A día de hoy, la Jefatura Superior de Policía de Melilla cuenta con unos 600 agentes según catálogo, lo que supone entre un 85 y un 87 por ciento de la plantilla. Hay que aclarar, no obstante, que no todos ellos están en la ciudad autónoma, porque una parte se encuentra en proceso de ascenso y otros están comisionados a embajadas o a otros destinos aunque estén destinados en Melilla. Además, nunca se cubre el 100 por cien de la plantilla, porque siempre hay que dejar un margen para los concursos de traslado y se siguen jubilando agentes.
Con el último incremento en el catálogo de puestos de trabajo aprobado el pasado días 17 de marzo -“sin contar con los sindicatos, como siempre”, critica el secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Jesús Ruiz Barranco-, llegaron 30 nuevos agentes. De ellos, 10 son para la frontera y 20 para la Jefatura. Y es que, tal como explica, aunque sólo hay un destino, hace tiempo que ellos diferencian entre policías de frontera y policías de Jefatura, porque la frontera, anota, es independiente para ellos en lo que se refiere a la gestión y los traslados.
En cualquier caso, el representante del SUP asegura que el número actual de agentes les da para cubrir los servicios “con suficiencia”, incluso en momentos puntuales de más tráfico fronterizo, como sucede los fines de semana o como pasó los dos o tres días después inmediatamente posteriores al término del Ramadán.
“Estamos bien. Todas las unidades operativas están trabajando con el personal suficiente, aunque siempre querremos más”, ahonda Ruiz Barranco, quien matiza que siempre hay ciertas unidades operativas -por ejemplo, la Unidad de Prevención y Reacción (UPR)- que suelen tener escasez de personal, quizás porque a los agentes no les gusta esa unidad. “Pero, de momento, se está desarrollando todo, más o menos, bien en el sentido de que hay suficientes policías para realizar los servicios”, añade.
Déficit al principio de la OPE
El problema, prosigue el secretario general del SUP, llega cuando viene la Operación Paso del Estrecho (OPE) -entre el 15 de junio y el 15 de septiembre-, sobre todo al principio, ya que, “de golpe y porrazo”, se encuentran en la frontera con “400 ó 500 vehículos de los barcos” y tienen que pasar por los tres o cuatro carriles que se puedan abrir. Como Marruecos, normalmente, sólo habilita uno o dos, al final se originan colapsos y las esperas para cruzar llegan, en ocasiones, hasta las siete, ocho o diez horas.
Esa época, además, coincide con las vacaciones de los agentes -un tercio en cada mes- y, sobre todo, al principio, ocasiona problemas todos los años.
Según Ruiz Barranco, aunque “torticeramente, como siempre”, la Dirección General de la Policía convoca una atribución temporal de funciones de 20 ó 25 policías previendo estas vacaciones, con suerte se cubren solamente una o dos plazas porque no se proporcionan dietas a los agentes que querrían venir. Es decir, llegan con el sueldo de la península más el plus de residencia, pero, como tienen que pagar de su bolsillo el traslado y la vivienda, no les sale rentable, por lo que al final acceden muy pocos.
El dirigente del SUP cuenta que esta es una circunstancia que llevan años transmitiendo a la Jefatura Superior de Policía, a la Dirección General de la Policía y a la Delegación del Gobierno, pero que no les hacen caso. “Varias veces les hemos dicho que, si quieren que en la OPE vengan aquí los compañeros, les paguen dietas, pero siguen sin hacerlo”, lamenta.
Por lo tanto, su pronóstico es que, durante el principio de la OPE, entre el 15 de junio y primeros de agosto, habrá “un déficit en los puestos fronterizos” que se notará en el tiempo de tránsito y en la capacidad operativa de los agentes que se encuentran en las cabinas, algunos de los cuales tendrán que estar de mañana a noche los siete días de la semana.
Ya a partir de entonces, cuando lleguen los policías que lo han pedido en el concurso de traslados, mejorará la situación. El asunto es que ese concurso de traslados -que se cerró el pasado día 31 de marzo con 38 vacantes- no suele resolverse normalmente hasta junio y, como tienen un mes para incorporarse desde entonces, durante ese tiempo los agentes que están en Melilla siempre tienen “un poquito de presión”, resuelve Ruiz Barranco.
Esa presión es la que precisamente obliga a los entre 25 y 35 policías en prácticas que llegan a mediados o finales de julio a cubrir los puestos de los agentes que se encuentran de vacaciones. “No tendría que ser así, porque un compañero que viene en prácticas lo hace para complementar y no para sustituir, pero al final se ha tomado esa medida como una decisión técnico-operativa”, concluye el secretario general del SUP en Melilla.