No hay unanimidad entre los sindicatos de Melilla del sector de la Educación sobre si es positivo o no eliminar los exámenes de recuperación de la ESO y sobre que quede en manos de los docentes si un alumno pasa o no de curso. En el aire está que promocionar a los alumnos sea más sencillo y los chicos no se ganen ese paso a otro curso superior. Se trata de temas que están incorporados en la norma actual de Educación, la Ley Celaá, pero que se había dado un tiempo a las autonomías para su adaptación y finalmente se tiene que aplicar este curso. De todas formas, para Melilla y Ceuta no hay negociación posible porque son territorio del Ministerio de Educación y aquí se aplican las normas conforme las aprueba el Ejecutivo central, como recuerdan los sindicatos de la ciudad a El Faro.
UGT indicó que la norma ya dice que solo se puede repetir una vez en Primaria y en Secundaria y que lo único que hace esta norma es dar más flexibilizar a los docentes para promocionar a un alumno que, aunque tiene suspensos, podría sacar el siguiente curso. CCOO, por su parte, señaló que hay ocasiones en las que se promociona a alumnos por falta de espacio. Indicó que no se da criterios objetivos para suspender o promocionar y aseveró que faltan recursos humanos. Además, CSIF argumentó que esta normativa es un maquillaje para reducir el número de suspensos y está en contra. Y por último, SATE pide que todos los centros sean de difícil desempeño en nuestra ciudad.
La Federación de Enseñanza de UGT explicó que nadie puede pensar que se va a aprobar por aprobar a un alumno. Subrayó que no es así. Explicó que la norma actual no te deja promocionar de curso si superas un número de materias suspensas. Pero aseveró que ya estaba limitado el número de repeticiones de curso que se podían dar por un alumno, que son una vez en Primaria y una vez en Secundaria, por lo que un estudiante no puede estar en un mismo curso durante varios años.
Además, UGT remarcó que el paso de curso siempre ha estado en manos de los docentes. “Tenemos que confiar en los profesionales”. Explicó que se trata de una decisión que es colegida, porque participa el tutor y el resto de los docentes y remarcó que siempre se mira por el bien del alumno.
El sindicato aseveró que hasta ahora, si un alumno había repetido primero de la ESO y en segundo tenía 4 asignaturas suspensas, tenía que ser promocionado “sí o sí”.
Por lo que cree que ahora lo que sí tendrá el profesorado, con esta legislación es “más flexibilidad”, añadió. Y puso de ejemplo a un alumno que tiene tres asignaturas y que hasta ahora estaría obligado a repetir si no lo hubiera hecho antes. Pero con esta nueva ley, los docentes, si creen que puede sacar esas asignaturas y continuar el siguiente curso, lo podrían promocionar. Insistió en que “es una medida de flexibilización que en nada cambia lo que en la práctica hasta ahora hay”.
UGT aseveró que quién es mejor que el docente para tomar una decisión sobre este tema.
Desde la Federación de Enseñanza de CCOO esta norma afecta a Melilla desde este mismo curso. Indicó que la justificación del Ministerio de Educación para eliminar los exámenes de recuperación es que los docentes podrán mirar la evaluación continua del alumno. Pero se pregunta si hay medios humanos para poder implantar una norma de este tipo, en el sentido, de garantizar que los alumnos tengan acceso a aulas no masificadas, a que pueda darse una atención especializada y que los alumnos con necesidades específicas se puedan cubrir.
“En el momento que en Melilla tenemos aulas con entre 32 y 36 alumnos, esto es imposible. Ni más ni menos. Mientras que las ratios en Melilla no sean normales y estén entro de los valores del resto de las autonomías, por mucho que diga el Ministerio y aunque olvide que Melilla y Ceuta están bajo su dirección, yo creo que poco se podrá hacer”, añadió.
Tampoco cree que sea positivo que se deje “aún más” en manos de los docentes que un alumnos promociona o no de curso. Subrayó que no está de acuerdo con que haya un límite de suspensos y que esos suspensos no estén en asignaturas que son esenciales. Asimismo, teme que un alumno abandone una asignatura y eso no se tenga en cuenta.
“No me imagino a un profesor poniéndose muy estrictos, si en el centro de enfrente no lo son. Debería haber unas normas generales y no dejarlo todo en manos de los docentes”, remarcó. Insistió en que debería haber unos criterios objetivos.
Al margen de esto, puntualizó que en Melilla se puede promocionar a un grupo de alumnos, por ejemplo, por falta de espacio. Aseveró que si hay más alumnos en el curso inferior, no hay más remedio que promocionar a estudiantes de cursos superiores.
“Los buenos alumnos seguirán siendo buenos, aunque puede pasar que se relajen si ven que no hace falta estudiar porque van a pasar de curso”, indicó.
CCOO insistió en que no le gusta cómo está redactada la norma ni las medidas, porque la experiencia le lleva a sospechar que nunca se cuente con ellas.
Por su parte, CSIF Enseñanza cree que esta norma servirá para maquilla el número de suspensos. Subrayó que si el Ministerio quiere bajar esa cifra hay que reducir las ratios de alumnos por aula y dotarlas de más docentes.
El sindicato afirmó que el fracaso escolar no se puede maquillar, aprobando a los alumnos aunque tengan suspensos. Aseveró que se valora a los estudiantes por debajo y no se da importancia a los méritos de los alumnos.
CSIF Educación insistió en que “parchea” las cifras de suspensos pero “no es la forma de eliminar el fracaso escolar, sino de intentar esconderlo”.
El sindicato SATE-STES aseveró que esta norma no afectará desde el punto de vista pedagógico. Afirmó que es común en los países del entorno de España. Y en cuanto a que no haya exámenes en septiembre, indicó que las cifras de los que se presentan y los que aprueban son muy bajas.
Explicó que no ven que la norma sea un aprobado general, como se ha denunciado desde algunos sectores educativos. Sino que el sindicato ve flexibilidad para que los docentes puedan adoptar una decisión.
SATE-STEs también comentó que no afectará a centros de difícil desempeño porque no tienen esta denominación por el número de suspensos de los alumnos, sino por las características del estudiantado. Y en Melilla, ya se solicitó desde este sindicato, que sea extensible a todos los centros la denominación de difícil desempeño.
Pero para reducir los suspensos, hay que contar con más docentes para reducir las ratios. Subrayó que mientras haya clases con 38 alumnos, no se va a poder sacar mejores resultados.
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