Argelinos y sirios
Las personas que usan esta estrategia para burlar los controles policiales suelen ser argelinos, tunecinos o sirios, países en los que se habla árabe. Por ello, un traductor que conociera bien esta lengua podría averiguar sin muchas dificultades si la persona que porta el pasaporte es realmente de Marruecos o de otra nacionalidad.
Hay que recordar que la mayor parte de los documentos falsificados, o que no corresponden a su portador, se detecta dentro de Melilla, no en los controles que hay en los pasos fronterizos previos a la entrada en la ciudad. Es común que los inmigrantes argelinos o los sirios compren pasaportes marroquíes de personas residentes en Nador para poder llegar a Melilla de manera irregular. Aunque la Policía Nacional sí detecta el engaño en algunas ocasiones, en la mayor parte los inmigrantes logran colarse. Eso sí, su entrada se produce sin que las autoridades españolas estampen el correspondiente visado en el pasaporte que lleva, al pertenecer comúnmente a un nadorense y, por tanto, no necesitar sello alguno para entrar en la ciudad autónoma.
No obstante, pocos son los que cruzan la frontera para quedarse en Melilla, pues su intención es desplazarse a otros países europeos. Ello les lleva a intentar salir de Melilla por vía marítima o aérea. La mayor parte escoge el barco para ir a la península, principalmente porque el precio es menor que el del avión y los controles “más fáciles de sortear que en un aeropuerto, aunque mucho más férreos que en la frontera”, según las fuentes de la UFP consultadas por El Faro.
UFP asegura que no hay intérpretes “al pie del cañón”
La UFP insistió en la jornada de ayer que no hay intérpretes de árabe y tamazight en los pasos fronterizos de la ciudad autónoma y aclararon que hace unos años, antes de que comenzara la crisis, sí que los había. “Ahora mismo, no hay traductores al pie del cañón”, subrayaron desde el sindicato policial, desmintiendo así la información del SUP, desde donde señalaron que hay trabajadores de los Planes de Empleo de Delegación en los pasos fronterizos desarrollando dicha función. Asimismo, las fuentes de la UFP consultadas por El Faro en la jornada de ayer apuntaron que hay intérpretes, pero en la Jefatura Superior de Policía, y que éstos únicamente se desplazan a la frontera si los agentes que operan allí así lo requieren.
Para los controles de documentación, la presencia de los traductores es “totalmente nula”, según aseguraron desde esta formación sindical.
“Solamente se avisa a los intérpretes cuando se produce una detención o algo similar. Pueden tardar en llegar a la frontera entre 30 minutos y una hora, así que es completamente inviable que se les realice consulta alguna cuando se trata de comprobar pasaportes”, defendieron desde la UFP.
Además, subrayaron que estos empleados pertenecen a una empresa privada con la que existe un acuerdo y que no son agentes de Policía.
Insistieron en que algunos efectivos del Cuerpo que operan en los pasos fronterizos tienen conocimientos de tamazight y algo de árabe, pero éstos son insuficientes para determinar el país de origen de una persona. Hay que recordar que la UFP pide traductores para detectar con mayor facilidad a los inmigrantes que tratan de pasar la frontera irregularmente con documentación marroquí que no les pertenece. Los que más usan esta táctica son los sirios, los argelinos y los tunecinos.
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