LA diputada del Partido Popular Isabel Moreno ha denunciado que el centro asociado de la Universidad Nacional a Distancia de Melilla lleva nueve meses con la dirección vacante, después de que Antonio Bravo, un hombre talentoso y conciliador, renunciara el verano pasado y Pepe Megías saliera en diciembre de 2020.
Desde entonces, uno de los grandes pilares de la educación en esta ciudad, está a cargo del coordinador académico y de extensión cultural que, seguramente, está haciendo un trabajo ingente para sacar adelante su área y tapar el vacío en la Dirección.
Según el PP, CpM tiene su candidato y PSOE el suyo y por lo que intuimos ninguno de los dos partidos ha dado el brazo a torcer. Supongo que la única forma de ponerlos de acuerdo es nombrando una doble dirección para que cada uno coloque a su aspirante y los contribuyentes sigamos viendo cómo el Gobierno continúa creciendo sin pudor en plena crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.
Esta situación que estamos viviendo en la UNED ya la hemos vivido los melillenses en Promesa. La entidad pública a la que se le presupone la tarea de catalizar con ayudas el desarrollo del tejido empresarial de la ciudad pasó un año y cinco meses descabezado desde la dimisión de Julio Liarte y hasta el nombramiento de Jesús Delgado Aboy.
El diputado no adscrito apoyado por los cepemistas no era del agrado del PSOE y tuvo que ser nombrado sin los votos socialistas. Esto pasa en una autonomía industrial como Bilbao, en la que todo marcha sobre ruedas y la labor de un organismo como Promesa no pasa de la mera coordinación, y podría entenderse. Sin embargo, ha pasado en Melilla, una ciudad completamente arruinada desde que Marruecos cerró unilateralmente la frontera.
Obviamente la situación no ha mejorado en un año y medio. En estos momentos no hay visos de que los pasos fronterizos vayan a abrir de forma inmediata. Por lo que sabemos las conversaciones entre Madrid y Rabat se están centrando en organizar conexiones directas por vía marítima entre los puertos de Almería y Nador y Algeciras y Tanger. Una vez que se decida qué se hará al respecto, entonces se planteará la reapertura de la frontera de Melilla.
En el caso de la frontera de Ceuta, informaciones no oficiales apuntan a que abrirá con más restricciones que en nuestro caso. Algo que, en mi opinión, no tiene mucho sentido, pero que ha ocurrido ya con el fin del comercio atípico que, como todos sabemos, se hizo a dos velocidades, empezando por la ciudad caballa.
Con la falta de consenso para nombrar un director al frente de la UNED, el tripartito vuelve a dar la nota. Entiendo perfectamente que CpM no quiera ceder ese puesto porque al tener el doble de diputados que el PSOE tiene todo el derecho del mundo a exigir que alguien de su órbita ocupe un puesto clave en la vida cultural y educativa de esta ciudad.
Ese detalle no se le escapa a Gloria Rojas. Ella ha sido docente y sabe que la pandemia ha colocado a la UNED entre los centros educativos de referencia en España. Quienes hemos estudiado en la universidad a distancia y en la universidad pública sabemos que en ambas existe el mismo rigor, la misma seriedad, pero a la UNED le faltaba romper el tabú de las clases online que la pandemia ha popularizado.
Lo ideal en estos casos es que gane el pulso el partido que mejor candidato presente. No es bueno para Melilla que cada uno se enroque en sus trincheras. Pero en un gobierno de coalición hay que medir al milímetro cada cuota de poder que se cede, habida cuenta de que los socialistas de esta ciudad han demostrado que no son buenos en el arte de compartir y que, como dice un miembro del Gobierno, los de Rojas se creen que ganaron las elecciones con mayoría absoluta.
Estos comportamientos dificultan una futura coalición dentro de dos años. Los de Aberchán han sido más que generosos cediendo la Presidencia de la Ciudad pese a ser la fuerza política que más votos aporta al tripartito. Pero los de Rojas no pueden bajar la guardia porque saben que los cepemistas los están fagocitando y les están restando votos. Necesitan marcar las distancias para diferenciarse.
Pero eso no justifica que la UNED lleve ocho meses sin una persona en la Dirección del centro. Es inaceptable y es algo que deben resolver cuanto antes. Sería una vergüenza que, si la pandemia lo permite, se celebre el acto de inicio del curso universitario sin que hayan nombrado un director o directora.
No podemos pasar por alto que estas desavenencias se están produciendo entre dos fuerzas de izquierda. Entendemos que el PSOE quiera marcar perfil propio, pero hay que tener mucho cuidado con que acentuar las diferencias se convierta en un obstáculo para seguir gobernado juntos.
Ni PSOE ni CpM conseguirán a corto plazo la mayoría absoluta y mucho menos después del aperitivo de dos años que nos han dado. Si quieren gobernar en el futuro no les queda más remedio que entenderse y para eso hace falta ceder, cuando haga falta, sin pisar las líneas rojas de cada uno.
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