Miguel Marín ha dejado el puerto después de algo más de tres años de mandato. Vuelve a una lista del Partido Popular como número 2 y persona de las más absoluta confianza del presidente Imbroda. En esta entrevista hace un repaso de su trabajo en el puerto, los logros obtenidos y el trabajo que ha sido encauzado.
-¿Qué puerto se encontró y qué puerto ha dejado?
-Me encontré un puerto con muchos retos por delante. Un puerto que tenía proyectos por iniciar y otros que se encontraban en marcha. Una de las primeras cosas que me impactó fue el grave problema de seguridad dentro de la zona comercial e igualmente un puerto con unos trabajadores fantásticos. Un equipo directivo que sabía a la perfección cuales eran los objetivos a cumplir, con una Policía portuaria ejemplar, con un equipo de talleres fenomenal y un equipo administrativo de primer nivel. Cien trabajadores son los que conforman la plantilla de la Autoridad Portuaria de Melilla y están muy comprometidos con su empresa y con su ciudad. Por tanto, la implantación de nuevos proyectos y la consecución de los ya iniciados resultó fácil gracias a estos profesionales.
-¿Se ha resuelto definitivamente el problema de la seguridad?
-El puerto de Melilla es ahora mucho más seguro que antes. El compromiso que adquirí en enero de 2018, en el que llegamos a la cifra récord de más de tres mil instrusiones solamente durante el mes de enero, con todos los melillenses fue el blindar el puerto de Melilla. Era la única manera de resolver el problema de inmigración ilegal que sufría y padecía el puerto. Ese compromiso se ha cumplido porque hemos reducido en estos meses el 95,6% de las instrusiones. Las hemos dejado por debajo de las 200 mensuales. Lo hemos hecho tomando decisiones firmes pero muy productivas como elevar la valla existente, implantar nuevas vallas donde no existían y el de incorporar un elemento como es el de las concertinas en todo el perímetro del puerto de Melilla. Con estas nuevas medidas ha hecho posible que sea imposible entrar de manera ilegal en el puerto de Melilla.
-¿Ello estará produciendo varios efectos en el puerto?
-Desde mi punto de vista se produce un doble efecto. Por un lado, hablamos de una instalación estratégica en la ciudad de Melilla como es el puerto y en esa instalación estratégica estamos evitando que se produzcan intrusiones y, luego, el efecto llamada que produce el que se puedan colar de manera impune ya no se da. Con ello, la presión que sufre Melilla se ha visto disminuida y ya no se ven tantos ilegales mayores y menas deambulando por el centro de la ciudad.
-Ha realizado también una apuesta importante por el tema de los cruceros. El presidente Imbroda anuncia que estudian la posibilidad de construir un muelle únicamente para este tipo de barcos. ¿Cómo se lo plantean?
-En nuestro Plan de Empresa 2020 hay recogida una partida presupuestaria para la construcción de un muelle de gran calado. Un muelle de gran calado donde también pueden entrar cruceros. Debemos contar con las infraestructuras portuarias preparadas para que los barcos hagan escala. El presidente Imbroda me encargó que desarrolláramos la industria del crucero en Melilla dentro de nuestras posibilidades. Y en tan solo un año hemos conseguido, además teniendo en cuenta la singularidad de este mercado donde se trabaja a medio y largo plazo, que para 2020 haya cinco escalas en nuestra ciudad. Hemos podido hacerlo gracias al trabajo que se ha venido desarrollando. Puedo adelantar que para finales de este año o comienzos del próximos el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria podrá dar datos más concretos de esta industria. Las empresas que se están interesando para que nuestra ciudad sea escala de cruceros son de las más importantes del sector. Soy muy optimistas y Melilla se va a consolidar como destino de cruceros en el Mediterráneo.
-¿Han sabido vender Melilla en las ferias de cruceros?
-Entiendo que sí porque hemos conseguido que los ejecutivos que deciden donde realizan sus barcos las escalas han apostado por nosotros. Hemos vendido un destino exótico como es cualquier destino del Norte de África. Hemos incorporado a ese atractivo otros detalles que no hay en puertos del Norte de Africa como es la seguridad jurídica, seguridad ciudadana y la sanidad. Pero igualmente ofrecemos una historia milenaria, pero además que somos la segunda ciudad modernista de España y la tercera de Europa y nuestra interculturalidad, nuestro clima y nuestra gastronomía. Ofrecemos un paquete muy interesante para los cruceristas.
-¿Se ha trabajado también en comunicaciones marítimas?
-Hace unos años hay que recordar que el ‘Ciudad de Las Palmas’ que hacía la ruta entre Almería y Melilla era un buque donde no debían viajar ni animales. Era un buque tercermundista y era el barco que el Gobierno del PSOE puso para los melillenses, siendo una rota de Obligación de Servicio Público. Acordémonos de los buques viejos y lentos que existían en la ruta con Málaga. Llegó un Gobierno del Partido Popular que transformó el tipo de barcos.
Puso en la OSP con Málaga y Almería los mejores barcos del Mediterráneo. Se dio un giro de ciento ochenta grados. Eran barcos más modernos, más rápidos, más confortables y más baratos.
Luego, le añadimos una línea privada como fue el viaje entre Motril y Melilla a través de Armas. Tuvimos un bajón, propio de los vaivenes del mercado. Se cambió de Armas a FRS y esta compañía no tuvo tiempo de situar un barco digno para el conjunto de los melillenses y la línea cayó porque el servicio era pésimo. Las reivindicaciones realizadas desde el Gobierno de Melilla como desde la Autoridad Portuaria no cayeron en saco roto y FRS va a poner un nuevo barco más amplio y más confortable. Ese lastre va a quedar resuelto.
-¿Le ha dado pena dejar el puerto?
-La verdad es que sí porque tenemos los dos proyectos más importantes para la ciudad de Melilla, para la Melilla del siglo XXI. El primero de ellos es el proyecto para la ampliación del puerto y me voy con la satisfacción de dejarlo, desde el punto de vista administrativo, resuelto. Hemos resuelto la delimitación de usos portuarios que no teníamos zona de agua y por tanto no podíamos construir. Se ha dejado resuelto el proyecto de ejecución en sí y también la financiación. Gracias al apoyo del presidente Imbroda y al trabajo del gobierno del presidente Rajoy se dejaron en los presupuestos del año 2018 los casi 300 millones que cuesta esta inversión. Lástima que se produjo el cambio de gobierno y el convenio está sin firmar porque el Ejecutivo del PSOE no quiere y tendrá que dar las oportunas explicaciones a los ciudadanos de Melilla. Todas las obligaciones que recaían en mi persona como presidente de la Autoridad Portuaria han quedado resueltas. Es el proyecto vertebrador de la Melilla del siglo XXI. De otra manera no se podrá concebir esa Melilla que pueda crear empleo, que pueda desarrollar proyectos urbanísticos de crecimiento…Nada más que podemos crecer hacia el mar. Si ampliamos el puerto podemos trasladar instalaciones de empresas insalubres y y molestas situadas en núcleo urbano que podrán ser construidas en este nuevo lugar. En definitiva, crear riqueza y empleo en Melilla. Y luego el proyecto del que hemos hablado como el crecimiento de la industria de crucero. Estoy convencido de que el próximo presidente lo llevará a cabo…
-¿Siente ilusión por volver al Palacio municipal?
-Muchas ilusión porque es un lugar donde he estado catorce años. Los dos primeros como viceconsejero de Sanidad y Consumo y los doce siguientes como vicepresidente primero del Gobierno. Tuve la oportunidad de trabajar por mi ciudad y hacer cosas que han quedado y están ahí. Supone el formar parte de la lista electoral del PP, si los melillenses lo deciden, el poder seguir trabajando por el futuro de Melilla.