Hace un tiempo por las calles de la ciudad siempre había vendedores ambulantes de almendras. Se paseaban por Melilla con una bandeja con almendras tostadas y se las ofrecían a todo el que pasaba por la calle o estaba sentado en la terraza de un bar. Ahora con el cierre de la frontera y la pandemia por el covid-19 han desaparecido los famosos almendreros de Melilla.
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Si, aunque Melilla ya nunca sera la misma, y es por ello por lo que debemos cambiar nuestro. Chic, y convertirnos en una ciudad de pleno derecho europea, y adaptar nuestras tradiciones al mundo occidental, y olvidarnos del tema multicultural, que ello solo da pie a que tomen fuerza ciertas etnias. Las practicas religiosas deben de ser respetadas, pero deben de practicarse en privado. Seamos europeos y avancemos a un futuro dinamico, y no nos estanquemos en un pasado que ya no funciona.