Dos siglos de vida
Estos viejos árboles situados más o menos en el centro del pinar de Taxdirt son conocidos por muchas personas de Melilla que han acampado a su sombra y se han rendido a su belleza y su gran porte, pero es difícil adivinar los cientos de años de edad que tienen dichos árboles solo por sus encantos.
Un hecho desgraciado, la tala de uno de ellos por parte de un desaprensivo, ha permitido que podamos contar los anillos y saber su edad aproximada, más de 200 años.
El rey de las dunas
Este enebro marítimo, enebro costero o enebro de duna (Juniperus oxycedrus ssp. macrocarpa) vivía en estas dunas de Taxdirt al menos un siglo antes de que la administración española plantara los pinos carrascos y piñoneros que ahora dan refugio a este noble anciano. El pinar se plantó para sujetar la arena de esta zona dunar, pero los enebros formaban parte de la cobertura vegetal original de estas dunas y siguen haciéndolo en la actualidad.
Esta especie está especializada en los ecosistemas costeros dunares, en los que no sólo sobrevive en lugares donde ninguna otra especie árborea es capaz de vivir, sino que puede llegar a formar bosques costeros capaces de albergar una formidable biodiversidad, a la que los enebros brindan un magnífico soporte y refugio, protegiendo a multitud de otras especies vegetales y animales de los rigores del clima en la costa.
Los vientos salados procedentes del mar, que queman cualquier asomo de vida, no afectan sin embargo en lo más mínimo a las hojas del enebro costero, dotadas con una protección coriácea y muy duras, y adornadas con dos bandas blancas que distingue al enebro costero de sus otros parientes de la alta montaña. Su gran capacidad para aguantar la sequía hace que sobreviva en las áridas dunas costeras sin problemas, adaptando su lento crecimiento a los pobres y secos suelos arenosos. Esto hace que su madera sea durísima e imputrescible, siendo una de las maderas preferidas en la antigüedad por los constructores de barcos, ya que el agua salada no logra hacer mella en ella.
La lograda adaptación del enebro costero a su ecosistema le sirve de pantalla protectora contra los vientos marinos y contra el sol a otras muchas especies vegetales, que de otro modo no podrían crecer en estas dunas. Estas especies, a su vez, atraen a una fauna que, gracias a los enebros, pueden prosperar en estas zonas dunares tan inhóspitas.
Enebros y sabinas
En la zona de Taxdirt, que es la franja costera arenosa del occidente de Tres Forcas, el enebro costero convive con la sabina negral costera (Juniperus phoenicea ssp. turbinata), otro representante del género Juniperus adaptado a las dunas, y con el que suele asociarse en todas las costas arenosas del mediterráneo marroquí y argelino.
En las dunas de Cádiz y Huelva el enebro costero puede llegar a formar bosquetes puros, en los que no se asocia con ninguna otra especie.
Es una especie protegida en España desde hace algún tiempo; esta protección está justificada por muchos motivos: como se ha explicado anteriormente el enebro costero es un oasis de vida en un ecosistema inhóspito por naturaleza, como es el ecosistema dunar; además, la franja litoral española ha sufrido un deterioro descomunal en las últimas décadas debido a la desbocada explosión inmobiliaria, que nos ha dejado entre otras muchas desgracias la pérdida de buena parte de los ecosistemas litorales españoles.
Además, la capacidad del enebro costero para retener las dunas supone un beneficio impagable para nuestras infraestructuras y nuestros cultivos.
La civilizada actualidad
La gran altura que tienen los enebros de Taxdirt en comparación a los de cualquier costa española se debe a que son extraordinariamente longevos. Han sido testigos de catástrofes y guerras que no le han afectado hasta ahora.
Sin embargo, el hecho de que uno de ellos haya sido talado con una motosierra nos demuestra que en la actualidad, en la civilizada actualidad, es cuando más amenazados se encuentran. Esperemos que sobrevivan a otras generaciones que sepan apreciar realmente el gran valor de estos singulares árboles.