El secretario de la CEME espera que la llegada del mes de septiembre anime un poco la economía
La crisis económica sigue causando problemas a los empresarios locales. A pesar de que hay indicadores macroeconómicos que invitan al optimismo, lo cierto es que en el día a día la realidad sigue arrojando cifras negativas, no sólo por el incesante incremento del desempleo en nuestra ciudad, sino también por el cierre de empresas. Los datos publicados por el INE esta semana apuntaban que entre el 1 de enero de 2013 y el 1 de enero de este año la ciudad había perdido 41 negocios. El secretario general de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Jerónimo Pérez, dijo la semana pasada en declaraciones a El Faro que hay mucha gente que lo está pasando muy mal, por una coyuntura económica negativa que dura más de seis años. Pérez señaló, además, que la celebración del Ramadán y las vacaciones de verano han dejado Melilla semidesierta y han provocado una bajada aún mayor del consumo. “Si en septiembre no cambia la cosa, la situación va a ser aún peor”, recalcó.
El secretario de la CEME insistió, como ya ha hecho en otras ocasiones, que mientras que no se reactive el consumo, es imposible que la economía mejore. Pérez lamentó que en las últimas semanas la facturación de muchos negocios haya caído aún más que en meses anteriores y aseguró que en Melilla hay algunas empresas que ni siquiera tienen liquidez para poder cerrar y pagar las indemnizaciones a sus trabajadores.
Cabe señalar en este punto, que el presidente de la asociación de hosteleros local, Hassan Amaruch, ya dijo a final de junio que julio sería un mes complicado para el sector. La celebración del mes sagrado de Ramadán hace que los musulmanes de la ciudad, que representan un porcentaje importante de la población melillense, apenas vaya a cafeterías, bares o restaurantes, lo que supone que la facturación de muchos de estos locales se reduce considerablemente.
Buenos datos en alimentación
No obstante, eso sí, para las tiendas de alimentación la fiesta sí que resulta rentable. De hecho, el presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla (Acome), Enrique Alcoba, aseguraba esta semana en El Faro que era probable que los datos de ventas de julio fueran positivos precisamente porque los musulmanes compran más comida, para las rupturas de ayuno y, especialmente, para celebrar el fin de la fiesta, que concluyó el pasado martes.
En cuanto a las vacaciones de verano, el secretario general de la CEME señaló que, como ocurre todos los años, la llegada del verano provoca un importante éxodo de ciudadanos hacía la península u otros destinos vacacionales. Esto unido al hecho de que son muy pocos los que eligen Melilla como lugar para pasar su descanso estival, provoca que la ciudad se quede semi desierta y ni siquiera las rebajas consiguen que las cuentas les salgan a los empresarios.
Las cifras publicadas esta semana por el INE (Instituto Nacional de Estadístic) dejaban ver un panorama complicado, que el secretario de la CEME ratificó. La mayoría de las empresas que ha cerrado en la ciudad entre 2013 y 2014 tenía más de seis empleados, mientras que la mayor parte de los nuevos negocios que surgen no cuentan con asalariados. En empleo esto se traduce en un incremento del número de parados, a pesar de la subida de los autónomos. Habrá que confiar, tal y como señaló hace unos días Alcoba en declaraciones a este periódico, en que septiembre anime un poco la situación y la economía comience, por fin, a reflotar en nuestra ciudad.