La Zawiya Al Alawiya acoge desde ayer a los peregrinos que participan en el encuentro religioso que se organiza en este lugar todos los años.
Desde hace 30 años se echa a la espalda tres prendas de vestir y sale de su pueblo para venir a Melilla. Es un largo camino. Cuando era joven caminaba durante parte del trayecto aunque siempre encontraba a algún amigo, conocido o buena persona que le llevaba en coche hasta el lugar al que necesitaba llegar para continuar su ruta hasta tierras melillenses. Tras horas en el camino y cruzar una frontera, pisa esta zawiya, donde descansa uno de los hombres a los que más ha admirado en su vida, Sidi Mohammadi Hach Tahar.
Dejó su juventud atrás hace algunos años, pero ni el cansancio del trabajo ni los achaques de su edad impiden que todos los veranos participe en esta peregrinación a la Zawiya Al Alawiya. Sus ojos claros están llenos de la sabiduría de quien dedica su vida al campo. Es un hombre sereno cuya barba esconde las cicatrices que deja el sol en la piel. Se sienta para no agotar el cuerpo y escucha atento todas las preguntas, aunque no entienda ni una palabra de castellano y tenga que esperar a que el traductor se la repita en tamazigh.
Con calma y sin perder la sonrisa, explica que hay varios motivos para asistir a este encuentro en Melilla. El primero de ellos es que escuchan la palabra de Dios y reflexionan sobre ella a lo largo de tres días. Otra de las ventajas de participar en esta peregrinación es que los hombres pueden discutir y ahondar en las palabras del Profeta. Y en tercer lugar, analizan las oraciones y las enseñanzas que el fundador de esta mezquita dejó antes de fallecer.
La historia de un caminante
“Es preciso viajar para poder encontrar la paz interior”, afirma. Hash Hayasih que ejerce como líder en su tierra, Ksar-el-Kébir, es una población que está situada en la región de Tánger a unos 180 kilómetros de Ceuta. Esto significa que su viaje comenzó hace un par de días. Ayer y hoy dormirá en el suelo, en una zona tranquila de la parte interior de la mezquita, pero asegura que no le importa. Está acostumbrado, afirma sonriendo.
No nota que sus huesos no descansan en un colchón porque su interior está repleto de paz gracias a los rezos, las oraciones y las poesías que cantan. Una de ellas alaba este sitio, la Zawiya Al Alawiya. Lanza vivas por esta tierra y explica que los peregrinos son la gota de lluvia que necesita para poder florecer.
Estas oraciones recuperan el alma de los peregrinos, los reconforta y los hace sentir mejor, como si de una medicina milagrosa se tratara. Pero apunta que es un fármaco espiritual.
Este camino a Melilla se lo mostraron sus antecesores y él se lo ha enseñado a sus hijos y los jóvenes de su pueblo. Es una tradición para ellos estar en Melilla durante estos días de verano.
Sentir la paz
Hash Hayasih explica que cuando el líder Cheif Sidi Mohammadi creó este encuentro pensó en hacer una reunión de los agricultores de toda la zona cercana a Melilla para que pudieran reflexionar sobre su vida espiritual. Apunta que escogió el verano para aprovechar el buen tiempo de Melilla y que todos estos labradores habían terminado de recoger sus cosechas.
Este peregrino asegura que en sus rezos se tienen en cuenta a todos los seres humanos. Afirma que rezan por todos los hombres y mujeres, para que tengan una vida plena y en paz. En sus ruegos a Dios no hacen diferencias y piden por los niños, los adultos y los ancianos.
Hash Hayasih explica que en este viaje no hay frontera ni límite para los peregrinos, pues su meta es llegar a este lugar con tanto significado espiritual para ellos y continuar una tradición que comenzó hace decenas de años gracias al empeño de un gran melillense.
Historias como las de este peregrino se entremezclan en la zawiya. Cada hombre narra el camino que ha hecho para formar parte de este encuentro. Mientras que los veteranos hablan, los jóvenes escuchan atentos, aprenden sus oraciones, las poesías que recitan y las que cantan. Algún día serán ellos los que enseñen a otros más pequeños estas narraciones espirituales.
2.000 fieles en la zawiya
Los fieles fueron llegando ayer con sus maletas y bolsas al hombro a la Zawiya Al Alawiya. Les recibían algunos voluntarios que les indicaban el camino que debían tomar para refrescarse con agua antes de tomar un poco de alimento. Luego, en el gran salón anexo a esta zawiya disfrutaron de té y pan mojado en aceite y miel, una forma de recuperar las fuerzas tras un largo viaje, en la mayoría de los casos. Es en este espacio donde se ha instalado una muestra sobre ‘La espiritualidad del ayuno’. Se trata de una exposición de la actividad ‘Participa y aprende’ que fue diseñada por las viceconsejerías de Participación Ciudadana y de Festejos para dar a conocer aspectos de las diferentes culturas y confesiones que hay en la ciudad.
La organización de este encuentro religioso y espiritual prevé que unas 2.000 personas se den cita en esta zawiya situada en el Cerro de Palma Santa. Hoy continuarán llegando peregrinos a esta parte de la ciudad que desearán encontrar un hueco en el que poder aprender más sobre su vida interior.
Además, se ha previsto que mañana, sobre las 21:30 horas, las autoridades locales reciban a los fieles que asisten a este encuentro para darles la bienvenida un año más a Melilla y desearles que tengan una buena experiencia.
Retenciones por los peregrinos en el paso de Farhana
La gran afluencia de peregrinos al encuentro organizado en la Zawiya Al Alawiya provocó ayer retenciones en la frontera de Farhana sobre las 21:00 horas. Todos los años se producen ya que se debe comprobar la documentación de los fieles que desean pasar a Melilla para participar en esta reunión religiosa . Son muchas las personas que llegan a esta parte de la frontera para pasar la noche del jueves en la zawiya.
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