Los empresarios aseguran que han llegado a facturar hasta ocho veces menos de lo que recaudaban hace un lustro.
La zona de ocio del Puerto Deportivo no se salva de la crisis económica ni siquiera durante la celebración de la Semana Náutica, que además este año ha coincidido con la celebración del mes de Ramadán o ayuno islámico que siguen unos 35.000 melillenses.
Uno de los empresarios de los pubes más frecuentados en el mismo recinto aseguró a este Diario que el pasado viernes, en plena celebración del evento estelar del verano melillense, facturó casi 4.000 euros que el año anterior en una velada similar, previa al inicio del fin de semana o recta final del evento náutico.
La bajada abrumadora en la venta de copas es aún mayor si se compara con cinco años atrás, en que un viernes como el pasado podían llegar a facturarse en el mismo local hasta 9.000 euros en una sola noche.
En Melilla, las copas, más baratas que en muchos pubes similares de la Península, tienen un precio medio de 5 euros, lo que por una simple regla aritmética permitía deducir que un local paradigma de los que cuentan con más éxito y clientela en Puerto Noray podía concitar en torno millar caso de clientes en una sola noche. Sin embargo, este pasado viernes en el mismo local se facturó menos de 1.500 euros, lo que da cuenta de la notoria reducción en la afluencia de clientes y también del menor consumo de quienes acuden.
Decadencia
Para los empresarios, varios son los factores que explican la pérdida de ingresos. Por un lado, la crisis económica, que detrae a mucha gente a la hora de emplear parte de su presupuesto en ocio y fiesta, y que asimismo detrae en general el consumo. “Si antes se tomaban dos copas, ahora sólo se toman una, pero lo peor es que son muchos menos los que vienen”. La afluencia, mucho más juvenil, se corresponde con un sector de público que consume menos porque tiene también menos poder adquisitivo.
A lo anterior se une, además de la celebración del Ramadán, que el público de mayor edad y posición económica más estable opta por otras opciones. En gran medida, el resort de Saidia, que cada vez atrae a más melillenses los fines de semana. De hecho, el pasado sábado el Puerto Deportivo ofrecía, a pesar de la celebración de la Regata Ciudad de Melilla, un ambiente mucho menos concurrido y desangelado que el de años anteriores en las mismas fechas. Igualmente, el perfil de los reunidos, muy jóvenes en una gran mayoría, delimitaba en exceso el ambiente hacia una clientela muy compacta que fuerza a unificar la oferta en todo Puerto Noray de manera muy similar.
Los pubes, a pesar de ello, intentan mantener su propia personalidad en un recinto que, reconocen varios de los empresarios allí instalados, “está un tanto abandonado y necesita en conjunto de mayor atención”, empezando no sólo por los propios propietarios de locales sino por la Autoridad Portuaria y otras instituciones que como la Viceconsejería de Turismo puedan dinamizar y dotar de nueva vida la zona de ocio de Puerto Noray.
“Esto es un pueblo, la gente se cansa de todo y tras diez años con el ocio nocturno prácticamente concentrado aquí, la gente empieza a demandar novedades”.
Como reacción, ya son varios los empresarios que empiezan a pensar en abrir locales en otros lugares de Melilla, aunque sin perder de vista que Puerto Noray “sigue siendo un centro neurálgico de ocio muy importante”, donde tampoco están dispuestos a cerrar sus locales.
En opinión de los propietarios de pubes, “hay que buscar nuevas fórmulas y, por ejemplo, en la Semana Náutica, romper la inercia en la que ha entrado tras quince años, para devolverle su antiguo atractivo promoviendo ocasiones que, en el mismo lugar de siempre, hagan parecer que se está viviendo otra cosa. Es decir, que estos fines de semana se recuerden porque lo que se vivió estaba ligado a la Semana Náutica”.
“Saidia, hoy por hoy, nos hace más daño que favorecernos”
El resort de Saidia, fuente de posibles ingresos si Melilla consigue hacer prevalecer su condición de ciudad moderna y europea en el Norte de África, hoy por hoy está provocando más perdidas que ventajas al sector de la Hostelería, especialmente el del ocio nocturno. Así lo comentaban a este Diario empresarios de Puerto Noray que están convencidos del potencial de nuestra ciudad como única ciudad moderna y europea más próxima al gran complejo turístico marroquí, sito a 80 km de nuestra ciudad, pero que sin embargo no confían en que pueda nutrirnos de nuevos visitantes mientras cruzar la frontera sea una “pesadilla con colas de varias horas”. “Hoy por hoy son más los que se van de Melilla a disfrutar del resort que los que vienen de allí a nuestra ciudad”, comentan los mismos empresarios, confiados en que algún día el tránsito fronterizo se agilice y Melilla pueda verse verdaderamente beneficiada del desarrollo turístico de su entorno.
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