La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada (UGR) en Melilla organizó el sábado por la tarde, a las 18:00 horas, en el restaurante V Pino, el acto de graduación de la quinta promoción del grado de Fisioterapia y la undécima del grado de Enfermería.
En total, son 25 alumnos en la primera titulación y 84 en la segunda en la promoción 2020-2024, que comenzó sus estudios universitarios el año que comenzó la pandemia.
En la mesa de autoridades, estuvieron el decano de la Facultad, César Solano; la directora territorial del Instituto del Mayor y Servicios Sociales (Imserso), Verónica Aznar –en sustitución del diputado delegado para Asuntos Universitarios, Jesús Romero, quien excusó su ausencia-; el delegado del rector para la Salud y las relaciones con el Sistema Sanitario de la UGR, José Juan Jiménez; la directora general de Política Universitaria de la Ciudad de Melilla, María del Mar Alfaya; y la vicedecana de Extensión Universitaria, Estudiantes y Prácticas de la Facultad, Silvia San Román.
También estuvieron presentes en el evento otras autoridades civiles y militares, como el director territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), Omar Hauari.
El acto comenzó con la intervención del decano y del resto de autoridades. A continuación, se proyectó un vídeo de felicitación del rector de la UGR, Pedro Mercado, en una pantalla gigante. A continuación, pronunciaron unas palabras el padrino y la madrina elegidos por los alumnos para la ocasión y después llegó el esperado momento de la imposición de las becas.
Para concluir, se realizó el llamado Compromiso de Florence Nightingale por parte de los nuevos enfermeros, equivalente al juramento hipocrático de los médicos. El acto se clausuró con el tradicional canto del Gaudeamus Igitur.
Los alumnos permanecieron en el restaurante V Pino para disfrutar de la cena, que, como era previsible, se alargó hasta bien entrada la noche.
San Román asegura que el acto salió muy bien, con “todo muy bonito” y “la pantalla exterior muy visual”. Además, pese al temor de la mañana, durante el ensayo, cuando comenzó a llover y a soplar el viento con fuerza, por si se estropeaba la celebración de la tarde, finalmente el sol se impuso y quedó un día perfecto para el disfrute de todos los allí presentes.
Vaya hombre...parece que para este tipo de evento ya no se puede acudir a las instalaciones propias de la institución docente o similar tipo el Palacio de congresos...visto lo visto hay que llenarle el bolsillo a los empresarios de siempre con los que algunos están muy bien avenidos.