El restaurante El Caracol fue el escenario de un emotivo Iftar, la tradicional ruptura del ayuno durante el mes sagrado de Ramadán, organizado por la Asociación Activas. El evento reunió a 54 asistentes, entre ellos la delegada del Gobierno en Melilla, miembros de la Asamblea, representantes de la UNESCO, así como expertos de las universidades de Barcelona y Granada. Además, se contó con la participación de un miembro de la Asociación Cultural de Nador y se extendió la invitación a representantes de todos los partidos políticos.
Desde el año pasado, el Iftar ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad, un hecho que refuerza su valor como símbolo de convivencia, respeto y tradición. La presidenta de la Asociación Activas, Nayat Mohamed, destacó la importancia de este evento como un espacio de encuentro entre diferentes culturas y sectores de la sociedad melillense.
El Iftar organizado por la Asociación Activas se ha convertido en una cita imprescindible dentro del mes de Ramadán en Melilla. Cada año, la entidad trabaja para que esta celebración no solo sea un momento de reunión para la comunidad musulmana, sino también una oportunidad para compartir sus tradiciones con el resto de la ciudadanía.
“Es un evento que organizamos anualmente para compartir la ruptura del ayuno con amigos, vecinos y autoridades. Nos enorgullece ver cómo cada vez más personas se suman a esta celebración y muestran interés por conocer nuestras costumbres”, explicó Nayat Mohamed.
El acto contó con la asistencia de diversas autoridades y personalidades del ámbito cultural y académico. La delegada del Gobierno en Melilla acudió para mostrar su apoyo a la comunidad y resaltar la importancia de estos encuentros. Además, la presencia de representantes de la UNESCO y de las universidades de Barcelona y Granada aportó un enfoque académico al evento, subrayando la relevancia del Iftar en el contexto de la diversidad cultural y el diálogo interreligioso.
Como dicta la costumbre, el ayuno se rompió al atardecer con dátiles y agua, siguiendo la tradición del Profeta Mahoma. A continuación, los asistentes disfrutaron de la harira, la sopa típica marroquí elaborada con tomate, legumbres y especias, que es fundamental en los Iftares de todo el mundo.
El restaurante El Caracol preparó un menú especial para la ocasión, combinando recetas tradicionales con especialidades propias de la casa. Entre los platos principales destacaron los pinchitos de carne, el tajín (un guiso especiado con carne y verduras cocinado a fuego lento en un recipiente de barro) y otros platos típicos que hicieron las delicias de los comensales.
Para el postre, los asistentes pudieron degustar cuscus dulce, un plato tradicional a base de sémola de trigo, y una selección de pastas árabes, acompañadas del imprescindible té con hierbabuena, una bebida fundamental en cualquier velada de Ramadán.
“El Ramadán no es solo un mes de ayuno, sino también de reflexión, de generosidad y de compartir con los demás. Este tipo de eventos permiten que nuestras tradiciones sean conocidas y respetadas por toda la sociedad”, destacó Nayat Mohamed.
El Iftar no solo fue un momento para disfrutar de la gastronomía, sino también una oportunidad para el encuentro entre diferentes sectores de la sociedad melillense. Durante la cena, los asistentes intercambiaron impresiones sobre sus conversaciones y la importancia de mantener vivas las tradiciones, fomentando así la convivencia en una ciudad tan multicultural como Melilla.
La participación de autoridades y representantes institucionales en este tipo de eventos refleja el compromiso por reforzar los lazos de unión entre las diferentes comunidades que conviven en la ciudad. La Asociación Activas, con su labor de promoción de la diversidad y el entendimiento intercultural, ha conseguido consolidar el Iftar como un referente dentro de su agenda anual de actividades.
Además, la presencia de académicos y expertos de la UNESCO, la Universidad de Barcelona y la Universidad de Granada permitió abordar el Iftar desde una perspectiva patrimonial y cultural. Este reconocimiento internacional, logrado el año pasado, refuerza el papel de esta tradición como un elemento clave en la identidad y cohesión de muchas comunidades en todo el mundo.
Tras la cena, la velada se prolongó con un ambiente distendido en el que los asistentes continuaron conversando mientras disfrutaban del té y los dulces. La hospitalidad y la calidez del evento dejaron una huella en quienes participaron, reafirmando la importancia de seguir promoviendo este tipo de encuentros en la ciudad.
“El Iftar es un momento especial que nos recuerda la importancia de la gratitud y la generosidad. Nos alegra ver cómo cada año más personas se suman a esta celebración y la comparten con nosotros”, concluyó Nayat Mohamed.
El éxito del Iftar organizado por la Asociación Activas en el restaurante El Caracol demuestra una vez más que la gastronomía y la tradición pueden ser un puente para el entendimiento y la convivencia, valores fundamentales en una ciudad tan diversa como Melilla.
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