La Sociedad Protectora de Animales y Plantas tiene a un gran número de perros y gatos bajo su cuidado que necesitan con urgencia un hogar lleno de amor. Por desgracia, no todos encuentran una familia tan rápido como otros, a pesar de que todos son ángeles de cuatro patas que llenan nuestras vidas de risas, amor y también de pelos. Los hay que pasan toda su vida en el chenil sin saber lo que es el calor de una casa.
Es el caso de Irina, una bella perrita que llegó hace unos quince años a la Protectora junto al resto de sus hermanos; todos pertenecían a una camada que fue abandonada. Sus hermanos se fueron a los pocos meses, pero Irina no corrió la misma suerte. Una situación inexplicable que viven muchos animales una vez que empiezan a crecer y, al dejar de ser cachorros, ya no llaman tanto la atención.
Se desconoce la edad exacta que tiene Irina porque la Protectora actualmente no tiene registros de la gestión anterior, pero ya estaba allí cuando la voluntaria más antigua actualmente comenzó en la Protectora hace catorce años. Por aquel entonces, Irina ya había dejado de ser una cachorra y ya era una perra adulta.
Irina es una perra muy buena, sociable e inteligente. Y, si bien es muy mayor, goza de buena salud y agilidad. Pasea todos los días y juega con el resto de perros, aunque eso sí los gatos no le gustan ni un pelo.
La Protectora plantea para Irina dos opciones: su adopción o su acogida indefinida, que consiste en una adopción (en cuanto al compromiso), pero con los gastos de alimentación y veterinario cubiertos. Si estás interesado, ponte en contacto con la Protectora a través de instagram (@protemelilla) o Facebook (Sociedad P Animales).