Esta semana, si no hay cambios de última hora, deberá abrir la aduana comercial en Melilla y Ceuta, pero el ciudadano de a pie apenas lo notará porque la Delegación del Gobierno ya ha aclarado que el pescado, que es lo que nos interesa a todos, solo entrará en las ciudades autónomas, de forma simultánea, y cuando se pueda garantizar el cumplimiento de los estándares de importación vigentes en Europa. O sea no entrará de inmediato ni aquí ni en Ceuta.
La noticia ha caído como un cubo de agua fría sobre los comerciantes y, especialmente, sobre los consumidores que vemos en Melilla unos precios que son para pegar un portazo. Pero, sobre todo, nos preocupa que lo del pescado vaya para largo porque si casi cinco años (el tiempo que lleva cerrada la aduana de Melilla) no han sido tiempo suficiente para adaptarnos a los estándares europeos es porque la cosa no es tan sencilla como todos creemos. A saber lo que nos queda por esperar.
Y como de esperar va la cosa, a falta de una semana para que acabe este mes de enero, ni el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ni la Delegación del Gobierno nos han dicho, de manera oficial, la fecha exacta que tienen prevista para reabrir las aduanas comerciales de Melilla y Ceuta. Y en esas estamos, esperando por la noticia-que-no-llega.
Ya sabemos, porque así lo publicó el diario de cabecera del presidente Pedro Sánchez, que está programado que las aduanas de Melilla y Ceuta empiecen a funcionar este miércoles 25, si no hay contratiempos, pero una cosa es que lo publique El País y otra, muy distinta, que el Ministerio de Exteriores nos oculte la fecha hasta último minuto.
Algo parecido vivimos en vísperas de la reapertura de la frontera, en mayo pasado, y el secretismo al final saltó por los aires. Esta vez, la delegada no le ha fiado la fecha a nadie para evitar filtraciones desde los círculos empresariales con los que se reunió la semana pasada para adelantarles en qué condiciones reabrirá la aduana. Pero bueno, como ya sabemos que no habrá pescado al principio, la fecha llegará cuando llegue, pero lo hará descafeínada.
Si lo pensamos bien, no tiene mucho sentido que se quiera dosificar una información que es trascendental para Melilla porque se nos transmite una sensación de inestabilidad, de provisionalidad y de fracaso que se le atraganta a cualquier discurso coherente. Es como si nuestros políticos nos confesaran mirándonos a los ojos que no nos dicen la fecha porque no quieren pillarse los dedos. Esa indecisión no encaja con las buenas relaciones con el país vecino de las que tanto se habla en el discurso oficial. Aquí por tanto, el relato va para una parte y los hechos, por otra. Y como dicen los Evangelios, por sus actos los conoceréis.
Esta semana, el PSOE se retrató en Bruselas votando en la Unión Europea en contra de la condena que el Europarlamento aprobó por la violación de la libertad de expresión en Marruecos. Para mí, como cubana, es un alivio comprobar que no solo blanquean a la dictadura cubana. Es lo que tiene la excepción, que termina convirtiéndose en regla.
En este caso, es evidente que el PSOE ha tenido que tragarse un sapo de los gordos para no incomodar a Marruecos a solo una semana de que se celebre la Reunión de Alto Nivel. Si los eurodiputados socialistas hubieran apoyado la resolución de urgencia que pide a Rabat excarcelar a periodistas, la RAN habría saltado por los aires y desgraciadamente los acuerdos que están por firmarse son más importantes que el respeto a derechos humanos fundamentales que debemos de exigir a todos, pero especialmente a nuestro socio preferente.
En la entrevista concedida este domingo a El Faro, la delegada del Gobierno Sabrina Moh, ha dicho que le consta que en la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos, de los días 1 y 2 de febrero, se abordarán temas importantes para Melilla como la reapertura de la aduana y la frontera de Beni Enzar.
Aunque no dio más detalles, entendemos que el tema del régimen de viajeros entrará en la agenda bilateral porque no hacerlo sería un desplante a Melilla, sobre todo porque ya sabemos que la Comisión Europea confirmó que España no ha planteado queja alguna al respecto ante los órganos de Gobierno de Bruselas.
Llevamos ocho meses con el cuento de la reapertura gradual de la frontera sin que nadie aporte argumentos que justifiquen la necesidad de esa gradualidad que solo interesa a Marruecos y a quienes no quieren incomodarle. Es cierto que en política no hay soluciones en blanco y negro. Una cosa es lo que quieres hacer y otra muy distinta lo que puedes hacer. Pero en todo caso siempre se tiene la posibilidad de elegir. Y es ahí donde en ocasiones falla la vocación de servicio público; donde se trampea la voluntad colectiva.
No podemos seguir aceptando que sea Marruecos quien nos marque los tiempos. Esto es cosa de dos Estados soberanos que se supone que se respetan mutuamente. Todos estamos de acuerdo en que la Reunión de Alto Nivel es necesaria después de siete años de suspensiones. La pregunta del millón es cuál de las dos partes necesita más esta cumbre: ¿España o Marruecos?
Por nuestras urgencias, creo que España. Por tanto cabe preguntarse cómo hemos llegado hasta aquí. ¿Cómo hemos conseguido que un país al que superamos ampliamente en renta y en respeto a los derechos humanos lleve la voz cantante? Quizás deberíamos replantearnos si de verdad nos resulta rentable la externalización de nuestras fronteras con la de empleo que podríamos crear en Melilla para vigilar la frontera sur de Europa con más garantías que las que hoy tenemos sobre la mesa.
Vaya hombre, toda la vida en Melilla y va a venir usted ahora con "4 artículos publicados" a decirnos cual es el secreto mejor guardado de Melilla.
Tome nota Sr. Gutiérrez