un pescador capture un atún rojo, si está vivo, debe devolverlo al mar y si está muerto, usarlo para consumo propio, siempre y cuando quede reflejada su captura en las fichas oficiales.
En ningún caso, recordó Pérez, se contempla la posibilidad de comercializar las piezas. “Los pescadores que lo hacen saben que se arriesgan a multas de 6.000 euros en adelante, dependiendo de si es reincidente o no. Desde la Federación apoyamos las sanciones. Somos muy cuidadosos con el medio ambiente a pesar de lo que piensan los ecologistas. Nosotros practicamos un deporte reglado”, comentó.
En esta línea recordó que el atún rojo no vive en nuestras costas ni se puede pescar en nuestra dársena. “Si hubiera en Melilla, estoy seguro de que la mayor parte de los pescadores federados accederían a liberarlos en caso de capturarlos. Los pescadores deportivos sabemos cuáles son los tallajes que tenemos que capturar”, remarcó a El Faro.

Miran para otra parte
Juan José Villalón, de Guelaya, criticó ayer que ni Guardia Civil ni Policía Local “vean” lo que está pasando con la venta de atún rojo que no alcanza las tallas mínimas en las calles y plazas de abasto de Melilla. “No se puede vender atún inmaduro y está pasando. Si lo veo yo, no me importa ir a la Policía y denuncio, pero hay melillenses que lo ven, nos envían las fotos a la asociación, pero no quieren comprometerse y denunciar”, insistió.
Las autoridades de la ciudad olvidan, según Villalón, que la pesca del atún rojo, una especie parcialmente protegida, está “superregulada” por un convenio de países. “En Melilla está entrando por Beni Enzar. Lo sabe la Guardia Civil, Sanidad Exterior, Aduana y la Consejería de Bienestar Social y Consumo y nadie hace nada”, aseveró.
Otra de las irregularidades que denuncia la asociación ecologista Guelaya es el hecho de que el atún rojo que llega a las plazas de abasto de la ciudad no tiene factura, ni etiqueta del barco que lo captura, ni de quién lo vende ni quién lo compra. “La Administración está mirando para otra parte. No quiere o no le interesa enterarse. Melilla está pasando por encima de la ley”, lamenta Villalón.

“En bares locales también sirven atún rojo inmaduro”

Para Manuel Soria, responsable de Equo, la permisibilidad con la venta de atún rojo de talla mínima o inmaduro en los mercados y calles de la ciudad es una muestra más de que en Melilla “las autoridades, por norma, no quieren cumplir con la ley”.
En opinión de Soria es evidente que en Melilla “la Administración pública no quiere cumplir todas las leyes del Estado. Se están trayendo atunes inmaduros a los bares. La gente lo sabe, lo percibe y la Administración no lo ve”.
El responsable de Equo está convencido de que si el atún rojo inmaduro entra por la frontera, algo tiene que decir o hacer al respecto la Delegación del Gobierno. “Si entra por el puerto, entonces tendrá que pronunciarse Capitanía Marítima. Si se vende en la calle, algo tendrán que decir la Policía Local y la Guardia Civil. Sólo pedimos que se cumpla la ley en Melilla”, concluyó.

El conflicto
Guelaya denuncia la venta de atún rojo juvenil
La asociación ecologista envió el viernes un escrito a la Consejería de Medio Ambiente alertando de la venta de atún rojo inmaduro en Melilla.
El problema
El atún rojo inmaduro entra por la frontera
El Colegio Oficial de Veterinarios confirmó a El Faro que el atún rojo inmaduro está entrando por la frontera de Beni Enzar. La consejera María Antonia Garbín asegura que los inspectores de la Ciudad no han detectado ninguna incidencia.
La denuncia
“Hay que denunciar”
La Consejería de Bienestar Social y Consumo anima a denunciar la venta ilegal de atún rojo en la calle o plazas de Melilla.