Las víctimas o retiran la denuncia o no declaran. El resultado: La absolución del acusado. En las salas de vistas de los Juzgados de lo Penal en Melilla se celebran cada semana numerosos juicios por delitos y faltas de lesiones, amenazas y coacciones en el ámbito familiar. En muchos casos, los jueces se ven abocados a absolver al presunto agresor por diversas circunstancias. Y es que, aunque la agresión física o verbal haya existido y conste en partes médicos y demás documentación, el juez no puede dictar una sentencia condenatoria sin el testimonio de la víctima o un testigo de la agresión, que afirme que el acusado es el autor de los hechos.
El más habitual en estos casos es que la mujer, supuesta víctima, retire la denuncia el mismo día del juicio, por lo que si ésta no declara en contra del acusado, será absuelto. La retirada de la acusación no es impedimento, en cambio, para conseguir una absolución, pues si en el juicio, alguno de los testigos citados asegura que vio la agresión, el juez puede tener suficientes pruebas para dictar sentencia.
En uno de los juicios celebrados ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, se vio uno de estos casos. La víctima retiró la denuncia, como así anunció a la juez su abogado, y tanto la mujer como el acusado se acogieron a su derecho constitucional a no declarar.
Hasta aquí, este patrón se repite frecuentemente en los juzgados melillenses, pero en este caso había dos policías citados como testigos. Solamente hizo falta el testimonio de uno de ellos, quien afirmó que cuando llegó al lugar de los hechos, únicamente atendió a la mujer, víctima de una agresión.
La juez le preguntó si vio la agresión propiamente dicha y ante la respuesta negativa del agente, el caso quedó visto para sentencia.
En la mañana de ayer se celebraron tres juicios sobre lesiones en el ámbito familiar o doméstico y en los tres casos, incluido el anterior, es muy probable que los acusados sean absueltos.
Lo que el juez debe juzgar es lo que pase en el juicio. Los testimonios de las personas implicadas, acusado, víctima–denunciante y testigos, son los elementos con los que el juez contará para dictar sentencia.
El derecho a no declarar
En los dos últimos juicios de la mañana de ayer, por lesiones, acusados y víctimas se negaron a declarar, pues en ambos casos la denunciante y el acusado seguían manteniendo una relación. El magistrado, en estos casos, aclara a ambos que pueden acogerse a su derecho de no declarar pues, si lo hacen, deben decir la verdad puesto que son testigos, y en ese caso lo que puedan decir puede perjudicar a su pareja. Igual pasa cuando la relación entre acusado y denunciante no es sentimental, sino familiar.
Uno de los testigos de ayer era la madre del acusado, por lo que lógicamente se acogió a su derecho a no declarar por si su testimonio pudiera perjudicar a su hijo.
La pregunta sorpresa
Cabe destacar que cuando, en la mañana de ayer las víctimas y denunciantes exponían en la sala su voluntad de no declarar, la juez les preguntó si esa decisión la habían tomado voluntariamente.
En los pasillos de los juzgados, momentos antes de un juicio, abogados y clientes conversan, en ocasiones apresuradamente, sobre lo que va a pasar a continuación. Es frecuente escuchar a los letrados, después de entrar momentáneamente en la sala de vistas, asesorar a sus clientes: “Cuando te pregunte el juez si quieres declarar, tú dices que no, que te acoges a tu derecho a no declarar y no digas nada más”.
Estas palabras preceden, generalmente, a un acuerdo entre el abogado y la Fiscalía, o en estos casos de violencia doméstica, entre el abogado defensor y el letrado del denunciante. Pero, también es un derecho que todos los ciudadanos tienen para no perjudicar a sus familiares o parejas sentimentales.
Lo que sí que es cierto, es que cuando el testigo o denunciante entra en la sala, cumple con lo que le ha dicho su abogado, pero no se espera la pregunta de la juez. “¿Lo ha decidido voluntariamente?”. En los tres juicios de ayer, las tres mujeres respondieron con seguridad que sí, lo que no deja lugar a dudas al tribunal. Pero hay que tener en cuenta que no es una pregunta baladí, se dan casos en los que las mujeres víctimas de malos tratos, se nieguen a declarar contra su pareja en el juicio. Por ello, no está de más que el juez pregunte para ver si existe, veladamente, algún tipo de presión o coacción para que la víctima no declare.
A pesar de las circunstancias que se dieron en la mañana de ayer en estos juicios, los tres quedaron vistos para sentencia.
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