El destrozo fue de tal magnitud que una de las paredes de la casa, en concreto la de la cocina, se vino abajo por completo. Por fortuna, los ocupantes de la vivienda habían sido advertidos previamente por una vecina y no hubo que lamentar heridos.
A primera hora de la mañana, una de las habitantes del popularmente conocido como Barrio Hebreo observó cómo una tubería aledaña a la casa estaba perdiendo agua. Al no ser la primera vez que tenía lugar una avería de este tipo, avisó a la familia. Pocos minutos después, la acumulación de agua y el reblandecimiento del muro del edificio provocó que la pared de la cocina se viniera abajo por completo, inundando el inmueble.
Hasta el lugar de los hechos acudieron rápidamente Bomberos y Policía Local, que acordonaron la zona y procedieron a cortar la fuga de agua, que había creado un auténtico río de barro y escombros que discurría calle abajo. Controlada la situación, procedieron a cercar la vivienda con vallas de seguridad, ante el peligro de derrumbe.
Los agentes allí presentes y personal de la Ciudad Autónoma informaron a la familia de que podían pasar el fin de semana en un hotel, a la espera de que mañana se decida qué hacer con la vivienda.
Segunda vez en tres meses
El padre de familia, Yusef, no daba crédito a lo que había ocurrido, pues hace tres meses tuvo lugar una avería muy parecida, aunque no con unos efectos tan destructivos como los de ayer. Según declaró a El Faro, en aquel entonces se hicieron cargo de la rotura técnicos de Medio Ambiente, pues la tubería es de suministro general, de competencia municipal. “Parece que hicieron una chapuza”, lamentó ayer mientras miraba atónito cómo los Bomberos acordonaban el acceso a su vivienda.
Asimismo, apuntó que el reventón de la tubería ha afectado a otras infraestructuras del barrio situadas calle arriba.
¿Y ahora qué?
Por el momento, la familia no sabe qué hará a partir del lunes. Yusef únicamente pudo acceder a su casa a coger algunas de sus pertenencias, como un poco de ropa, para pasar los próximos días. Asimismo, viendo el estado en el que había quedado la pared de la cocina, vencida por el peso del agua, apuntó que, dentro de la desgracia, por lo menos no se habían producido heridos. “Si nos llega a pillar durmiendo no sé que habría pasado”, apuntó.
Por lo pronto, la familia se llevó ayer por la mañana un buen susto y se ha visto en la calle. Habrá que esperar para ver qué ocurre con su situación.
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